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Siempre había considerado que el sexo en una relación era lo más importante. Supongo que es porque para Yoongi siempre lo fue.

Para él todo empezaba con un polvo y acababa con otro y, lo demás, era lo que había en medio de eso. Sé que conmigo fue diferente que con el resto, porque tuvo que enseñarme a follar y todo eso, pero nuestra relación siempre fue eso. A veces con Sang he hablado de esto, de por qué yo pensaba que alguien me podía dejar solo por el sexo, y ahora sé que es porque para mi única relación era su prioridad.

Ahora las cosas son distintas. He aprendido a ver el sexo como lo que hay en medio. Lo que hay entre un beso y otro; entre unas sonrisas cómplices y muchas caricias; entre una cita en el cine y dormir abrazados. Para Jungkook y para mí no es una prioridad y, precisamente por eso, creo que lo disfrutamos (y lo practicamos) más que nunca.

Follamos todos los días salvo los miércoles, porque paso el día con Ahn mientras él dobla turno y se encarga de avanzar todo lo que puede con sus trabajos pendientes, y cuando volvemos a besarnos el jueves, a veces pienso que se ha convertido en una necesidad todavía más grande de lo que lo era antes para mí. Solo que después del sexo, cuando nos acurrucamos muy juntos para darnos besitos y mimarnos mucho, me doy cuenta de que a lo que verdaderamente estoy enganchada es a poder sentirle tan cerca, tan auténtico.

Hoy nos hemos vuelto a pasar toda la mañana follando. He empezado chupándosela en la ducha después de confesarle que siempre había querido hacerlo y ha acabado empotrándome contra la pared porque un día le dije que era una postura que me moría por probar después del accidente. Luego hemos vuelto a la ducha porque estábamos sudados, y ahora estamos en la cama completamente desnudos y secos (menos mi pelo, que está envuelto en una toalla), acariciándonos.

Jungkook no deja de acariciar mi muñón con mucho cariño y yo hago lo mismo con sus pectorales en círculos pequeñitos, porque tengo los ojos cerrados y estoy muy, muy relajada. No solo por el cansancio después del sexo, sino por sus manos y sus besos en mi frente.

—¿Te vas a quedar dormida? —me pregunta con voz muy suave. Yo niego y me aprieto un poco más contra su pecho, lo que hace que se ría un poco—. Lo parece.

—Es que estoy muy tranquila. No rompas la magia...

—Lo siento, pimientita, pero tengo que hacerlo —dice, así que me separo de su pecho para mirarle—. Es que entro en media hora a la cafetería. Y tú has quedado... con Yoongi —asiento, y noto cómo su mano acaricia con todavía más suavidad mi muñón—. ¿Estás segura?

Vuelvo a asentir, aunque una cosa es estar segura y otra no tener miedo. Y lo tengo, claro, pero después de semanas dándole vueltas, tras de la conversación que tuve ayer con Sang decidí que era lo mejor si quería pasar página del todo. Por eso le dije a Jungkook que avisase a Yoongi por mí para quedar en la cafetería hoy.

No quería hablar con él en mi habitación —que se ha convertido en mi sitio seguro—, ni en la de Jungkook —que ha dejado de darme tanto pánico—, así que decidí que el mejor sitio era uno en el que estuviese rodeada de gente y en el que Jungkook pudiese estar cerca, pero no escuchándolo todo. Sé que en realidad no es muy buena idea que tenga turno, porque si pasa algo y me da un ataque de ansiedad (un escenario en el que pienso más veces de las que me gustaría), él estará trabajando, pero me ha asegurado que le ha comentado a su compañero de trabajo la situación para que le cubra durante unos minutos y que, de todos modos, todavía tiene algunos días de vacaciones por si tiene que cogerse horas repentinamente.

Así que, aunque puede que no sea el planazo del siglo, creo que es el mejor que hemos podido elaborar para la ocasión. Jungkook estará ocupado mientras tanto y yo sentiré la seguridad de tenerle a solo unos metros.

The ghost of it - jjk, myg, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora