- Y aquí van los perfumes. - terminó de explicar para luego sonreír. - ¿Falta algo?
- Emm... Creo que no. - sonreí hacia el igualmente y suspiré fingiendo cansancio. - Pero que organizado te has vuelto. - reí un poco y le miré.
- Emm... Yo... Si - Hyunjin seguía siendo muy apagado, aún se le notaba lo nervioso que se ponía al estar en mi presencia.
- ¿Quieres algo de comer? - pregunté.
- Y-Yo invito. -
- Hyunjin... - reproché un tanto y él negó.
- ¿A dónde quieres ir? Te llevaré. - sonrió por primera vez en lo que nos habíamos encontrado con total libertad y aquello hizo que quisiera lanzarme a sus brazos.
- Amm... Eh... Yo... Sushi... Al restaurante de sushi... -
El asintió sonriendo y yo suspiré relamiendo mis labios.
- gracias, cachorro. -
¿Qué? ¿Gracias por qué? Y seguía mirando su sonrisa y sus labios curvarse y mierda que solo con aquel acto ya me sentía más sumiso de lo que alguna vez.
- Gracias por guardarme un lugar. - continuó sin siquiera yo haberle preguntado.
- Siempre lo haría. Somos destinados. - él sonrió y sentí como nuestro lazo se calentó con el simple hecho de estar siendo conmovidos.
- Somos destinados. -
Y era ahora cuando le veía reconocer todo a lo que alguna vez se negó. Era ahora cuando mis piernas flaqueaban y temblaban, cuando todo mi ser sabia que le pertenecía.
Hyunjin no dijo una palabra más, solo atinó a acariciar mi mejilla con cariño para luego acunar mi rostro entre sus grandes manos.
- Hyunjin... - susurré y él acortó la distancia en nuestros rostros.
- Jeongin... Ahora sí, ahora nos debíamos encontrar, ¿no es así? - sonrió y yo negué.
- No... Prefiero saber que ahora conocí todas tus etapas y facetas y no solo la prevista por la luna para mí. -
- Tienes razón... Ambos hemos cambiado... - sonreímos y yo bajé la mirada sin borrar mi sonrisa.
- Pero nos seguimos amando. - me atreví a decir y por arte de magia mis hombros se destensaron y sentí su peso recaer sobre mí mientras su nariz se juntaba a la mía.
Sentía que me caía.
Hyunjin sonrió y una de sus manos bajó de mi barbilla a mi cintura rodeando está sintiendo como el tacto de nuestros cuerpos era cada vez mayor. Pecho con pecho, nariz con nariz, frente con frente. Alfa con Omega.
Su olor a tranquilidad y revitalidad se expandió por toda la habitación lo cual me hizo encogerme en mi lugar acariciando mi abdomen de forma sumisa.
- Jeongin... - murmuró él al sentir que mis feromonas se expandían por la habitación.
- Hyunjin... - llamó mi omega buscando al lobo de Hyunjin... Vi como sus ojos se cristalizaron y en un instante en la habitación habían dos lobos aullando de regocijo.
Aulló mi lobo al sentir como el de Hyunjin me apresaba entre sus brazos.
- quédate conmigo. - me murmuró haciéndome temblar.
- Siempre lo haría. - confirmé para que luego nuestras miradas volvieran a nuestros rostros.
Nuestros lobos unidos. Lo único que restaba.
Susurré su nombre, él el mío. Su nariz se estechó contra la mía y con mi mirada puesta en sus rojos labios sentí cuando estos se posicionaron sobre los míos.
Su toque, su ligero pero exigente toque. Sus labios, incluso en aquel momento no sabía lo mucho que los necesitaba.
Suspiramos, jadeamos, tomamos aire y retomamos. Pero sin dejar el contacto. Era un beso suave y sin prisas, nuestra respiración chocando y sus brazos abrazando mi cintura.
Lentamente mis manos subieron por sus hombros enrollando estás alrededor de su cuello ladran mi cabeza hacia el lado derecho buscando profundizar el beso.
Nuestros labios sin agotarse del contrario, queriendo de a poco un tanto más buscando aquello que habíamos anhelado hace tanto: aceptación.
Finalmente luego de morder ligeramente sus labios, él se apartó de mí con los ojos bien abiertos.
- Yo... - y sin dejarle decir una palabra más, puse mi dedo índice sobre sus labios y mi mano derecha se posicionó en su pecho empujándolo hasta el sofá a la par que me sentaba en su regazo y acariciaba mi abdomen.
- Quiero mimos. - dijo empalagoso mi Omega y Hyunjin solo supo obedecer.
Sus mano izquierda recorría mi rostro remarcando mis detalles faciales, jugando con mis hoyuelos.
- ¿Cómo te pude dejar alguna vez? - dijo él con la incertidumbre plasmada en sus ojos y una nostalgia pura.
- Jamás me dejaste, si no, no estarías aquí. -
- Tienes razón, tengo suerte de jamás poder dejarte atrás. Cada maldito día pensando en ti. Cada maldito día pensando en cómo viviría si estuvieses a mi lado. Cada comida recordando lo que te gustaba. Jamás pude dejarte atrás, Innie...
Y sonreí, sonreí acariciando su rostro para unir nuestros labios nuevamente.
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Finally, volví.
Las tareas virtuales me tienen muriendo.
Por fin tuve tiempo de actualizar, gracias por comentar y votar, son lo + uwu
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Just One Second. »Omegaverse« →HyunIn.
FanfictionHyunjin es un Alfa un tanto inmaduro. Jeongin es un Omega hecho y derecho. Sus destinos se encuentran en un tiempo no predicho por la luna. ¿Podrán amarse o los contratiempos no se lo permitirán? La inmadurez de Hyunjin y la rigidez de Jeongin los l...