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—A ver, que me entere yo, ¿sabes la razón concreta por la que Jungkook nos ha dicho a todos que ya no hace falta que nos turnemos para dormir contigo? Porque me estoy oliendo que no es porque estés muchísimo mejor, aunque hoy estemos aquí, ni nada de eso, sino porque se va a encargar él de dormir ahí todas las noches. ¿Me equivoco?

—No, no te equivocas —respondo, mientras sigo mirando modelos de fundas para la prótesis.

Al parecer, cuando Ahn se enteró de que me faltaba una pierna empezó a buscar en Naver información al respecto hasta poder hacer un Trabajo de Fin de Grado completo sobre muñones, piernas y fundas. Sabía que era consciente, porque en el hospital no dijo nada ni al ver a las enfermeras hacerme las curas, pero nunca lo supe con tanta claridad como cuando me dijo que me iba a regalar una funda moderna, pero que tenía que elegirla yo.

La verdad es que nunca le vi nada malo a mi funda: cubre lo suficiente y se parece, mínimamente, a lo que es mi pierna. O sea que mi único problema con la prótesis es, precisamente, que sea una prótesis y no una pierna.

Sin embargo, cuando se lo hice saber a Ahn, me dio a entender que ese era el problema por el que nunca la enseñaba; según ella, "porque es fea de pelotas". Y por eso hoy estamos en esta tienda, dejando sobradamente claro que me falta una pierna, porque ella se ha puesto una falda con medias finas. Aunque es raro, porque no me siento tan mal como debería.

—Vale, entonces, ¿por qué? Datos. Información. Necesito saber el porqué de esa decisión.

—Porque yo se lo pedí —digo deprisa, y vuelvo a mirar el catálogo que nos ha dejado el dependiente antes de señalar una funda aleatoria—. Mira, me gusta esta.

—Mentira cochina, Hye. Esa es todavía más fea que tu puta funda. No intentes distraerme. ¿Por qué se lo pediste?

—Porque duermo mejor con él a mi lado. Me calma —confieso bufando. Suelto el catálogo, agotada de la situación—. Ahn, de verdad que esto es inútil.

—Hye, que no me pongas nerviosa —grita. Y baja el tono cuando se da cuenta de que los señores que han venido a por una silla de ruedas nueva la están mirando—. Te tiene que gustar alguna. Voy a regalártela, así que si no la seleccionas tú lo voy a hacer yo.

—¿Por qué quieres hacerlo? —pregunto, intentando mirarla a los ojos. Pero ella no lo hace, porque está superconcentrada, pasando las páginas del catálogo para elegirla ella misma.

—Ya te lo he dicho: la nueva Hye tiene que cambiar de dentro hacia afuera. Si esa puta prótesis te está condicionando, la cambiamos; es fácil.

—Una funda no va a solucionar que no tenga pierna, Ahn.

Ahora es ella la que suelta el catálogo, cansada, y me mira a los ojos.

—La Hye que eres ahora no tiene pierna, eso es así. Tiene, en su lugar, una prótesis con la que puede andar igual que ando yo —suelta—. Y a lo mejor lo que no te gusta de esa prótesis no es que no sea tuya, porque lo es, sino que es fea de remate. Porque a ver, no se parece a tu pierna, vamos a ser sinceras. Pero a lo mejor tenemos que hacerla más diferente, más Hye, para que empieces a asumir que ese cacho de metal también eres tú, ¿entiendes? —pregunta y yo asiento, mascando sus palabras. En realidad, no espero que funcione, pero deseo que lo haga—. A mí me gusta esta; creo que te pega. ¿Qué te parece?

La funda que Ahn señala es de fibra de carbono, o eso parece. No tiene color carne ni silicona ni nada que hace que se asemeje a una pierna. En su lugar, tiene multitud de agujeritos que forman un patrón parecido a las flores. De algún modo extraño, es bonita. Precisamente porque es muy diferente a lo que tengo y porque queda estético.

The ghost of it - jjk, myg, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora