- 35 -

3.3K 361 173
                                    

[Ahn]

—Esto es una mierda —me quejo. Es la primera vez que lo hago en todo el día, y me parece poco para todas las veces que se me ha pasado por la cabeza.

—Ya —me admite Tae. Si es que seguro que también lo piensa, no hace falta ni que le diga qué es lo que es una mierda. Pero aun así se lo voy a decir, porque si no me quejo no me quedo tranquila.

—Hoy se han sentado cada uno en una punta de la clase, ¿lo has visto? Es que Hye ha ido DELIBERADAMENTE al otro extremo. ¿Y yo qué hago? ¿Me voy con ella o con él? Están los dos superjodidos.

—Nos podemos dividir —dice, encogiéndose de hombros—. Puedo estar con Jungkook y tú con ella.

—¿Es bueno que sea yo la que esté con Hye? A lo mejor le da otro ataque de ansiedad si le digo lo que pienso.

—No lo hagas. Ahora necesitan nuestro apoyo —Tae se lleva un trozo de sándwich de la cafetería a la boca y yo pongo una mueca. No me gusta nada tener que callarme cosas.

Ya bastante que he tenido que cerrar la bocaza cuando Hye ha pasado de comer en la cafetería y ha decidido venir al hospital directamente. Andando. Podríamos haber cogido el metro o un uber, pero al parecer Hye tiene pánico no solo a los sitios cerrados y las aglomeraciones, sino a los putos coches. Ni puta idea de por qué, pero mis pies ahora mismo la maldicen.

Ni si quiera ha comido, la verdad. Se ha subido directamente y, como Jimin ya está consciente, les he dejado un poco de intimidad y me he bajado con Tae a quejarme de la puta situación que me está tocando vivir. Esto de que tus amigos lo dejen es una auténtica mierda.

Aunque, en realidad, ahora que lo pienso, debería haberme quedado arriba. Porque Jimin está colado por ella y tiene que saber que ella y Jungkook lo han dejado y yo, que soy Hyekook shipper, no puedo permitir que aproveche su vulnerabilidad.

Bueno, ahora le subo un sándwich e interrumpo el momento.

—Yo ya le he dicho a Jungkook que hable con ella —me confiesa Tae, después de masticar—. Que sabemos que se arrepiente de sus palabras. Pero me ha dicho que está cansado de no pensar en él ni un poco y que quiere una disculpa.

—Ya, Hye ahora no quiere hablarle. Que, a ver, yo hubiese salido corriendo a pedirle perdón en cuanto lo dijo, pero supongo que ella es diferente.

—¿Te ha dicho por qué?

—Porque no es buena para él —respondo, encogiéndome de hombros y robándole una patata del plato—. Lo que no cuadra porque, salvo no hablarle, actúa como si todo estuviese perfectamente bien. Espera, tengo una idea.

—¿Cuál? —pregunta Tae.

—Una encerrona. Que se tengan que hablar por huevos. Les encerramos en algún sitio y voilá: se comen los morros y todo solucionado.

—No sé si es buena idea teniendo en cuenta que Hye es claustrofóbica, según me contó...

—Joder... Mira que es complicado... —comento, y le robo un trozo de la corteza del sándwich para pensar. Masticar me ayuda a que las ideas lleguen más rápido al cerebro. Bingo—. ¡Lo tengo!

—¿El qué? —pregunta Tae, abriendo mucho los ojos.

—Voy a llamar a Namjoon... Ahora mismo —cojo mi móvil con la agilidad de una adicta a las redes y busco su número en mi extensa agenda. Me suelo quedar con los nombres con bastante rapidez, pero también los guardo asociados al nombre de la persona que me los presentó. Muy útil, sobre todo ahora, que ya que no me sé su apellido puedo poner el nombre de mi amiga al lado. Tae sigue masticando, interesado, cuando me llevo el teléfono a la oreja para hablar con él—. ¿Namjoon?

The ghost of it - jjk, myg, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora