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[Jimin]

La clínica de rehabilitación es más como un internado que un médico. Bueno, tiene cosas de médico, como que me tomo todos los días pastillas para ayudarme con el mono y voy a terapias individuales y grupales, pero cuando estoy mejor es como un internado.

Hay gente muy mayor y gente también de mi edad que pasea por los pasillos. Y yo, en comparación, no estoy tan mal, de verdad. No grito por las noches porque me haga falta la coca, ni nada. Bueno, no siempre.

A veces me hace falta, no voy a negarlo. Cuando siento que las paredes son pequeñas o me doy cuenta de que todavía no sé el tiempo que me queda aquí encerrado. Eso es lo peor, en realidad. Pero cuando voy a las terapias me doy cuenta de que es más normal de lo que parece y me siento mejor. Siento que si puedo aguantar el mono aquí también podré hacerlo fuera, aunque Hobi siempre dice que lo peor es superarlo al salir.

Hobi es uno de los enfermeros que hay aquí. Se llama Jung Hoseok y creo que tiene asignada (entre otras) mi habitación, porque es al que más veo. A veces cuando libra viene una chica, pero ella no habla conmigo como él. No me comprende como él. Bueno, ella ni siquiera me dijo su nombre, mientras que Hobi me pidió que le llamase así.

En realidad, él es la única persona por la que me mantengo cuerdo aquí. No solo porque siempre me da los mejores consejos y porque me hace mejorar, sino porque, en el fondo, me gusta. Y él lo sabe, claro. Pero sigo siendo un drogadicto que tiene que superar toda esta mierda, y él ha visto demasiado como para aceptar que le gusto.

Lo llevo bien. No lo siento como un rechazo ni nada por el estilo, porque sé que a él también le gusto. A veces me mira los labios y le sonrío porque le he pillado, y él también me sonríe, pero es porque lo hace todo el tiempo.

Jamás he visto a Hobi triste.

Ni siquiera lo estuvo cuando Jungkook me trajo la carta de Hye y me escondí en mi habitación para leerla. Le avisé de que iba a hacerlo y de que Hye fue mi novia y que salí y volví a las drogas por ella, así que iba a ser duro. Por eso, después de al menos veinte minutos leyendo, releyendo y llorando, Hobi entró y, sin abandonar esa sonrisa, intentó tranquilizarme.

Dejé que la leyera y me dijo que era muy buena señal porque los dos estábamos sanando, así que le creí. A Hobi siempre le creo.

Salvo esos momentos de bajón y los días en los que creo que necesito la droga para volver a ser yo, estoy bien. Hablo mucho con Hobi y hay una chica que se llama Eunji con la que también me llevo bien. La conocí en una de las terapias y, como creo que somos los que estamos mejor de todos los que hay aquí, al final hablamos para sentirnos menos solos.

Mis amigos también vienen de vez en cuando. Ya sé sus patrones y sé que se turnan para venir un par de veces por semana. La única que no viene es Hye, pero lo entiendo después de que lo explicase y lo entendía antes.

El otro día vino Jungkook. La verdad es que pensaba que no le importaba tanto. Creía que simplemente se llevaba bien conmigo porque soy hermano de Jihyun y porque era amigo de Hye. Es por eso último por lo que pensaba que venía al principio, pero ahora sé que no. Porque si no, hubiese dejado de venir en el momento en el que empezó a salir con ella.

Sé que se lo he dicho muchas veces, pero es que en cuanto apareció ese día por aquí supe que estaba de nuevo con Hye. Le brillaban los ojos y sonreía sin razón aparente. De hecho, intentaba fingir para que yo no me diese cuenta, pero siempre lo hago. No sé si es porque conozco a Jungkookie mejor de lo que creo o porque sé que cualquiera que pueda estar con ella debe tener esa cara, pero el caso es que lo supe.

—¿Qué tal estás? —me preguntó, todavía portando esa sonrisa en la cara.

—Bien, muy bien —respondí para no preocuparle. Porque a ver, estaría mejor fuera.

The ghost of it - jjk, myg, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora