✿ Capítulo Diecisiete

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Tamaki llegó temprano a la universidad, dado que sólo faltaba un trámite por hacer y definitivamente quedaría fuera. Llegó a la recepción, y enseguida le dijeron que esperara fuera de la oficina del director.

Una vez allí, le tomó cinco minutos esperar, hasta que finalmente estuvo dentro de la oficina, sentado frente al escritorio del mismo.

─Es una lástima que un joven tan aplicado como usted vaya a abandonar la carrera─le decía el hombre, pareciendo realmente triste─. Con sus notas tenía un futuro realmente brillante por delante.

─Bueno... ciertas circunstancias me llevaron a hacer esto─se justificó Tamaki, mostrando una sonrisa de disculpa.

─No soy quién para refutarle nada, pero todos los problemas se arreglan tarde o temprano─luego el director sostuvo una carpeta entre sus manos, la cual contenía todos los papeles que el azabache había traído el día en que ingresó allí─. Lo único que nos estaría quedando para finalizar este trámite, es el asunto de su beca.

Amajiki lo había estado pensando antes de ir allí, convenciéndose de que su beca, la cual con tanto esfuerzo ganó, no podía desperdiciarse así sin más.

─Es posible que pueda traspasársela a alguien más?

─Normalmente eso es imposible, ya que una beca queda de forma permanente con el nombre de quien la recibe─el hombre sonrió con cierta complicidad─. Pero tratándose de usted podría hacer una excepción, gracias a sus buenas notas.

─Supongo que debo agradecérselo─le dijo Tamaki.

─Entonces, a quién desea que se transfiera la beca? a alguno de sus compañeros?

─A Mirio Togata─Tamaki imaginó lo feliz que estaría cuando supiera la noticia─. También es un estudiante aplicado y nadie la merece más que él en este lugar.

─Siendo así... ─el hombre puso manos a la obra, buscando el expediente del rubio en la estantería a sus espaldas.

Tamaki divisó una foto de su mejor amigo cuando el director dejó una carpeta con toda la información académica de éste, y sin querer sintió su corazón agitarse por ello; en un ágil movimiento tomó la foto, observándola con algo de añoranza.

Su sonrisa era lo que más le gustaba de él.

─Dentro de veinticuatro horas el estudiante tendrá la beca a su disposición─le avisó el director, sacando a Tamaki de su ensoñación.

─Ah, sí... está bien─devolvió la foto a su respectivo lugar, para enseguida ponerse en pie─. Dado que ya se solucionó lo de la beca, puedo irme?

─Claro─el hombre se reincorporó de su silla, abriéndole la puerta al instante─. Fue un gusto tenerlo como nuestro alumno, aunque fuera por poco tiempo.

El azabache sentía que el hombre trataba de adularlo para que se retractase de su decisión, sin embargo ya era tarde. Nada le haría dar pie atrás.

Tamaki revisó que no faltara nada dentro de la carpeta mientras se dirigía hacia la entrada de la universidad para marcharse, mas no imaginó que alguien le detendría en el camino.

─Tamaki, espera!─le llamó Mirio a la distancia, corriendo hasta llegar a su lado.

Amajiki cerró de golpe la carpeta entre sus manos, olvidando que existía la posibilidad de encontrárselo ahí; sin duda tuvo que haber apurado el paso y evitarse esa situación.

─Mirio, disculpa... tengo que irme, debo llegar al trabajo─Amajiki fue retrocediendo por instinto, sabiendo que con tan solo dar unos pasos llegaría a las puertas.

Young Blood | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora