Just One Second. »Omegaverse« →HyunIn.

¿yo? ¿indecente?

Ambos reímos y yo suspiro, hace mucho no hablaba con una persona que no fuese alguien de mi familia o Changbin o Jisung. Soy extrovertido en el sentido de que me gusta explorar cosas nuevas, pero aquellas cosas me gusta explorarlas con las mismas personas.

El Omega me mira y me sonríe. Ahora que lo pienso, tiene el cabello como el de Intouch y me atrevo a hablar.

- ¿Cómo te llamas? - Murmuro como mas para mí mismo, pues lo digo demasiado bajito.

- Oh... No me presente lo lamentó mucho. Me llamo Jeongin, pero llámame In. - Y como si me hubieran echado un balde de agua fría en la cabeza de imprevisto, abro la boca sorprendido.

¿Qué mierda pasa hoy, que todos se llaman In?

- Y-Yo me llamo, HyunJin. - Le miro a los ojos y me encuentro con mi sonrisa la que ni siquiera me había dado cuenta que tenía.

- Me gusta tu sonrisa. - Jeongin me sonríe y mira hacia un lado coquetamente y yo siento a mi lobo retorcerse por dentro. Mierda, el celo está cerca.

A mi me gustas tú. Quise decirle, pero como buen alfa para nada indecente que soy no lo hice.

- Gracias. -

Volteo a mirar un poco y cuando me vuelvo veo dos cócteles de fresa, y huelen tan malditamente bien.

Jeongin me mira y sonríe mientras yo tomo el trago y me lo dirijo a los labios. Mi mirada se posa en sus labios tomando de la bebida y cuando veo como sus labio superior se apoya en el vidrio de la copa y traga moviendo su nuez de Adán el maldito mundo se me paraliza y como si me hubieran encendido un botón, el celo se adelanta.

Mierda, tengo ganas de murmurar. Pero no quiero levantar sospechas así que solo dejo que mi olor se disipe con el olor a sexo, fiesta y trago que hay allí. Más Jeongin parece notarlo y sonríe hacia la pista de baile. Sus finos labios sueltan la copa y me mira extendiendo una mano.

- ¿Bailas? -

La canción que hay no es  lo que yo suelo bailar pero considerando que ya no hay tantas personas y que yo ya soy más lobo que conciencia, acepto.

Tomo la mano de Jeongin y cuando nos escurrimos entre los demás tomo sus caderas apricionándolo a mi cuerpo buscando sentirlo. Él parece no sorprenderse por mi repentina posesividad y la canción siendo lenta permite que ambos estemos relajados. Él posa su nariz en mi cuello y siento como muerde una de mis clavículas, gruño en respuesta y el me sonríe.

Es justo el momento en el que siento que mi lobo se calma un poco cuando se cambia la canción, es una canción atrevida y no es mucho menos de lo que suelo bailar definitivamente este no es mi estilo, veo como todo el mundo hace bulla dando a entender que gustan de la canción y yo suelto a Jeongin para ir al asiento pero el me toma el brazo.

- ¿No bailarás más? - Me pregunta con ojitos de ruego y mirando hacia otro lado, niego. - Vamos, HyunJin... Si quieres déjame hacer el trabajo. - murmura en mi nuca y sintió como la espalda me vibra y la voz que usa vuelve loco a mi lobo.

Me tomo desprevenido y me susurró.

- Tú solo tómame las caderas. -

Vuelve a hablar como hace unos segundos y me siento al borde del colapso.

Obedecí pero el se puso de espaldas a mi y cuando voy a preguntar la música se coloca más fuerte y siento como su culo se topa con mi entrepierna.

Chasqueo la lengua y miro hacia arriba intentando no excitarme pero ahora mismo la pregunta es: ¿cómo no excitarte si tienes a un bien dotado omega restregándote el culo en tu dolida entrepierna por culpa del celo?

Y por primera vez me fijo en las otras parejas. Betas y omegas atrevidos se rozan con la entrepierna de los Alfa o betas mientras bajan y estos hacen ligeros movimientos de pelvis. Me sonrojo un poco pero vuelvo a concentrarme en Jeongin quien ahora toma mi cuello mientras no para de restregar su culo en mí.

Me mira mordiendo su labio y me doy cuenta de la excitación en su olor que a pesar de todos los aromas demás mi lobo sólo se concentra en el de Jeongin.

E intento tomar el ritmo de las demás parejas; subo y bajo mientras Jeongin se restriega contra mí y la canción parece no tener fin.

Muerdo mi labio cuando miro su expresión, está conteniéndose.

Y cuando mi lobo se altera ya no hay quien lo controle. Las cosas parecieron irse de mis manos y ahora estas mismas recorrían el cuerpo de Jeongin sin vergüenza alguna, tocando su cuello o pellizcando sus pezones por encima de la camisa.

Jeongin solo mordía sus labios y aveces le escuchaba suspirar excitado.

Mierda. Tenía que controlarme. ¿Donde quedó el Alfa decente?