- 28 -

3.9K 400 106
                                    

Para: Jeon Jungkook

Asunto: Min Yoongi y la Hye de dos piernas.

Sé que te dije que algún día te lo contaría, pero no se me da muy bien expresarlo con palabras en el aire. Supongo que siempre se me ha dado mejor plasmarlo por escrito para poder ver bien qué estoy diciendo, cómo y si es eso exactamente lo que quiero decir. Para que quede perfecto. Mi terapeuta, Sang, me lo recomendó cuando empecé la terapia y nunca he dejado de hacerlo.

Creo que, en realidad, si no me siento con la fuerza de decirlo es porque nunca he hablado de Min Yoongi en voz alta desde el accidente. No diciendo su nombre ni nada de lo que pasó, al menos. Siempre le he escrito. Era para él y para mí a la vez. Siempre le llamo, le acuso, le maldigo. Pero nunca se lo digo a los demás para que entiendan, porque no espero que lo hagan. Porque puede parecer una tontería, pero sé que Min Yoongi lo hizo todo peor. Que fue mi destrucción.

Quizá, antes de empezar a contar las cosas desde el inicio, como se suele hacer, debería contarte qué me pasó el otro día en el ascensor. Sé que tú lo tenías claro, al menos la parte médica, la que cualquier persona podía ver. Porque sí, me dio un ataque de ansiedad. Porque soy claustrofóbica y porque su presencia me agobia y me hace recordar demasiado. Y llevaba cuatro años sin verle.

Cuando le vi sentí que retrocedía en el tiempo. Fue como meterme de lleno en esos ojos de gato y volver a recordar todo: nuestra relación, como acabó y la fiesta. Sí, tu fiesta. Y pensar en ese momento siempre me agobia. Siempre me parece que no hay aire suficiente en el mundo para que yo pueda respirar al recordarlo. Todo parece más pequeño y yo un poco más encerrada en ese momento.

Pero para contarte la fiesta, ese lapso de tiempo en el que no estaba contigo pidiéndote alcohol, necesito contarte por qué lo necesitaba.

Empecé a salir con Min Yoongi cuando tenía 16 años. Mi primer novio. Nos enamoramos (o más bien, debería decir que yo me enamoré) a base de comer sándwiches en una esquina del patio en la hora de ciencias. El primer día yo me salté la clase porque volví del médico y no quería entrar con ella empezada, pero me le encontré a él. Una sombra negra que mordía un sándwich con asco mientras escuchaba música a todo volumen desde sus auriculares extragrandes. Esos que dicen con solo mirarlos: no molestar.

Yoongi también me vio en ese momento y me dedicó la misma expresión de asco que al sándwich. Pero a mí me pareció interesante. Supongo que por aquel entonces me atraía el peligro, lo misterioso y desconocido. A mis amigas les gustaban esos tíos y salían con ellos, así que yo tenía que estar a la altura.

Al día siguiente me salté la clase a propósito para estar con él. Y como no tenía los cascos, intenté hacerme la desinteresada y la borde y me senté a su lado pasando deliberadamente de él hasta que me habló. Fue una técnica magistral, lo sé.

Después de un trimestre entero saltándome ciencias tenía que presentarme a la recuperación, pero conocía a Min Yoongi a la perfección (o eso creía) y él me conocía a mí.

No perdimos mucho el tiempo, la verdad. Éramos jóvenes y estábamos ansiosos todo el tiempo, así que la mayor parte de los días nos enrollábamos en los lavabos de tíos, en el cuarto de la limpieza o incluso en la biblioteca cuando Yoongi robaba la llave a escondidas. Ahora sé que, aunque yo le di todo (mi primer beso, mi primera vez y mi corazón entero), para él estaba siendo uno de los mejores entretenimientos del curso. Y yo, que estaba ciega de amor y de placer después de haberlo experimentado, creía que me quería como yo a él.

Jimin siempre desconfió de él. Fue mi mejor amigo desde el instituto y nunca me falló. Ni un segundo. Pero cuando te dicen que estás equivocada, que tus ojos no están viendo lo que tú ves, desconfías. Porque, ¿cómo no vas a estar segura, segurísima, si tus sentidos no mienten? Si tu corazón late tan desbocado tiene que ser por algo.

The ghost of it - jjk, myg, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora