✿ Capítulo cuarenta y ocho

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Kirishima se sentía aliviado. Tamaki le había llamado aquella mañana para pedirle disculpas por su comportamiento del día anterior, y cuando estuvo dispuesto a responderle de la manera más cariñosa que podía, una noticia que éste tenía para darle hizo que todo ese alivio se fuera al demonio.

─Lo dices en serio?─el pelirrojo estaba sorprendido, puesto que no había esperado que su novio realmente lo fuera a hacer; además, por alguna razón presentía que le escondía algo.

─le dijo Amajiki decidido al otro lado de la línea, sin mostrar ningún atisbo de duda o temor en su voz─. Necesito hacerlo apropiadamente, o sino... no siento que pueda quedarme tranquilo.

Eijiro por un lado estaba de acuerdo con lo que Amajiki quería hacer, mas por el otro le inquietaba que se apareciera nuevamente por la universidad; tampoco es que desconfiara, pero...

─Entonces... me dejarías acompañarte?─se atrevió a preguntarle él, ligeramente inseguro; sabía que podía ser un poco "invasivo" de su parte, pero también sabía que Tamaki entendería sus razones─. Sinceramente... no me gustaría que estuvieras solo en ese lugar.

Escuchó una risa provenir del azabache, haciéndole sentir algo avergonzado, esperando de paso oír un claro "no" en respuesta.

Si insistes... supongo que no puedo negarme─le contestó Tamaki en un tono jovial, haciendo sonreír a su novio en consecuencia; le hacía gracia la manera tan especial en que Kirishima le pedía las cosas, como si fuera cauteloso al momento de hacerlo─. Nos encontramos en la entrada de la universidad?

─Claro! nos vemos─Eijiro sonaba más animado, preparado para apoyar a su pareja en algo que probablemente iba a salir mal; debería estar ahí para él como su soporte, sin importar nada más.

Media hora después, ambos se hallaban en la puerta principal de la universidad, y Kirishima pudo jurar que se podía palpar los nervios de Amajiki en el aire. Sabía cuando estaba tenso, cohibido o afligido por algo en particular, y considerando la razón exacta de estar allí, no era para menos.

─Estás seguro? sé que a simple vista es lo correcto, pero...

─La última vez no me disculpé de forma correcta con ella─dijo Tamaki más para sí mismo, despertando la curiosidad y confusión en el pelirrojo; cosa que él notó─. Ah, es cierto... después te explicaré todo.

Kirishima asintió, ingresando dentro de las instalaciones. Si había algo bueno que podía rescatar de todo esto, es que Tamaki no le había mentido en ningún momento, sin importar de lo que se tratara; le hacía saber cada cosa que le sucedía o que pasaba, sin tapujos e incluso con detalles. Hasta le hacía saber cómo se sentía al respecto, sin guardarse casi nada, y ahora tampoco sería la excepción.

Claramente se sentía feliz por ello, y no pasado a llevar como le ocurría con cierta persona.

Amajiki, a pesar de ser conocido en aquel sitio por ser un buen estudiante, pedía permiso en la recepción y preguntaba si es que podía ir a ver a una de sus "amigas"; por supuesto que la recepcionista se creía el cuento y le conmovía la cara de niño bueno que el azabache dejaba ver.

Caminó en compañía de Kirishima por los pasillos hasta llegar donde quería, y una vez que abrió la puerta y con sus manos temblando, llamó la atención de algunas personas que estaban en el salón de teatro ensayando; el pelirrojo yacía a sus espaldas, sintiéndose algo incómodo, y el silencio que la aparición de su novio generó no ayudaba del todo.

Midoriya, quien estaba en el escenario revisando algunos guiones y poniéndose de acuerdo para la puesta en escena, fue el primero en mirar hacia la puerta, y su atención cayó completamente en Kirishima; no lo reconoció al instante, por lo que su desconcierto fue aún mayor.

Young Blood | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora