Ha llegado la hora...

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Taehyung trastabilla en plena carrera pero Yoongi tira de él con fuerza y no le deja caer. Han sido capaces de ocultarse de los vehículos de la guardia gracias a Hoseok, que los ha conducido por callejuelas estrechas y pasajes semi escondidos. Ahora, el bosque está a un paso, tan oscuro e intimidante que el grupo decide detenerse a tomar el aire.
-- No podemos volver por el túnel --dice Yoongi a través de la máscara.
--Es el camino más directo --se queja Taehyung.
--Olvídate, Tae. Fue Namjoon quien avisó a la guardia y nos descubrió. El túnel estará más que vigilado.
--¿Qué? ¿Por qué haría algo así?
--Es una larga historia...
--Entonces, ¿atravesamos el bosque?
-- No hay más remedio...
--Bueno, yo me marcho de vuelta --anuncia Hoseok.
Pero Taehyung no quiere dejarlo volver. Hay demasiados guardias cepillando las calles en busca de Jimin o de cualquiera que tenga que ver con su desaparición, así que lo coge de la mano y le convence para que los acompañe al otro lado.
-- No, no, no... ¿Qué dices? No voy a meterme en el bosque. Está muy oscuro --se queja.
--Es eso o que te pillen. Oh, vamos, Hobi, yo lo he cruzado un millón de veces. Estarás más seguro con nosotros.
Hoseok está aturdido por tanta información. Que Jimin es el heredero de la nación. Qué Taehyung en realidad vive al otro lado del bosque. Qué su amigo de la infancia, Namjoon, lleva viviendo en Ilsam un tiempo... ¿Cuándo ha pasado toso eso?
Ni siquiera recuerda cómo, pero sus pies caminan detrás de Taehyung y los demás a través del bosque y pronto se encuentra en la linde, a un paso de Ilsam Town.
--Esto es una locura...
--Vale, Hobari, mírame --le pide Taehyung. Y se detiene un minuto a quitarle todos los accesorios propios de la indumentaria de la Vaporera, para que pase algo más desapercibido. No es gran cosa, no está nada a la moda, pero puede colar. Y cuando los otros dos también están listos, aceleran el paso hasta adentrarse en las luminosas calles de Ilsam.
-- No puedo creer que esté haciendo esto...
Llegan a la residencia con la respiración entrecortada y suben por las escaleras hasta la planta cuatro, en donde está el pequeño apartamento de Yoongi. Dentro, se toman un minuto para relajarse, aliviados de estar por fin en zona segura.
--Park Jimin, vamos, llama a tu jefe de seguridad con alguna excusa absurda --sugiere Yoongi--. Que sepa que estás bien y en casa.
--Sí, graba algún mensaje para la gente, Jiminah... --añade Taehyung--. Tal vez eso consiga que dejen de inspeccionar la Vaporera.
--¿Estarán bien los demás? --pregunta Jimin, preocupado.
--Jin hyung sabe cuidarse solo --apunta Hoseok--. Me preocupa más Jungkookie...
-- Pero Jin fue a buscarlo --informa Taehyung.
--¿Y qué habrá sido de Namjoon?
El silencio se adueña de la sala por un momento en el que todos se encuentran confundidos, pensando en cómo se supone que van a traer de vuelta a Namjoon y a devolver a Hoseok a su hogar ahora que el paso entre las dos ciudades está más vigilado que nunca.
--¿Y entonces qué? ¿No vamos a volver a verlos nunca más? --lloriquea Jimin.
Taehyung se vuelve, se agacha y entierra la cabeza entre los brazos. Esto no se suponía que debería estar pasando. No, para nada. Se siente incapaz de desvincularse de Seokjin de esa manera. Incapaz de asumir que no va a volver a verlo nunca más. Incapaz de asimilar que ya todo se acabó. Y la culpa se hace más acuciante cuando recuerda que además ha dejado a su mentor atrás.
--Tiene que haber alguna manera --balbucea, reteniendo las lágrimas.
--En realidad, sí la hay -- dice Yoongi, sentándose frente al escritorio mientras cruje los nudillos--. Ha llegado la hora de infectar al Yaza.

Mentiré solo una vez más (BTS fanfic) /completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora