Decidir qué hacer con su vida de ahora en adelante parecía ser un tema bastante complejo para Togata. Seguir con sus estudios había sido un buen plan en un principio, ya que aún tenía a su nombre la beca que Tamaki le dejó hacía tiempo, mas ahora que lo pensaba con más claridad, buscar un trabajo con el cual mantenerse por sí mismo era mucho más tentador para él.
«Los estudios pueden esperar» es lo que se había dicho en una ocasión, pero gracias a los consejos que su padre le había dado en el momento en el que le hizo saber de su retiro de la universidad, pusieron en duda aquellas palabras. Aparte, no siempre podría depender de la ayuda económica de su progenitor, por lo que ya era hora de ganar su propio dinero y sobrellevar una real vida independiente.
Tampoco debería ser una tarea muy difícil con su etapa de preparatoria terminada.
Aquel sábado se había despertado mucho más tarde de lo habitual, teniendo que descartar el poder desayunar a las dos de la tarde. Con pereza se levantó, se duchó y pensó en qué podría hacerse de comer con lo que tenía, por lo que cuando iba a poner manos a la obra, su celular sonó persistente.
Le extrañó no reconocer el número, y esperando escuchar un "lo siento, me equivoqué de persona", se dispuso a contestar.
─Diga?
─Lamento las molestias─el desconcierto le inundó por completo al escuchar esa voz familiar al otro lado de la línea─. Me lo pensé más de la cuenta antes de llamarte, así que sí... esto es igual de extraño para mí.
─Kirishima?─preguntó Mirio aún sin poder creerlo del todo; pudo cuestionarle de dónde es que consiguió su número, mas una duda mucho más importante surgió en su cabeza─. Puedo saber a qué se debe tu llamada?
Todavía no sabía con mucha certeza qué pensar con respecto a Eijiro, ya que a estas alturas el "lo sigo odiando igual que la primera vez" sería muy estúpido e infantil de su parte. Demasiados acontecimientos le habían dejado una incógnita con respecto a él, aunque ahora mismo no tenía ánimos ni tiempo para ponerse a averiguarlo.
─Se trata de Tamaki─le dijo el pelirrojo, sintiendo muy en el fondo disgusto por recurrir a la persona menos indicada─. Yo... tuve algunos problemas con él y...
─Y qué? decidiste acudir a mí para resolverlos?─completó Togata en su lugar, de una manera tosca y poco interesada; era realmente absurdo.
─Francamente, se podría decir que sí─se obligó Eijiro a admitir, pareciéndole algo gracioso si lo veía de esa forma─. No me iré con rodeos, así que escúchame, por favor─suspiró pesadamente, preparándose para soltarlo todo─ mi ex pareja decidió aparecer a éstas alturas de mi vida, Tamaki se vio envuelto en un malentendido y ahora no quiere saber nada sobre mí, tampoco quiere verme. De las veces que he ido a su apartamento no me abre la puerta, no me ha dado ninguna respuesta tras disculparme en más de una ocasión y no sé... realmente me aterra lo que pueda estar pensando.
Mirio seguía sin entender qué pintaba él en toda esa situación. Eso ya era un asunto entre Tamaki y Kirishima, él no tenía nada que ver ahí; además, sería peor si se metía en donde no debía. Ya bastante venía destruyendo en su camino por hacer cosas que claramente no correspondían...
─Y qué quieres que haga? si no ha querido verte pese a todo lo que le has insistido, qué te hace pensar que conmigo será distinto?─razonó Togata, manteniéndose neutral al respecto─. Incluso creo que será peor si yo interfiero, ya que mi relación con él...
─No quiero que soluciones mis problemas con Tamaki ni que hagas que él me perdone─le interrumpió Eijiro, comenzando a exasperarse─. Lo que trato de decir es que él debe estar echándose la culpa de lo ocurrido, y estoy seguro de que el hecho de que esté evitándome es una prueba irrefutable de ello! además, tú lo conoces igual o mejor que yo, y sabes lo que sucede cuando Tamaki empieza a pensar de más en las cosas.
ESTÁS LEYENDO
Young Blood | MiriTama
FanfictionAU.| Una juventud desbordante con sentimientos aferrados al corazón, perdiendo la oportunidad de darse a escuchar. Todo dando vueltas a su alrededor en ocasiones, para aclararse cuando da marcha atrás. Dos mundos a cada costado, uno de ellos condená...