Dieciséis

1.3K 278 48
                                    


El Príncipe va a bailar.

Lo hará en el Festival, en un escenario frente a todo el mundo incluida su propia familia. Nadie sabe que él participara, de hecho Eraser se ha asegurado de mantener su nombre fuera de todos los promocionales y es que mi maestro no está muy emocionado con la idea, pero el Príncipe ha terminado por convencerlo.

Así que la rutina del Príncipe ha vuelto a cambiar, no más reuniones de té ni estudios en su despacho, ahora tiene que levantarse temprano para tomar clases de baile. En un principio me sorprendió que decidiera unirse al evento, él mismo parecía un poco impactado ante la demostración que hizo el grupo de danza, pero al final ha aceptado tomar lecciones privadas.

Y cuando digo privadas, me incluye; el Príncipe se ha negado a dejarme quedar en el salón y he tenido que mantener mi vigilancia junto a la puerta cerrada. Durante varios días se repitió la misma rutina hasta que oí su grito frustado.

Al parecer el baile incluía el lanzamiento de los abanicos y el Príncipe no estaba teniendo suerte con eso. Por lo que pude ver el problema era que agitaba el brazo completo dandole más impulso al abanido y haciendo que cayera más lejos. Me he ofrecido a ayudarle y como sospechaba todo se reducía a cuidar el movimiento de la muñeca.

El Príncipe se deja guiar con muchísima facilidad y su postura relajada nos ha permitido conseguirlo a la primera. Él se ha puesto feliz, y en compensación me ha dejado quedarme para verlo practicar.

Pensé en ofrecerle un abanico como regalo por año nuevo, pero al mencionarselo a mi maestro he descubierto que la idea ya tiene dueño. Lo cual resulta asombroso dado que mi maestro nunca regala nada, en el fondo creo que siente compasión por el Príncipe pues toda su familia se ha ido al Palacio de Jade y ninguno de ellos se ha tomado la molestia por escribir preguntando por él.

Antes creía que el aislamiento del Príncipe era producto enteramente de su enfermedad, pero no se trata unicamente de que viva recluido, es que no recibe visitas. De nadie. Madam Hidashi viene ocasionalmente y en ocasiones él ha ido al Palacio para tomar el té con ella, pero han sido más excepciones que reglas. No, el Príncipe no ha tenido a nadie que se preocupe por él. Creo que Eraser lo sabe y por eso ha decidido ofrecerle un obsequio en año nuevo.

Pese a la decepción con el abanico, creo que finalmente he encontrado algo para obsequiarle. Dicen que el sonido de los cascabeles mantiene a los malos espíritus lejos, y si de algo estoy seguro es que no quiero que haya más cambios. 

Hanami: El Diario De Un GuardiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora