Siempre en tu corazón

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Seokjin siente que el corazón está latiendo con demasiada fuerza contra su pecho, tanta, que hace daño. Agachado junto a un pretil, nota el latido en la sien y la respiración agitada que intenta contener. Jungkook abre la comitiva a través del silencio tenso que se ha formado tras la caída del Yaza, y de tanto en tanto se vuelve para demandar cautela al resto.
--Estamos cerca --susurra Jungkook saltando por encima del murete. Los otros dos le imitan con dudoso tino y después se pegan a la pared al escuchar pasos apresurados que van y vienen por la calle.
Pero no tardan en poner los pies en los límites de la ciudad donde la oscuridad del bosque los abraza, aunque por una vez, no sienten miedo a lo desconocido, sino el alivio del que se da casi por salvado.
--Si vamos a buen paso, llegaremos enseguida --dice Namjoon, que conoce bien la distancia--. ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? --le pregunta directamente a Seokjin.
El joven resopla, porque aunque quisiera, ya no hay marcha atrás.
--Segurísimo.
--¿Y has pensado cómo vas a burlar a la guardia mañana? ¿O pasado mañana? ¿En cualquier momento en el que tengas que identificarte?
--Para ser sincero, no.
El ulular de un búho se deja oír a través de las copas de los árboles consiguiendo que a Seokjin le dé un escalofrío.
--Espero encontrar a mi hermano, y después, pues no lo sé...
--Vas a necesitar más ayuda de la que pensaba.
--¿Falta mucho? --les interrumpe Jungkook, saltando por encima de un tronco caído.
Y en ese instante unas conocidas voces resuenan llenas de júbilo.
--¡Namjoonie! --grita Yoongi unos metros más allá en el camino, que ilumina sólo con la linterna del móvil.
--¡Yoon hyung!
Ambos grupos corren revolviendo la ruidosa hojarasca del bosque, deseosos de reencontrarse.
--¡Jin! --exclama Taehyung, atrapándolo entre sus brazos.
--Taehyungie... Perdóname -- le dice, acariciándole el rostro--. No debí haberte dejado solo.
-- No digas tonterías -- le riñe el otro, hundiendo los dedos en su cabello, besando sus mejillas y eliminando todo el espacio entre ambos.
-- No puedo creer que lo hayamos conseguido.
Le besa con ternura sin retirar las manos del rostro, reteniendo el brillo jubiloso de sus ojos como si de un tesoro se tratase.
--¿Qué has hecho conmigo, Kim Seokjin? --pregunta, dejando ir una sonrisa cada vez que sus labios se separan--. He tirado abajo la interfaz de la ciudad por estar contigo.
--Eres un auténtico loco...
Namjoon les permite unos segundos más tras los cuales les devuelve a la realidad.
--Nuestros caminos se separan aquí --les recuerda, hablando especialmente por Hoseok y Jungkook.
Le tiende la mano a su antiguo compañero de escuela y él se la estrecha con firmeza.
--Espero que algún día podamos volver a vernos.
--¿Y qué pasa con Seokjin hyung? --solloza Jungkook--. ¿Nunca regresarás?
Seokjin abraza a su amigo torpemente, tratando de reconfortarle porque realmente no sabe qué contestarle. No sabe cuándo podrá reunirse de nuevo con ellos ni en qué circunstancias, pero de lo que sí está seguro es de que jamás va a olvidar todo lo que han hecho por él.
Retiene el llanto, porque no quiere que el más pequeño le vea quebrar y les apremia para que vuelvan a la Vaporera antes de que el Yaza se reactive.
Es Taehyung el que aprieta con fuerza su mano, en una silenciosa promesa de que todo va a ir bien, de que todos estarán bien. Y Seokjin quiere creerlo, necesita creerlo, así que acelera el paso a través de los árboles, cavilando sobre lo que el futuro inmediato tiene preparado para él.
Tanto medita el más mayor, que apenas se está fijando en el camino, sólo resigue los pasos de Taehyung, casi sin mirar. Y eso le lleva a dar un paso en falso que lo hace caer por un barranco tapizado de maleza que le araña el cuerpo y la cara.
Seokjin rueda por el suelo unos metros antes de incorporarse aturdido y comprobar que no tiene nada serio.
--¡¿Seokjin?! --gritan los otros desde bien arriba, iluminándole con la linterna --¿Estás bien?
Seokjin asiente, más preocupado por averiguar cómo va a subir de nuevo junto los demás que por otra cosa.
--¡Seokjinie, voy a bajar a por ti! --grita Taehyung.
-- ¡No es necesario! --chilla el otro de vuelta --. Hay un camino...
El sendero estrecho se dibuja a sus pies y se pierde en las tinieblas del bosque pero Seokjin cree que le llevará de vuelta.
Pero lo que no espera cuando comienza a enfilarlo es escuchar las vehementes voces de la Guardia de Ilsam llamando al orden.
No es pánico por él mismo lo que siente Seokjin en ese momento. No tiene miedo de verse sorprendido en mitad de su huída. Es por Taehyung por quien sufre, que desde lo alto del barranco lo mira con el rostro desencajado.
¡Oh, qué estúpidos han sido creyendo que de verdad podían burlar la seguridad del país!
--Hay que irse, Taetae -- le apremia Yoongi, agarrándole del brazo.
--¡Suéltame! --grita entrando en cólera--. ¡No voy a irme sin él!
Namjoon ni siquiera interviene; tan sólo apaga la linterna para ocultar su posición a unos guardias que están disparando al aire, reclamando obediencia.
--¡Si nos quedamos nos cogerán a nosotros también! --intenta hacerle entender--. Taehyung, no seas idiota, levántate.
Pero Taehyung no puede ver nada más que el rostro afable de Seokjin que le devuelve la mirada, serena y tranquila, mientras coloca las manos detrás de la cabeza, rindiéndose. Y Taehyung sólo ve su sonrisa traviesa el primer día en el descampado. Y la sorpresa en sus ojos cuando descubrió que provenía del otro lado. Y sólo están las palabras que el viento arrastró...
'Me gustan las fresas pero no las cosas con sabor a fresa'.
'¿Qué súper poder te gustaría tener?'.
Y las noches de risas en el club y los besos avariciosos y las caricias bajo la ropa y el amor de ese chico que le ha robado el corazón.
--¡Seokjinie-ah! --grita, una última vez, apenas consciente de que los guardias ya se le están echando encima.
--¡Márchate! --le ordena Seokjin, arrodillándose en el suelo, consciente de que no tiene escapatoria--. ¡Nos volveremos a ver!
--¡Es una promesa, Jinnie-ah! --chilla Taehyung, entre lágrimas, desgarrándose la garganta.
Pero ya no lo vé, porque Yoongi lo arrastra a través del bosque, y ya no lo oye cuando Seokjin grita un última despedida.
--¡Es una promesa! --Y siente la arena contra la cara cuando el guardia lo empuja para inmovilizarlo, pero no le importa. Nada le importa más allá de saber que al menos Taehyung está a salvo--. Estaré siempre en tu corazón, Taehyung. Siempre...

Mentiré solo una vez más (BTS fanfic) /completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora