✿ Capítulo cincuenta

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Mirio había decidido finalmente dejar ir a Tamaki. Después de haberle escuchado tan afligido con respecto a su relación con Kirishima y sintiendo miedo de estropear lo que tenían, se dio cuenta de que él ya no significaba nada para el azabache, al menos no de esa forma.

Ya había dado el primer paso con ello. Ahora quedaba el segundo, y es que no podía sentirse más confundido al respecto; debería cambiar de carrera o irse de la universidad para no incomodar más de la cuenta a Nejire? ya que tampoco era justo que ella se fuera.

Sabía que estaría fuera de lugar volver a dirigirle siquiera la palabra, y es que la última vez que hablaron le fue imposible dejar las cosas del todo claras; al parecer Tamaki ya había hecho su parte, y ahora le tocaba a él.

Pero cómo?

Con él era con quien menos Nejire quería hablar. Mas aún le seguía importando su opinión, y no se iba a quedar de brazos cruzados y lidiar con la incertidumbre.

Un gran dilema era encontrarla sola, ya que siempre se hallaba acompañada de las demás chicas, o se le veía junto a Izuku en algunas ocasiones; quizás a propósito planeaba no quedarse sola, porque intuía que él se le iba a acercar.

La oportunidad debería llegar, solo era cuestión de esperar el momento.

─Entonces, nos vemos!─escuchó Nejire a una de las chicas despedirse a sus espaldas, situada sobre el escenario; había decidido quedarse allí a revisar que el telón bajara de forma correcta, ya que cierto idiota de cabello amarillo eléctrico había deteriorado "sin querer" la maquinita que funcionaba especialmente para subir el telón desde uno de los costados.

Ahora tenían que chaparlo a la antigua, tirar desde atrás una cuerda para subirlo hasta que Midoriya pudiera conseguir una máquina nueva.

Completamente sumergida en sus asuntos, Nejire no reparó en que Mirio se encaminaba en su dirección, sin mucha convicción; vino a darse cuenta una vez que giró sobre su eje y lo tuvo nuevamente ante sus ojos, a algunos centímetros de distancia.

Esto ya era más de lo que podía soportar.

─Ya veo, entonces se pusieron de acuerdo─murmuró la peliazul, cruzándose de brazos y sin tener ninguna razón para quedarse allí a escucharle.

─Lo que Tamaki te haya dicho me es totalmente ajeno, yo solo estoy aquí por mi cuenta─se apresuró a aclarle el rubio, sabiendo que si las miradas mataran, él ya estaría muerto desde que puso un pie en el escenario.

─Nosotros no tenemos nada más que hablar─le reiteró ella, luciendo enfadada y decepcionada a la vez─. Pensé que te lo había dejado claro ese día.

─Ya lo sé, y tampoco vengo a excusarme por lo que te hice, mucho menos vengo por tu perdón porque sé que nunca me lo darás─le recalcó Togata con pesar, adquiriendo una postura firme y decidida─. Yo sólo... quiero decirte que me iré, ya que no siento que deba seguir estando aquí; tendremos que continuar topándonos y no quiero hacerte sentir incómoda con mi presencia.

─Qué gentil de tu parte, pero de entre todo lo que me haces sentir, créeme que incómoda es lo último en la lista─puntualizó Hadou, rodando los ojos; su carácter podía llegar a ser bastante arrogante si se lo proponía, haciendo sentir de lo peor al rubio con ello─. Además, pensaste que abandonaría mi carrera sólo por ti?

Mirio negó, sosteniéndole la mirada en todo momento. Lo único que ahora podía hacer era mantenerse digno y hacerle saber que a pesar de lo que hizo, aún podía encararla; no pretendía bajar la vista y mostrarse como el cobarde que ella creía que era.

─Si quieres irte, vete, a mí no podría importarme menos─le dio Hadou la respuesta a su duda, dejándole ahora mucho más que claro lo que tenía que hacer─. Y también... si quieres estar con Amajiki, adelante, ahora ya nada se los puede impedir.

Young Blood | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora