Treinta y Cinco

1K 218 96
                                    


Extraño mi uniforme.

Pero obedeciendo las instrucciones de mi maestro, Izuku ha prescindido de sus túnicas de guerrero y yo he guardado mi uniforme negro, en cambio hemos optado por ropas de viaje sencillas en tonos grises para no llamar la atención. He dejado el token en forma de rayo con Eraser, junto a mis espadas, y él me ha entregado otro par menos llamativo pero igualmente útil. Lo único que he conservado ha sido el broche de pelo del Príncipe, lo he sujeto al borde interior de mi túnica para no perderlo, eso me recordara que debo volver pronto.

Una idea que de inmediato ha sido puesta en duda porque Izuku ha cambiado nuestros planes. Tras escuchar mis intenciones de ir a pie para no atraer la atención, mi compañero de viaje se ha sumado a mi plan pues al parecer a él tampoco le gusta cabalgar a menos que sea necesario. Ha elegido una carreta para transportarnos, y cuando le he preguntado por sus planes de separarnos me ha dicho que Eraser lo ha convencido de mantenernos juntos.

Lo cual es un problema porque la idea era que él fuera a investigar sobre los venenos que dejan rastros rojos y que yo buscara a la familia de Toka. Viajando juntos tardaremos el doble. 

"No tenemos prisa" me ha dicho al explicarle la situación "la prisa es de las personas que quieren llamar la atención y nosotros no queremos eso. Somos dos soldados que viajan para hablar con la familia de una sirvienta prófuga. Nada más"

Ante mi insistencia en la seguridad del Príncipe, Izuku ha dejado en claro que es precisamente su seguridad la que nos debe alentar a actuar con precaución.

"Ahora mismo el envenenador se siente a salvo pues todo apunta a Toka, ya sea que ella sea culpable o no debemos tener muchísimo cuidado al aproximarnos a su familia porque un paso en falso y estaremos arriesgando la seguridad de personas inocentes. Y nuestro viaje no solo incluye ir con la familia de Toka, nuestra misión es investigar más sobre los Asesinos Negros y visitar el lugar dónde murió el doctor Yakumo"

Y cuando he intentado hacerle ver que no debemos dejar al Príncipe solo, Izuku me ha dicho:

"No está solo, y con la visita de los embajadores de Ame la seguridad en el palacio va a duplicarse. El Clan Sombra mantendrá a la Ciudad Imperial bajo un escrutinio absoluto. Si nuestras sospechas son ciertas y nuestro envenenador sirve en la corte, se abstendrá completamente de intentar algo contra Denki o se arriesga a la ira del Emperador y la justicia del Clan Sombra"

Aunque he querido protestar al final me he tragado mis quejas pues mi maestro fue bastante claro: Izuku estaba al mando. Y entendía por qué, él era un graduado de la Academia que estaba familiarizado con la vida en el exterior mientras que yo me había pasado los últimos años encerrado en una casa sin conocer los cambios del mundo, así que en lugar de protestar le he preguntado por el tiempo estimado de viaje. Izuku se ha encogido de hombros.

"Seis semanas como mínimo o diez si nos va muy mal"

Al oírlo he suspirado, pero lo único que puedo hacer es cumplir con mi deber. Aun si eso incluye pasar casi dos meses lejos del Príncipe.


Hanami: El Diario De Un GuardiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora