Veintinueve

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El Príncipe duerme.

Al final me ha sido imposible quedarme afuera y cuando el silencio dentro de la habitación se ha mantenido sin cambios he decidido comprobar que todo estuviera en orden. Esa es la excusa que me he dado para entrar en la habitación del Príncipe pese a que él no me ha dado permiso.

En mi primera inspección he sentido pánico al no verlo por ninguna parte, no estaba sentado en los sillones, sobre la cama, o acurrucado en algún rincón; he tenido que acercarme para entender que el Príncipe se ha escondido metiéndose bajo las cobijas. Lo he llamado suavecito para ver si estaba despierto, pero no ha habido respuesta así que con mucho cuidado he levantado las cobijas. Lo he visto dormir hecho una bolita completamente vestido y con los broches del pelo aún puestos así que he apartado las mantas de su cara para permitirle respirar y con muchísimo cuidado le quitado los pasadores flojos.

Tras apartar el pelo de su cara me he sentado en el suelo cerca de la cama a verlo dormir.

Es bueno comprobar que la tensión en su rostro se ha desvanecido, aunque también me doy cuenta de lo cansado que parece. No dejo de pensar en la expresión que tenía al salir del palacio, no dejo de preguntarme que sucedió ahí y qué puedo hacer para aliviar sus penas. Me doy cuenta que el Príncipe no suele hablar de aquello que le molesta, carga todo el peso como si temiera compartirlo pero no cometeré el error de interrogarlo. He visto lo incómodo que se ha puesto cuando los otros lo han hecho, así que debo esperar a que sea él quien decida hablar de aquello que le molesta.

Por ahora me quedaré aquí mientras duerme porque su dulce expresión apacigua la incertidumbre en mi corazón. Es bello, sí, cualquiera con dos ojos de frente puede verlo, pero también es precioso de una forma indescriptible. Aun si su padre no lo aprecia sé que el resto del mundo lo hará, sé que saldrá al mundo a deslumbrarlo y encontrará a alguien...

...

Sin importar lo que pase, mi destino es acompañarlo, no por obligación o mi juramento, tan solo no me imagino mi vida sin su sonrisa.

[...]


NA: Solo ahora me he dado cuenta que tal vez muchos de ustedes no saben que escribí la plotline de las novelas protagonizadas por Izuku (al menos dos de ellas). Puedes ir a mi blog y entrar al indice de Hanami donde aparece enlistado hasta el final. O visitar la entrada:

roquelg.wordpress.com/2019/04/09/balada-de-dos-espadas-plotline/

¡Saludos! Y hasta el siguiente.

Hanami: El Diario De Un GuardiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora