Cuarenta y Seis

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El Caos se terminó.

En el viaje de vuelta nos encontramos con un viejo conocido de Izuku. Su nombre es Eijirou, un personaje ruidoso y extravagante que parecía tener la manía de compartir historias privadas –la clase de historias que escandalizarían a mi maestro–. Su manera informal al hablar del Príncipe resultaba ofensiva, de no haber sido amigo de Izuku

La única información útil que conseguí al escucharlo hablar fue que el Príncipe había tenido ocasión de convivir con los invitados del Emperador. Eso me ha hecho respirar tranquilo porque al final Izuku tuvo razón al decir que el Príncipe se encontraría a salvo mientras estuviera en el palacio. También refuerza la teoría de que no hay un veneno.

Izuku cree que es otra cosa, yo no estoy seguro, pero veneno o no la pregunta sigue siendo cómo fue

administrado. No puede ser la comida ni la bebida porque nosotros (Eraser, Izuku y yo) hemos sido extremadamente cuidadosos con lo que le ofrecemos al Príncipe. Nada que no hayamos probado primero.

Así pues Izuku insistió en volver para visitar la oficina del difunto Doctor Yakumo. Quiere una lista con los ingredientes de la medicina que iba en la sopa para asegurarse que la mezcla no ha creado una reacción retardada que de alguna forma esté creando ese rastro rojo en el cuerpo del Príncipe.

Ese era el plan.

Pero apenas cruzamos las puertas todo se derrumbó en una bola de fuego.

Realmente no sé que pasó.

Eijirou, Izuku y yo nos separamos al cruzar las puertas. Me encontré con mi maestro, cuyo rostro se encontraba oscurecido por el cansancio y el desvelo –al parecer las invitados del Emperador alargaron su estadía y el cambio descuartizó los protocolos de seguridad–.

"Me alegra verte de nuevo, Fantasma" me dijo, "y nada me gustaría más que sentarme a discutir sobre tu viaje, pero tengo una sesión informativa con los centinelas ahora mismo y no puedo cancelarla."

Cuando me preguntó si prefería retirarme a mis habitaciones para descansar y quitarme el polvo del viaje, le dije que prefería esperar a que se desocupara. Estaba sentado en una esquina disfrutando del té cuando recibimos la noticia de un incendio extendiéndose en la zona central de la Ciudad. Lo peor fue escuchar del asesinato del Segundo Príncipe.

Lo que siguió fue el caos.

Por orden de Eraser todos los accesos a la Ciudad Imperial fueron bloqueados. El guardia Noche dio la orden de cerrar el palacio. La guardia Sombra salió en persecución del asesino. Y a mí me tocó trabajar con el resto de mis hermanos para controlar el incendio. Pasamos horas evacuando la zona, apagando el fuego y mojando las vigas de las casas vecinas. Un día después me desplome por fin en mi cama oliendo a humo y ceniza, tan cansado del viaje y el caos que me dormí de inmediato. Cuando me desperté –otro día después– encontré a uno de mis hermanos esperando para darme un mensaje. Era de

Eraser y me ordenaba comer antes de presentarme en su oficina. Ahí me esperaba con los ojos enrojecidos y la expresión desgastada de aquellos que no han dormido nada.

Lo que Eraser me dijo entonces sigue oyéndose imposible.

Porque es imposible.

Él dijo:

"Hemos terminado de interrogar a todos los invitados en la casa del Segundo Príncipe. Y a todos los testigos que vieron el ataque. Tenemos una descripción clara del rostro del atacante y la ropa que llevaba, y otra descripción del hombre que lo ayudó a escapar"

Y entonces me tendió dos bosquejos a carboncillo uno de Izuku –aunque no podía ser él– y otro que se parecía demasiado a Eijirou.

"¿Qué es esto?" Le pregunté.

Y fue aquí donde la realidad pareció desdoblarse. Según Eraser todos los testigos señalaron a Izuku como el atacante.

"Lo vieron sobre el cuerpo, cubierto de sangre"

"Nadie ha pensado que intentaba ayudarlo"

"El problema está en que huyó de la escena"

"Eso no importa. Sabemos que Izuku no haría eso, no tiene sentido. Acabamos de volver"

"Ese es otro problema. Los guardias lo recuerdan, recuerdan que Izuku y este otro-"

"Eijirou"

"De acuerdo, como decía, los guardias recuerdan haber visto a Izuku y a Eijirou entrando esa tarde contigo"

Algo en la expresión de mi maestro me dijo que una simple explicación no iba a ser suficiente.

"¿Quién es este, Eijirou?"

"Es amigo de Izuku... hmm". No había estado presente cuando ellos se habían encontrado, y mi mal humor por el viaje me había impedido prestar atención a su conversación al principio. Después de eso procuraba no quedarme con ellos cuando empezaban con sus historias. "Sé que era uno de sus compañeros en la Academia"

"¿Y por qué vino aquí?"

Recordaba haber oído que Eijirou estaba con alguna de las comitivas invitadas del Emperador, y así se lo dije a Eraser, pero no podía ofrecerle más porque estaba seguro de que no habían mencionado nunca el nombre de su señor. Al menos no frente a mí.

"El Emperador está furioso por el ataque a su hijo" me dijo Eraser. "Y ha ordenado una investigación clara y minuciosa sobre está situación. Tendrás que permanecer en las barracas hasta que lleguemos al fondo de esto, nada de abandonar tu puesto"

"Debo informarle al Príncipe que he vuelto"

"El Tercer Príncipe ha tenido una recaída. Su padre lo ha instalado en el palacio y bien sabes que solo los guardias asignados a este tienen permitido subir a los pisos superiores"

"¿Puedo enviarle una nota?"

"No, Fantasma, lo siento. Por cuestiones de seguridad tus mensajes serán monitoreados"

Tras eso me dejo marchar y yo aproveché para darme un baño y dormir, que buena falta me hacía. Me tomó un par de días entender lo delicado de mi posición.

Eraser y yo sabíamos que Izuku no era capaz de alzar la mano en contra de la familia de su padre,

pero no podíamos decir lo mismo de su amigo, Eijirou. No sabíamos quién era realmente, ni a quién servía, no podíamos descartar el hecho de que él lo hubiera orquestado todo. Y había sido mi culpa que le permitieran la entrada. Por eso no me sorprendió oír que iban a enjuiciarme.

Me sorprendió, en cambio, saber que no iba a ser el único.

Sombra, la guardiana personal del Segundo Príncipe, se encuentra detenida tras haber vuelto de su fallida persecución. A ella la acusan del abandono del deber y el fallo en sus obligaciones. A Eraser lo acusan de un mal liderazgo.

Si cualquiera de nosotros es encontrado culpable, nos ejecutarán. Y no puedo evitar pensar en lo descuidado que fui al confiar en Eijirou tan solo por su amistad con Izuku.

¿Puedo decir con certeza que Eijirou no usó a Izuku para entrar en la Ciudad?

¿Y si no fue él entonces quién atacó al Segundo Príncipe?

¿Quién?




Hanami: El Diario De Un GuardiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora