✿ Capítulo treinta y cinco

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Al día siguiente tras despertar, Kirishima se percató de que Tamaki no estaba en la habitación

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Al día siguiente tras despertar, Kirishima se percató de que Tamaki no estaba en la habitación. Parpadeó confundido por unos segundos, hasta que volvió a acostarse de lado sobre su cama; solo quería cerrar sus ojos, dejarse llevar en la comodidad de las sábanas y no levantarse jamás.

Y entonces recordó.

Parecía casi como un sueño, y de ser ese el caso, esperaba no volver a despertar. Él y Tamaki ahora eran oficialmente novios, y todavía le costaba asimilarlo. Lo que hace un tiempo atrás pudo ser un imposible, terminó cumpliéndose hacía tan solo unas horas antes.

Un sonido proveniente de la puerta le hizo salir de su estupor, y sus ojos se posaron en la única persona dueña de sus pensamientos, llevándose una grata sorpresa de paso.

─Si me preguntas cómo fue que lo pedí, Kendo hizo casi todo el trabajo─Tamaki ya se había duchado, vestido y arreglado para un nuevo día en esa extravagante ciudad; entre sus manos descansaba una bandeja con el desayuno recién preparado.

─Aún así... no tenías que molestarte─Kirishima se sintió ligeramente avergonzado, y rápidamente se reincorporó sobre la cama hasta quedar sentado y apoyado en el respaldo de ésta.

─Nada de eso─Tamaki dejó la bandeja frente al pelirrojo, con cuidado de no estropearlo─. Desperté primero y solo vi la oportunidad; además, realmente quería hacerlo.

Eijiro rio bajito, concentrándose ahora en su desayuno. Tenía buen aroma y aspecto, ahora sólo quedaba testear el sabor, ya que siendo un país completamente desconocido, no estaba muy seguro de que pudiera pasar del todo la comida.

─Espera─Amajiki le detuvo segundos antes de que lograra dar el primer bocado, por lo que claramente le miró con confusión─. Ya lo probé, y algo me dice que te gustará, así que... ─enseguida procedió a quitarle la cuchara de las manos, y dándole a entender sus intenciones con un simple gesto, preguntó─: puedo?

Kirishima no pudo evitar enternecerse por la situación, y con gusto asintió, dejando que el azabache le alimentara a pleno gusto. De vez en cuando jugaba con la trayectoria de la cuchara, dificultándole adrede la tarea de llevarse aunque fuera un mísero bocado a la boca.

Aunque tampoco es como si le desagradara.

Entre sus bromas juguetonas escucharon el sonido de una cámara a lo lejos, volteando ambos hacia el origen de ello; Kendo les sonrió de forma inocente, para luego desaparecer de sus vistas.

Tamaki fue el primero en restarle importancia, continuando con su labor de hacer que su ahora novio terminara de comer; Kirishima también decidió pasarlo por alto, volviendo a encerrarse en su pequeña burbuja.

─Gracias... ─Eijiro le agradeció, para luego estirarse y aflojar un poco los huesos─. Ahora iré a darme una ducha.

─Te esperaré abajo mientras tanto─le avisó Amajiki, llevándose la bandeja y lo que había en ésta.

Young Blood | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora