Cuarenta y Cuatro

1.4K 233 44
                                    


Tengo miedo.

Un miedo que se enrosca en mi estómago y no me deja en paz. Lo siento como una garra que me presiona el estómago, lo he sentido desde que nos separamos de Ochako y Mashirao.

Antes del miedo había sentido decepción al ver que los interrogatorios a los prisioneros no revelaban nada, ni siquiera Izuku logró hacerme sentir mejor sobre ese tema.

"Puede que no supieran que era el doctor, que no fueran ellos o que estén mintiendo"

En otras palabras, seguíamos exactamente igual que al principio, pero eso no hizo que Izuku se diera por vencido, siguió preguntando a cada uno de nuestros prisioneros hasta que llegamos al pueblo, los entregamos a las autoridades y nos quedamos a esperar la recompensa pues no teníamos dinero para trasladarnos ya que todo lo que habíamos recuperado del campamento lo habíamos repartido entre las víctimas. Y mientras esperábamos las mujeres que liberamos fueron despidiéndose de nosotros una a una ofreciéndonos una sonrisa e incontables reverencias. Los únicos que se quedaron a esperar con nosotros fueron Ochako y Mashirao, que se habían ofrecido a pagar por nuestra habitación mientras esperábamos.

Una noche, poco antes de que llegara el dinero, Izuku y Ochako conversaban como siempre sobre las enseñanzas de su mentora. Izuku quería saber el tratamiento correcto para la picadura de la serpiente negra, algo que Ochako parecía encontrar sumamente interesante. Por su parte Mashirao se sentaba frente a mí en completo silencio mientras yo intentaba pensar en si no sería más apropiado volver al bosque, buscar el carromato, llevarlo al pueblo y venderlo a cambio de dinero. En eso esta cuando oí a Izuku preguntar sobre los venenos.

La conversación según recuerdo fue más o menos así.

"¿Estás intentando envenenar a alguien?" pregunto Ochako

"No, pero un conocido me hablo de un veneno que deja un rastro rojo"

"No hay ningún veneno que deje un rastro rojo"

"Creí que era el sello inequívoco de los Asesinos Negros"

"Oh, ellos, no sabría decirte, no conozco a su organización ni los venenos que manejan"

"Una lástima"

"Lo siento, pero tal vez si me dices los síntomas pueda ayudarte a identificarlo. Mi maestra nos hizo memorizar listas enteras de todos los venenos conocidos para estar preparados por si nos topamos con alguno"

"Bueno, en ese caso. El veneno en cuestión se administra en la comida, provoca somnolencia y malestar físico, y reducción en la movilidad."

"También dolor en las articulaciones" añadí, "dolores de cabeza continuos y pérdida de peso. Se incluyen ojeras, piel seca, pelo deslucido y repentinos cambios de humor".

Ochako tenía preguntas e Izuku las contesto cuidando de no mencionar el nombre del Príncipe ni nada que pudiera apuntar en su dirección. Al final Ochako enumero varios venenos con síntomas similares, pero ninguno de ellos dejaba un rastro rojo.

"¿Estás seguro de que es un veneno?" insistió Ochako casi al final, evidentemente frustrada por no saber la respuesta.

"¿Qué otra cosa podría ser?"

"Hay muchas cosas en el mundo como para enlistarlas. Tal vez podamos reducir la lista si me dices cuánto tiempo tardo este veneno en hacer efecto."

Izuku no le respondió y cambio el tema. Esa misma noche Izuku fue a mi habitación para avisarme que saldríamos a la mañana siguiente.

"¿Y la recompensa?" le pregunte como un estúpido.

"He vendido mi espada y dos de mis cuchillos, tenemos suficiente para comprar dos pasajes en la siguiente caravana que nos lleve al palacio. Es momento de volver"

"Creí que iríamos al lugar donde cayó el doctor Yakumo"

"Ya no es necesario"

"¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?"

"Lo que Ochako ha dicho" al ver mi expresión ha suspirado. "Todo este tiempo lo hemos tratado como un veneno cuando tal vez no lo sea."

"El Príncipe estuvo a punto de morir"

"Sí, te creo, pero él dejo de tomar la sopa que contenía la medicina del doctor y termino recuperándose."

"¿Eso significa que no hay más veneno?"

"Exactamente, no hay más veneno. Hay otra cosa"

"¿Qué cosa?"

"No lo sé, pero sé de alguien que sabrá la respuesta a esa pregunta"

"¿Quién?"

"El doctor Yakumo"

Lo mire sin comprender, pero la gravedad en su expresión hizo que el miedo se sacudiera en mí con la fuerza de una tormenta. No estoy seguro de entender lo que trata de decirme, pero sé que no perderé tiempo intentando averiguarlo. Es hora de volver.





[...]

NA / Creo que al Diario del guardia le faltan apenas unos dos o tres capítulos que son los que corresponden al último arco, no estoy segura. Así que no habrá más actualizaciones de esto hasta mucho después de que se encuentren otra vez. Gracias por leer y nos vemos en Hanami. ¡Saludos!

Hanami: El Diario De Un GuardiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora