Trece

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El Príncipe se ha reído.

Y todos mis compañeros se han quedado mudos al escucharlo.

La situación ha sido inusual de principio a fin. El Príncipe se ha tomado la molestia de saludar a los guardias, de sentarse a beber té con mi maestro y ofrecerles una cortesía a la que ninguno de ellos están acostumbrados. Su repentina aparición en las barracas ha provocado un murmullo de asombro y curiosidad entre mis compañeros, y mientras preparaba el té del Príncipe todos ellos han ido llegando por grupos para husmear en el patio esperando conocerlo.

Y es que Sero les ha dicho que es precioso. Lo he oído mientras cuchilleaba con el resto y una vez que ellos lo han conocido, todos han estado de acuerdo.

Creo que el único que no es consciente de su apariencia es el Príncipe porque sigue creyendo que tiene el aspecto de un enfermo cuando en realidad sus mejillas han recuperado su color y el gesto amable que ahora lleva a todas partes suaviza sus facciones. Sigue teniendo un aire frágil, una delicadeza que...

Como decía, mi maestro también se ha sorprendido por la visita, he visto su expresión pensativa mientras charlaba con el Príncipe; ahora agradezco que en el pasado ellos se encontraran en una sola ocasión pues así el cambio no resulta alarmante para nadie. Sin embargo, mi maestro no ha dejado de notar la familiaridad con la que el Príncipe me trata y antes de marcharnos me ha dirigido una mirada de advertencia que debo recordar.

Conozco los protocolos de los Guardia Sombra, y sé que el Príncipe nunca se tomó el tiempo en estudiarlos pues ni siquiera quería que me quedara con él, ahora me pregunto si debería mencionarselos.

Pero es díficil hacerlo ahora que el Príncipe parece feliz. Se ha tomado un momento para sonreírle a mis compañeros provocando un pequeño tumulto que ha terminado con un regaño de Eraser. Eso es lo que ha terminado por hacer reír al Príncipe aunque después ha huido del patio, supongo que avergonzado por el gesto.

Me habría gustado decirle que debería reír más, pero hasta yo sé que eso es inapropiado.

Hanami: El Diario De Un GuardiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora