The ghost of it - jjk, myg, pjm

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—¿Qué coño le pasa a tu novio? Parece que quería atravesar la puerta.

Ahn está señalando a un Jungkook que casi pide perdón a la puerta con la que se ha chocado cuando ha salido pitando. La verdad es que lleva toda la mañana nervioso. Nos hemos encontrado directamente en la universidad y me ha dicho medio atropellado que tenía que contarme algo antes de que Ahn llegara superilusionada porque hoy ha quedado con Taehyung. Y no me ha dicho nada, claro.

El caso es que ahora se ha ido pitando porque dice que le han llamado de la cafetería para cambiarle el turno y estaba tan en su mundo que casi se come la puerta.

—Ni idea —digo, encogiéndome de hombros.

Fuera está lloviendo, así que hoy no puedo salir a la calle a perseguir a Jungkook o a que me dé el aire, lo que me pone bastante nerviosa.

—Sé que ha dicho que tiene que ir a la cafetería y eso, pero ¿no estaba como hiperactivo? Quiero decir: más.

—Ya, no sé —digo, buscando algo que hacer para distraerme, pero no sé el qué.

—¿No te ha dicho nada? —yo niego—. Bueno, quizá es solo estrés. Porque lo vuestro va bien, ¿verdad?

No me hace falta ni mirarme en un espejo para saber que tengo las mejillas rojas. Porque recuerdo lo del domingo y... Aunque me resulta raro tener tantas ganas de sexo todo el tiempo, quiero repetirlo. Quizá no hoy, porque todavía ando un poco raro y creo que se me ha jodido la rutina del sueño por pasarme media tarde durmiendo, pero sí otro día. Mañana, por ejemplo.

Hye. Para. Esto es serio.

—Vaya, vaya, ¿usando la remesa del otro día? —pregunta, alzando las cejas rápidamente. Yo asiento y me dispongo a buscar algo en el ordenador. ¿El qué? Ni idea, la verdad—. ¿Y bien?

—¡No te voy a contar detalles! —me quejo. Entro en Twitter. Hay un montón de memes raros de un nuevo grupo de k-pop. No entiendo nada.

—No quiero detalles, no soy tan morbosa —dice, con suficiencia. Yo me atrevo a mirarla para alzar una ceja—. Vale, NO TANTO. Solo quiero saber si ha estado bien, si sigues teniéndole pánico al sexo, ahora eres toda una adicta... No sé, ALGO. Creo que me lo merezco como sponsor principal.

—Jungkook es muy atento —digo, después de un rato pensando qué voy a decir al respecto, porque ella está expectante—. Y supongo que me ha quitado un poco el pánico.

—¿Ves? No todos los tíos son iguales, nena —dice, con suficiencia, buscando algo en su bolso. No sé cómo pueden entrarle tantas cosas en tan reducido espacio, yo siempre llevo los bolsos más grandes que tengo—. ¿Sabes? El primer tío con el que me acosté fue un auténtico horror. Te juro que estuve meses sin querer saber nada del sexo, y mira que la gente no dejaba de decir lo maravilloso que era y todas esas cosas. Pero luego llegó el indicado y el sexo se convirtió en una delicia. Aunque sé que el problema que tú tenías no era ese, claro —empieza a limarse las uñas mientras yo la observo en silencio contar toda su anécdota—. Pero también lo he vivido, como te dije. Y es una mierda, porque luego vienen los complejos y toda esa basura. Hasta que, de nuevo llega el indicado. Al final todo se trata de encontrar a las personas correctas, nena.

—¿Y Taehyung? ¿Es el indicado?

A Ahn le tiembla la lima entre las manos y aprieta los labios.

—Es un amigo —dice, sin más. Pero claro, yo no me lo creo. Después de todo este tiempo como para hacerlo, viéndole la cara de ilusión que pone cada vez que el castaño está pululando.

—Ya, claro. Seguro.

—¿Qué? ¡Es la verdad!

A la defensiva. Ahn siempre se pone a la defensiva cuando siente que estás atacando sus cosas, cuando está lejos de su zona de confort. Y ahora lo está, lo que a mí me genera una tremenda curiosidad.