- 42 -

5.2K 370 287
                                    

—¿Cómo te sientes?

—Bien, supongo. Creo que es la primera vez que puedo decirlo y lo siento de verdad.

Sang me sonríe desde su silla en el diminuto despacho de la casa de su hermana y apunta en su libreta. Desde que estuve hospitalizada se ha negado a seguir con mi tratamiento exclusivamente por vía telefónica, así que viene cada quince días para ver cómo estoy. Su hermana le ha dejado un cachito de su casa para montar un despacho los sábados y aprovecha para atender a algún que otro cliente más, así que no me siento tan mal. De hecho, a veces me hace bien verla.

Hoy Jungkook me ha acompañado y está esperando en el salón tomándose un café mientras estudia. Le he dicho que no era necesario, pero ha insistido. Sang le ha visto y también ha sonreído al verle. Quizá porque él ha venido, su primera pregunta no se ha centrado en el pasado (como la fiesta, un tema bastante recurrente), sino en el presente.

—Se te ve bien, la verdad. Ahora llevas la prótesis al aire.

Miro mi pierna, que hoy está al descubierto porque me he puesto un vestido azul que Jungkook ha dicho que es muy bonito y que me queda muy bien. Normalmente no le hubiese creído, pero la verdad es que hoy sí que me veo guapa.

—Sí. Es que bueno, te lo dije... Ahn me regaló una funda nueva.

—Es muy bonita. Y te pega. ¿Por qué escogiste el morado?

—Porque Jungkook me hizo un cuadro hace tiempo. Bueno, fue para clase, era un desnudo y me daba mucho miedo que todo el mundo pudiese ver que me faltaba una pierna... Así que él se la inventó y la pintó de morado.

Lo digo retorciéndome los dedos y sonriendo mucho. Porque todavía es difícil soltarlo todo sin filtros y porque, en realidad, es uno de los recuerdos más bonitos que conservo.

—Eso es muy bonito, Hye —dice, siguiendo con sus apuntes en la libreta—. Y hoy ha venido contigo. ¿Estáis bien otra vez?

—Estamos juntos —respondo asintiendo. También sonrío—. Llevabas razón: Jungkook también tenía miedo. Pero vamos a superarlos juntos.

—Es muy buen pensamiento, Hye. ¿Tú crees que estás mejor?

—Sí, creo que sí —afirmo, y noto como Sang deja el boli sobre la libreta para mirarme.

—¿Has hablado con Yoongi en todo este tiempo?

Me tenso un poco, la verdad. Sé que la conversación estaba siendo muy banal y que, de un momento a otro, iba a acabar así. Pero estoy superando las cosas poco a poco y Yoongi era algo que no tenía en mente.

—No —admito—. Y tampoco necesito hacerlo.

—Bueno, ahí quizá discrepe —me dice ella—. Si te soy sincera, creo que sí que lo necesitas para superarle, aunque creas que no porque estás más feliz así.

—Pero va a doler. Con Yoongi siempre duele.

—Y para llegar hasta donde estás ahora también ha dolido, ¿verdad? ¿Qué pasó con Jimin?

—Nos mandamos una carta. Y lloré mucho, pero... Sé que estamos bien. Aunque no nos hayamos visto y no nos hayamos dicho todo... Estaremos bien cuando nos reencontremos.

—Con Yoongi también necesitas hacerlo, Hye —me anima—. ¿Le sigues culpando?

—No tanto —admito, porque decir que no lo hago en absoluto sería mentir—. O sea... Ahora sé que fue más culpa mía que de nadie y que duele y siempre va a doler... Pero si lo asumo va a ser un poquito mejor. Y que al final Yoongi solo fue una piedra en el camino con la que tuve que tropezarme.

The ghost of it - jjk, myg, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora