El calles del boulevard brillan bajo los luminosos carteles que coronan cada una de las tiendas que flanquean el paseo principal. Las gigantescas pantallas reproducen comerciales, vídeos promocionales de la última fragancia de moda o consejos sobre seguridad en las redes, pero nadie les hace caso. Hay tantas, que solo conforman un decorado más de las cyberciudades de este lado del país.
Namjoon camina en silencio con las manos escondidas en los bolsillos de su sudadera amarilla junto a Jimin y Yoongi. Está deseoso de llegar al Ossu Seiromushi, que según Yaza, tiene la cocina abierta hasta altas horas de la madrugada. Es un sitio bastante tradicional que choca con la estética de neón del boulevard. Pero Namjoon sabe que una vez allí adentro estarán tranquilos y podrán hablar sin que los estén espiando, como en ese mismo momento.
―Estás muy callado... ―refunfuña Yoongi.
Namjoon le hace un gesto con la mano señalándole los diminutos drones que revolotean a su alrededor monitoreando cada paso que el príncipe da, cuando un transeúnte se detiene junto a ellos, reconociendo a Jimin, para mostrarle sus respetos. No es nada raro que el heredero reciba muestras de afecto allá donde vaya, aunque la población suele limitarse a saludarlo con educación sin acercarse demasiado.
―¿Te molestan los drones? ―pregunta Jimin.
―No me gustaría salir en tu próximo show, la verdad...
―¿Qué dices? Sería muy divertido ―murmura Yoon―. Dos universitarios descerebrados se llevan al regente de copas hasta emborracharlo...
―¡Yoon! ―le riñe Namjoon intentando no reírse a carcajadas. Si bien, la expresión de Yoongi permanece tan impasible como si no hubiera dicho nada fuera de lugar.
―En realidad, se soluciona rápido. Vamos, Jimin, dame tu dispositivo personal.
Jimin extrae el aparato de su bolsillo, algo perplejo por la petición del otro.
―Pero, ¿para qué?
―No preguntes. Los que no saben son siempre inocentes... ―susurra, en su habitual tono pausado, mientras manipula el dispositivo con soltura durante unos segundos―. Listo.
―¿Qué has hecho?
―He desvinculado los drones de tu aparato, desconfigurado tu ubicación geoespacial y borrado tu huella del Yaza y de red en general.
―¿No existo? ―exclama el otro perplejo―. Mis padres se van a volver locos...
―Querrás decir, en el caso de que se enteren.
―Es la una de la mañana... Pensarán que estás durmiendo ―añade Namjoon restándole importancia.
―Estáis locos... ¡locos! ―Jimin se apoya en el hombro de Joonie y se agarra la tripa de tanto reírse.
Y antes de que se den cuenta han llegado a su destino.
―¿Es aquí?
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Mentiré solo una vez más (BTS fanfic) /completa
Fiksi PenggemarTaehyung no esperaba enamorarse de un chico que vive más allá del bosque, en la ciudad del humo, un lugar prohibido para la gente de su mundo. Si bien, Taehyung sabe mentir y es capaz de encubrir sus travesuras una y otra vez. Pero, ¿y si no fuera e...