✿ Capítulo treinta y tres

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─Tamaki─Kirishima trató de despertarlo, pellizcándole una de sus mejillas─. Despierta, ya llegamos.

─Mmm?... ─el aludido se removió ligeramente desorientado, alejándose del pelirrojo. Poco después acabó bostezando, dándose cuenta de que todavía seguía en el avión─. Cómo que ya llegamos?!

─No te lo dije? si dormías, el viaje se te haría más rápido─Kirishima le sonrió, para luego reincorporarse de su asiento─. Vamos, hay que ir por el equipaje.

Tamaki asintió, también abandonando su asiento y siguiéndole el paso a su "mejor amigo". La emoción volvía a embargarle, y una vez que estuvo fuera del avión, se encargó de echarle un vistazo a todo cuanto le rodeaba.

Estaban en Bélgica.

─Ya despertó el bello durmiente!─le dio la "bienvenida" Tetsutetsu, propinándole leves golpecitos en el hombro─. Podrás ser muy bueno peleando, pero eres malísimo lidiando con los aviones.

─Agradezco que me lo recuerdes─le respondió Amajiki, sintiéndose fatal. Sin duda había hecho el ridículo horas antes.

─No le hagas caso, le encanta llamar la atención─le dijo Kendo─. Además, ya le di sus buenos golpes por burlarse de ti.

─Gracias... supongo─Amajiki se encogió de hombros, para luego ir por sus pertenencias en compañía de los otros tres.

Una vez que salieron del aeropuerto, Kendo llamó un taxi que les llevara a cierto lugar, y para impresión suya, ella supo emplear de manera perfecta el idioma en cuestión.

Rue du Midi 135, Bruselas. Por favor.

Los tres hombres presentes la quedaron mirando estupefactos, cuestionándose en qué momento había aprendido el idioma de ese país.

─Qué? ni modo que viniera sin saber hablar por lo menos neerlandés─inquirió Kendo, sacando los billetes para luego pagar el transporte─. Que sepan que ustedes no serían nada sin mí.

─Por desgracia tiene razón─corroboró Tamaki.

─Me sorprende que puedas hablar un idioma tan raro y así de fluido!─la halagó Kirishima.

─Por qué no me dijiste que habías tomado clases para saber hablar neerlandés?─le preguntó Tetsutetsu, aún sin poder creérselo─. Lo hubiéramos hecho juntos!

─Estás de broma? tú nunca te tomarías esa molestia!─le recriminó ella, incrédula.

Entre tanto, Amajiki se concentró en ver el paisaje a través de la ventana, deleitándose con la arquitectura renacentista y la variedad de colores que adornaban las casas y algunos negocios que podían comenzar a verse desde la distancia.

─Esta es como la zona bilingüe de Bruselas─les avisó Kendo una vez que el taxi dobló en una de las esquinas, llegando a una larga y angosta calle con elegantes edificios "art-nouveau", esta vez acaparando la atención de todos.

Sin duda el más impresionado allí era Tamaki. Durante todo este tiempo se estuvo perdiendo de mucho, y eso que todavía le faltaba aún más por ver. Tras unos minutos más de viaje en taxi, llegaron a su destino, y el primero en querer asegurarse de que esa era la dirección correcta fue Kirishima.

─No puede ser... es imposible que sea aquí... ─balbuceó él, mirando la ostentosa edificación que se alzaba majestuosa ante sus ojos.

Amajiki arrastró su maleta en conjunto con un bolso extra que había decidido llevar, observando también el sitio en el que se hospedarían; su impresión no hizo más que crecer una vez que estuvieron en la recepción, siendo Kendo la encargada de ver el asunto de las habitaciones.

Young Blood | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora