- 23 -

5.3K 443 186
                                        

Cuando conocí a Jin pensé que era un borracho más que se había pasado bebiendo alcohol y, por eso, sacó a relucir su lado más desvergonzado y todos sus chistes malos. Pero me equivocaba, claro. Porque Jin con alcohol es igual que sin él.

—¿Qué le dice un pingüino a una pingüina?

—Hye, no entres a su jue...

—¿Qué? —pregunto, y Kim Seokjin me mira como si hubiese triunfado en la vida.

—Como tú ningüina.

Nam se lleva la mano a la cara, frustrado. Aunque puedo ver una diminuta sonrisa naciendo entre sus dedos que me hace sonreír. No sé si es porque le encanta que Jin sea tan tonto o porque se le ha contagiado la expresión del mayor. Y, por el rato que llevo con ellos, podría ser una mezcla de las dos opciones.

Sé que mi amigo no quiere admitirlo. Que piensa que solo se enrolla con Jin, pasa un buen rato y no sienta nada. Pero ahora, mientras me tomo un café con ellos en la cafetería de Jungkook (Nam ha comprobado que mi novio no tenía turno, porque no quiere que vea a Jin), puedo ver con claridad que sí que siente algo. Y que en realidad no quería que comprobase que Jin está colado por él: lo que él pretendía era presentármele oficialmente. Sin fiesta ni alcohol de por medio.

—A Hye le encantan mis chistes. Por eso la escogí como mi salvadora.

—¡Fui yo quien te soportó toda la noche!

—Afortunadamente para ti —susurra Jin.

—¿Qué? —pregunta Nam, confundido.

—¿Qué? —replica Jin. Y yo me río.

—¿Os ha dicho alguien que hacéis muy buena pareja? —pregunto, dando un sorbo del batido de vainilla que he pedido. Namjoon me mira con odio.

—Eres la primera persona que nos ve juntos, así que no. Pero se lo digo a Nam todos los días, solo que no me cree.

Lo dicho: mi amigo sabe de sobra que Jin está colado por él. Quizá lo que esperaba es que yo quisiera quitárselo de la cabeza, pero no va ser el caso.

—Es un poco cabezota —le admito a Jin, y él me sonríe tan radiante como lleva haciendo desde que ha llegado—. Pero seguro que él también lo cree.

—Lo sé —dice, superpagado de sí mismo—. Soy tan guapo que no puede resistirse a mis encantos.

—Oye, hemos venido aquí porque queríais conoceros, ¿podemos dejar de hablar de mí?

—Cariño, es que si quiero conocerla es precisamente por ti —le susurra Jin, antes de guiñarle un ojo a mi amigo. Nam se pone rojo. Rojo.

Parpadeo como si hubiese visto un milagro.

—Y porque te conté que casi deja escapar al chico que le gusta por salvarte —completa mi amigo—. Era por eso, no porque quisieses conocer a mis amigos.

—Claro, si eso te hace sentir mejor... —mascullo, y él le da un pisotón a mi pie bueno—. ¡Ah!

—Eso me daba curiosidad, la verdad —admite Jin—. ¿Quién es el chaval?

Ahora es mi turno para ponerme roja.

—El compañero de cuarto de Namjoon —admito. Para ver si la pelota se va de mi tejado.

—Ah, el que no quieres presentarme —suelta Jin. Aunque no sé si está enfadado o divertido por el tono que usa—. ¿Sabes, Hye? Eres la primera persona de su círculo que conozco y creo que es porque no le quedaba más remedio. Le da miedo salir del armario.

The ghost of it - jjk, myg, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora