Tercer capítulo.

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Nancy: Ya vámonos, les dije a las 3:30. Aún hay que buscar el lugar.

(Ya listos, se subieron al carro, y comenzaron su búsqueda. Al llegar, se percataron de que había más gente en el lugar, lo que pasó fue que Daniel le dijo a su hermana Damiana y ella le dijo a su hermana Yahaira, que le dijo a Jesús, el amigo de su hermano, para que la acompañará, ya que se llevaban bien. Todos ya se habían visto en el salón, pero sé sorprendieron, se bajaron y saludaron a todos. El plan era éste: Amelia estaría con José, Daniel con Nancy, Damiana con Joel y Yahaira con Jesús. Pidieron 3 mesas, en dónde se acomodaron de tal manera que Amelia y Daniel quedaban en cada extremo de la mesa, se veían de frente)

Jesús: Bueno, ya vamos a ordenar, ¿no?

Yahaira: Yo muero de hambre, ya es tarde para mí.

Daniel: No seas exagerada, Yahaira.

Amelia: No creo que sea exagerada, solo tiene hambre.

Damiana: Todos tenemos hambre.

José: Pues hay que ordenar, ¿qué quieres comer, Daniel?

Daniel: No lo sé, ¿tú que deseas, Nancy?

Nancy: ¿Les parece algo del mar? Es qué vivimos ahora en un puerto y nunca he probado un solo marisco.

Joel: Opino igual, siempre he querido probar.

Daniel: Pues que eso sea, no saben de lo que se han perdido todos estos años.

(Ordenaron y comenzaron a comer. En eso por la puerta del restaurante, entran Silvana y Alejandro. Joel está atento con la situación, ya que no confiaba del todo, lo tranquilizó que hubiese ido con su supuesta novia. Silvana los ve y se acerca a saludar a Daniel, José y Jesús, ya que se llevaban muy bien. Daniel pidió que añadieran otra mesa para que ellos se sentarán también. Realmente a algunos no les convenció mucho la idea, pero no quedo más. Todo estaba normal, reían y platicaban, en eso, Amelia se levantó porque su té no tenía hielo, así que pasó a un lado de Silvana y ésta perdió el equilibrio del vaso y lo dejo caer encima de ella, haciendo que el silencio se apoderará de la convivencia)

-Silvana: ¿Qué rayos te pasa?

-Amelia: Perdón, fue un accidente.

-Alejandro: No creo que haya sido un accidente, estás celosa porque ella es mi novia ahora.

-Amelia: ¿Qué? Sólo dices estupideces.

-Joel: Sabía que algo te pasaba, Amelia. ¿Cómo puedes tener el descaro de hacer semejante desfachatez?

-Amelia: ¿Ahora estás de su lado?

-Alejandro: No pareció ser accidental.

(Los demás se quedaron completamente callados, no sabían que decir ante la situación, ya que no conocían el porqué, así que Daniel salió a la defensa de Amelia, ya que ni Joel lo hizo y parecía saber todo)

Daniel: No sé que decir, pero Amelia no parece ser de las típicas chicas que hacen esas cosas, así que estoy de su lado y le creo, sé que fue un accidente.

Nancy: Yo también te creo, hermana.

Jesús: Yo vi como ella perdió la estabilidad del vaso en sus manos, fue un accidente, Silvana. ¿Qué te pasa?

(Silvana notó que todos voltearon a verla, señal de que estaba exagerando y que ahora la mayoría estaba del lado de Amelia, así que se puso a llorar y se fue, Alejandro la persiguió, entonces José agregó algo al silencio incómodo)

José: Amelia, ella nunca es así. Tuvo alguna razón para reaccionar así, es más que obvio.

Amelia: Alejandro es mi ex, tal vez creyó que lo hice porque estoy celosa.

José: ¿Tu ex? Eso quiere decir que hay mucha coincidencia, son nuevos y ahora viven aquí.

Amelia: No tenía idea de que él vendría también, si fue mucha coincidencia.

Jesús: Bueno, a mí Silvana me hablaba de él cuando lo conoció, luego sus papás le dijeron que se quedará en su casa porque no tenía familiares, algo así. Creo que lo suyo va en serio.

Amelia: Y les deseo lo mejor, yo no tengo porque meterme, quiero que sepan que no estoy interesada en hacerles nada, lo mío y de Alejandro paso hace un par de años.

Nancy: Ahora entiendo porque tú y Joel estaban peleando el otro día, ¿Por qué no me dijeron nada?

Joel: No queríamos estresarte, estabas muy feliz. Creo que también tuve un error al juzgar mal a mi hermana, Amelia... ¿Puedes perdonarme?

Amelia: Claro que sí, por eso somos hermanos.

(Todo parecía haberse arreglado, todo menos con Silvana y Alejandro que estaban en su casa)

Silvana: Ya me cambié, ahora sí, quiero que me digas porque rayos no me habías dicho que esa estúpida es tu ex.

Alejandro: No lo ví necesario, Silvana.

Silvana: ¿Cómo que no lo viste necesario?, ¿Acaso no viste lo que me hizo?, Seguramente lo hizo por ardida.

Alejandro: No lo sé, ella no es así.

Silvana: ¿LA ESTÁS DEFENDIENDO?, Lo que me faltaba. Te doy mi amor, mi comprensión, un techo y ¿Así me pagas?

Alejandro: No la estoy defendiendo, es más, tienes razón. Estoy de tu lado, cariño.

(En la mente de Alejandro resonaban las palabras que quería decir realmente "Sé que has hecho mucho por mí, pero no voy a permitir que sigas teniendo esa actitud incorrecta", no lo hizo por la obvia razón de que su novia se pudría en dinero y si éste hacia que ella se enojara con él, ya no tendría los privilegios que tiene. Al menos aún estaba algo cuerdo, el dinero y poder aún no lo cegaban del todo, pero era en cuestión de cualquier momento)

Silvana: Quiero vengarme de ella y tú me vas a ayudar.

Alejandro: ¿No crees que es una niñería?

Silvana: ¿Estás diciendo que no soy lo completamente madura?

Alejandro: No cariño, ¿Qué quieres hacer?

Silvana: Quiero verla sufrir.

A falta de amor: La última llave.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora