✿ Capítulo cuarenta y nueve

309 44 24
                                    

Tamaki se asomó con disimulo por la puerta que daba acceso a la sala de vestuario, visualizando de inmediato a la peliazul, la cual se encontraba de espaldas a él; alguna que otra chica conocida le hacía compañía, y no le costó mucho imaginar que ya todos allí estaban al tanto de lo ocurrido.

Bueno... en el sentido de que Mirio y ella habían terminado, y no los detalles exactos del por qué.

Dejando el miedo y falta de confianza en sí mismo atrás, tocó un par de veces la puerta antes de dejarse ver por completo, llamando la atención de todas las chicas allí; Nejire quedó algo desconcertada desde su punto, sin embargo al segundo recuperó la compostura e hizo como que él no se encontraba allí.

─Disculpen, chicas... podrían dejarnos a solas? hay algo de lo que debo hablar con Nejire─les pidió Tamaki de la manera más amable que pudo, ya que los nervios continuaban dejando estragos en su interior.

Ninguna puso objeción, dándole la privacidad que necesitaba para hablar con ella. Una vez que la puerta se cerró a sus espaldas, Tamaki se aproximó unos pocos pasos, quedando a una distancia prudente; Hadou no tenía planeado dirigirle la mirada al parecer.

─Mirio no está aquí, por si acaso─y con ello, supo que tampoco estaba muy dispuesta a hablar.

─No escuchaste? vine a hablar contigo, Nejire─recalcó Amajiki─. Sé que no me vas a perdonar, y aceptaré con gusto si me odias, por lo que solo... quiero disculparme contigo, ya que aquella vez en que hablamos... no estaba siendo yo mismo.

─Jamás fuiste tu mismo!─Nejire se giró sobre sus talones, mirando aún adolorida al azabache, y ese dolor aumentaba ahora que nuevamente lo veía allí de pie─. No quiero tus disculpas, no quiero escucharte y mucho menos quiero verte! eres un maldito mentiroso!

Tamaki asintió casi de manera inconsciente, recibiendo cada una de sus palabras con justa razón; ella era sincera incluso en su condición, y a pesar del dolor que ahora mismo sentía, no decía las cosas sin pensar.

─Te mientes a ti mismo, y le mientes a todos quienes te rodean!─continuó diciendo ella, señalándole con reproche; luego hizo una pausa, tratando de no perder los estribos al igual como esa vez─. Si la sinceridad se puede considerar como un defecto, fácilmente se puede aplicar a ti. Habrías seguido manteniendo en secreto tus sentimientos por Mirio si él no me lo hubiese contado todo, no?─dejó escapar una risa amarga─ pero claro, ni siquiera tengo que preguntarlo.

─Yo no quería incomodarlos si decidía hablar con la verdad, cuando era el momento correcto para decirlo─dijo Tamaki, sintiéndose otra vez patético frente a ella; mas no iba a dar marcha atrás. Esta sería su despedida─. No quería la lástima de ustedes, no quería que Mirio se sintiera culpable por no corresponderme y que tú pensaras que me hacías daño al estar con él; sé que es estúpido, pero les ahorré pasar por eso con mi silencio. Se veían tan felices juntos, que yo... no quería arruinar lo que tenían.

─Habría sido mil veces mejor pasar por eso, Amajiki, y lo sabes─enfatizó Nejire en lo último, notando que él en ningún momento trataba de victimizarse─. Preferiste seguir mintiendo, para arrastrarnos finalmente a este punto... ustedes dos lo echaron a perder todo... y Mirio siguió conmigo como si nada, incluso me pidió que me casara con él...

─Te defraudé, Nejire... y yo... estoy arrepentido por eso─le dijo al fin y al cabo Tamaki, con cierto pesar en la voz─. Sí, hice todo mal desde un principio, porque soy un maldito cobarde y no fui más fuerte para haber evitado todo el daño que te hice; tampoco espero que me perdones, porque sé que es imposible, solo... lo siento.

─Alguien que está enamorado no puede arrepentirse, Amajiki─Nejire de pronto se mostró neutral, mas el dolor y la traición podían seguir viéndose a través de sus ojos─. Y si todavía no te lo han dicho, pues perfecto! me siento privilegiada al tener que hacerlo yo─el azabache no comprendió al principio, y la peliazul decidida prosiguió─ no mereces estar con Kirishima, porque aún continúas mintiéndote a ti mismo.

Young Blood | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora