Seis

1.2K 272 16
                                    


El Príncipe me ha confiado un secreto.

Aún ahora no puedo repetirlo sin sentir el deseo de ir con mi maestro a decirselo. Cuando he intentando hacerlo el Príncipe se ha alterado tanto que, pese a su condición, ha conseguido enderezarse para sujetarme del brazo. 

Sus manos delgadas me han aferrado con una fuerza nacida del pánico, me ha suplicado guardar el secreto, me ha mirado a la cara con ojos llenos de espanto mientras me rogaba que no se lo contara a nadie.

Al final se ha desmayado, es obvio que el estres ha sido demasiado para él, así que he tenido que sujetarlo en su caída para devolver a su lugar entre las cobijas. Después me he quedado mirandolo intentando encontrar el sentido a la conversación. 

El Príncipe cree que alguien lo está envenenando, lo cual explica su repentina renuencia a comer. ¿Podrá ser esto un pánico infundado? ¿O es que acaso algo lo ha hecho sospechar?

Está noche no he dormido, mi intención de ir directamente a la despensa a inspeccionar la comida se ha visto pausada al comprender que si el Príncipe tiene razón, y su comida está siendo envenenada, entonces existe un envenenador que podría encontrar sospechosa mi repentina inspección. 

Debo ser cuidadoso. Lo que no entiendo es ¿por qué ahora? ¿y por qué al Príncipe?


Hanami: El Diario De Un GuardiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora