Veintiseis

1K 244 15
                                    


El Príncipe está enfermando.

La recaída del Príncipe ha sido lenta, como siempre. Ha empezado a dormir más, a distraerse con facilidad, y a comer raciones diminutas. Pero las visitas de Izuku han logrado que el Príncipe se esfuerce por levantarse, y arreglarse, para recibirlo; y pese al cansancio que puede leerse en su cara al final consigue sonreír mientras pasa horas charlando con su invitado.

Cuando mi maestro vino a comer le conté de la pregunta que Izuku me hizo en su última visita, él también frunció el entrecejo y sugirió que la única forma de averiguarlo era conociendo el origen del veneno. Días después supe que Izuku había estado escribiéndose con un conocedor de venenos en la Academia de forma que pudiéramos averiguar el origen de lo que sea este afectando al Príncipe, pero el experimento no ha resultado como esperábamos. Tras masticar la pasta que Izuku le había proporcionado, el Príncipe se enjuago la boca con agua tras lo cual escupió en un tazón; según Izuku solo podía salir uno de tres colores –negro, verde o amarillo–.

El agua que el Príncipe ha escupido es de un color rojo sangre.

En lugar de ofrecer una explicación, Izuku se ha marchado deprisa, así que he tenido que esperar hasta la noche para escabullirme fuera de la casa. Los he encontrado a ambos en las habitaciones de mi maestro, discutiendo sin cesar. Es aquí donde Izuku nos ha explicado que el único veneno que deja un rastro rojo pertenece al grupo de los Asesinos Negros. Cuando mi maestro se ha mostrado incrédulo, Izuku le ha explicado que el color indica claramente que el veneno es una creación artificial.

"¿Por qué un grupo de asesinos estaría intentando asesinar a un Príncipe que rara vez sale?" esa ha sido la pregunta de mi maestro y ninguno de nosotros ha tenido una respuesta satisfactoria. Lo único en lo que hemos estado de acuerdo es que debemos monitorear con muchísimo cuidado todo lo que rodea al Príncipe, desde el agua que bebe y en la que se baña, hasta la tinta que usa para escribir.

El veneno podría estar en cualquier parte.

Por esa razón Izuku se ha convertido en un invitado a tiempo completo, comiendo la misma comida que el Príncipe y tomando nota de todos los establecimientos dónde se adquiere las provisiones de la casa pues su intención es identificar si alguno de ellos recibe cargamentos no autorizados. Incluso mi maestro ha encontrado excusas para enviar comida con regularidad y visitar la casa cada vez que tiene oportunidad. Todos comemos de la misma bandeja e incluso bebemos el mismo té, aun cuando las sirvientas siempre le sirven primero al Príncipe –debido a su estatus– él no toca nunca la taza hasta que nosotros no lo hemos probado primero. Y ninguno de nosotros escupe un rastro rojo tras masticar la pasta que Izuku nos entrega después de cada comida.

La única cosa que el Príncipe consume que el resto no es el azúcar, pero me he asegurado de cambiar la azucarera y su contenido lo ha comprado mi maestro, así que no hay riesgo ahí. Aun así, siempre que puedo evito acercar la azucarera, sé que el Príncipe prefiere ocasionalmente el té dulce pero su gusto por el azúcar es muy variante porque hay días en los que ni siquiera la pide y hay otros en que no se bebe el té si no lleva azúcar, aunque él nunca se queja.

Lo único que podemos hacer es seguir investigando.

[...]

Hanami: El Diario De Un GuardiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora