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—Jin quiere verte.

—¿Qué?

¿Estaba distraída viendo a Jungkook atender a los clientes con una enorme sonrisa? Sí.

¿Estoy entendiendo de quién me habla Namjoon? Pues no.

Por si acaso mi novio me está quitando la atención de mi amigo, giro mi cabeza y me centro en él mientras doy un sorbo al Caramel Macchiato al que me ha invitado Jungkook. Namjoon está celoso porque dice que a él no le ha puesto una bebida especial, aunque también le ha invitado.

—¿Quién es Jin?

—Seokjin, el borracho de la fiesta por el que tu relación con JK casi se va a la mierda.

Casi escupo el café en su cara.

—¿Sigues hablando con él? —pregunto, confusa.

—Es... complicado, pero sí. Es un poco pesado.

—Te pareceré imbécil, pero no estoy entendiendo nada.

—Eso es porque se te está cayendo la baba mirando a tu novio —le doy un puntapié con la pierna izquierda y se queja—. ¡Es verdad! Si hasta te he dicho que ayer cociné ramen con el plástico y ¡HAS ASENTIDO!

—Entonces, ¿por qué venimos aquí?

—Para que Jungkook nos invite al café, evidentemente —suelta, dando un sorbo de su americano—. ¡Deja de pegarme!

Frunzo los labios para no reírme antes de lanzar otra mirada de reojo a Jungkook, que está entretenido preparando otro café.

—Vas a dejarle sin ahorros.

—Perdona, pero el alquiler le sale gratis.

—¿Y eso? —pregunto, interesada. Namjoon se lleva una cucharada de la tarta de zanahoria que ha pedido a la boca.

—Sabes que hago música, ¿no? —asiento—. Pues necesitaba un cantante, y resulta que tu novio canta muy muy bien.

—¿Sabe cantar?

Llevo unas dos semanas saliendo con Jungkook y, aunque cada vez que me lleva a una cita o nos quedamos en mi habitación haciendo trabajos hablamos mucho, nunca me había comentado ese detalle. Tampoco pregunté, porque pensaba que estaba pagándole la mitad del alquiler a Nam.

—Claro. El próximo día, en vez de pedirle que te masturbe, le pides que te cante y lo compruebas.

—¡Namjoon! —me quejo, pero él se está riendo, dejando todos sus hoyuelos al descubierto—. ¿Vas a dejar de hablar del dichoso día?

—No lo sé, no tengo pensado recordároslo a menudo; simplemente me surge. Los novios hacen ese tipo de cosas.

—Yo no se lo voy pidiendo, Nam —me excuso—. Pero, en cualquier caso, es MI vida sexual y MI privacidad, así que agradecería que no lo dijeses más. Y menos a él.

—Vale, captado: no volveré a mencionar nada sobre el modo en el que descubrí que estabais liados.

—Ni a mirarnos de ese modo. Ya sabes cuál.

—Vale, te lo prometo —me dice, y yo me relajo un poco, porque me fío de él—. Pero iba en serio: pídele que te cante; seguro que te acaba gustando más todavía.

—¿Tan bueno es?

La verdad es que estoy empezando a sospechar que a Jungkook se le dan bien muchas cosas. Muchísimas. Sé que dibuja bien por lo que he visto en clase, pero también le vi bailar en el club al que solemos ir de fiesta, y si Nam me confirma que canta bien... ¿Hay algo que no sepa hacer?

The ghost of it - jjk, myg, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora