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A base de mucho esfuerzo y mucho chantaje a Namjoon (aunque, en realidad, debo admitir que ha sido demasiado fácil sonsacárselo), he conseguido averiguar cuál es la cafetería en la que trabaja Jungkook. Mi propósito con esta información es pasarme para tomar café y adelantar trabajos casualmente y que, así, el moreno no solo no pueda evitarme, sino que me confiese lo que me lleva comiendo por dentro varios días: que él y Ahn están saliendo.

No sé muy bien qué voy a hacer cuando confirme mis sospechas, pero ya estoy ensayando mi mejor cara de: "me alegro un montón". Aunque me esté rompiendo por dentro.

El sábado, como cada día, hablé con Sang y le conté un poco de lo que me está pasando últimamente. Y con un poco, me refiero a la punta del iceberg: que hablé con Jimin y le he prometido saludarle y todo eso. Me he callado que han vuelto a mi mente los sentimientos que alberga por mí y lo que está empezando a revolucionar mi vida entera: los besos con Jungkook. Bueno, Jungkook en general.

Claro que Sang se dio cuenta de que, de un par de semanas a aquel día, había dejado de hablar completamente de él. Le mencionaba de pasada y apenas contaba nada que se saliese de la universidad o Namjoon. Así que le di evasivas, contándole que casi no le veía por su nuevo trabajo. Supongo que se lo creyó.

Me digo que si no se lo he contado es porque quiero aclararme por mí misma, que ella no me diga qué tengo que sentir en cada momento. Pero en realidad sé que también es porque no me va a gustar lo que me va a decir. Como también sé que, cuando se lo acabe contando, probablemente esté llorando y al borde de un ataque de ansiedad.

Pero de momento puedo controlarlo todo, me digo mientras voy a clase. Luego, cuando acabe mi horario, me pasaré por la cafetería de Jungkook para hacer los trabajos que nos manden y, de paso, seguir con mi plan.

Cuando llego allí, Jungkook y Ahn ya están sentados en nuestro sitio de siempre, muy juntos y cuchicheando. Y puede que a veces, cuando no le tenga delante, tenga muchísima determinación y la Hye que era antes vuelva para ser valiente, pero cuando le veo ahí, con ella, se esfuma y solo quiero esconderme.

Porque no soy suficiente, y Ahn es mucho mejor partido de lo que lo voy a ser yo nunca.

Si no te gusta de ese modo, ¿verdad?

Solo sus labios, su rubor, su sonrisa, el modo que tiene de hacerte sentir bien con solo mirarte.

Pero no te gusta de ese modo.

Por eso, intentando no molestar a la pareja, me siento en completo silencio, intentando que no noten mi presencia. No es extremadamente difícil, o eso creo.

—¡Hye! ¿Qué tal va el plan para ligarte al buenorro de Jimin?

Pego un bote en la silla cuando escucho a Ahn. Jungkook está en medio de ambas y se gira, ruborizado, cuando me ve a su lado. Aunque, además del rojo de sus mejillas, puedo ver su mandíbula tensa. De nuevo.

—No hay plan, Ahn —confieso, mientras levanto la tapa de mi ordenador portátil.

—¿Por quéééééé? —pregunta, dramática—. ¡Si es pan comido, nena! Solo tienes que besarle y llevarle a un sitio bonito. A mí me vale con cualquier sitio limpio, pero supongo que él será un poco más refinado.

—Porque no quiero hacerlo, Ahn —insisto y ahora la miro directamente, perfectamente consciente de la mirada de Jungkook en mí—. Jimin fue mi amigo en determinado momento de mi vida, pero yo nunca le he visto del mismo modo que él a mí.

—Dijiste que ibas a darle una oportunidad —dice, con un puchero.

Y, aunque sé que no es su intención, me está poniendo de muy mal humor que intente emparejarme con otra persona, más todavía cuando el causante de que esté echa un lío está sentado a mi lado.

The ghost of it - jjk, myg, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora