Onceavo capítulo.

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Amelia despertó al día siguiente, feliz, tan contenta, en eso, Joel entró a su cuarto, como si no hubiese podido dormir la noche anterior.

Joel: Entonces, qué son?

Amelia: Primero que nada, buenos días, y segundo no somos nada aún, hermanito.

Joel: ¿Cómo que nada? Y está foto? ¡Se están besando, Amy!

Amelia: ¿Nos tomaste una foto?

Joel: Creí que querrían recuerdos, pero salió esto.

Amelia: Olvídalo, la quiero, dámela.

Nancy: Oigan... -sollozando.

Amelia: -se levanta de golpe. ¿Qué te pasa, cariño?

Nancy: Nuestro padrastro llamó...

Joel: ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?

Nancy: Mamá tuvo un problema de salud y está algo delicada.

Joel: Tranquila, nena. Sabemos que quieres mucho a mamá, estará bien, no podemos ir.

Amelia: Estoy segura de que estará bien.

Cómo siempre, los tres se abrazan y se preparan para ir a la escuela, Daniel llega puntual por ellos, llegan a la escuela y está vez, en el salón, se sientan los 4 juntos, Nancy, Joel, Daniel y Amelia, respectivamente. Esthela se sorprende pero eso no hace que se acerque a donde está Joel, se sienta en su paleta y le dice...

Esthela: Hola guapo, qué pasa?

Joel: Oh, hola. Perdón, quería sentarme con ellos.

Esthela: No hay problema, recuerda que aún tenemos que salir. -se va.

Nancy: No me agrada.

Joel: Tranquila, no me interesa. Realmente quiero acercarme a esa chica, pero, no sé cómo...

Daniel: A Karen?

Joel: Ese es su nombre? Es preciosa.

Amelia: Parece ser que el amor nos está llegando a todos.

Daniel voltea inmediatamente y la mira con cara confundida.

Daniel: ¿Qué quieres decir con eso?

Amelia: Lo hablamos luego, ya llegó la maestra.

Daniel: Rayos.

La clase pasó, en el descanso, Daniel se llevó a Amelia a un lugar cerca de los baños, donde nadie los vería.

Daniel: Veo que te pusiste la pulsera, de nuevo.

Amelia: Te dije que no me la quitaría. Ahora es especial para mí.

Daniel: Amelia, estás lista para esto? Para lo nuestro...

Amelia: ¡Sí!

Daniel: ¿Hablas en serio?

Amelia: Tal vez, es un poco rápido y precipitado, seamos enamorados, así nos conocemos mejor.

Daniel: Me parece perfecto y yo te respeto, así que, estamos en la escuela, sino te besaría.

Amelia: Mejor abrázame.

Se abrazan un momento y regresan al comedor, con Joel y Nancy.

Amelia: Ya somos enamorados.

Nancy: Felicidades, ya se estaban tardando.

Joel: Muy bien, te mantendré vigilado.

Daniel: A ver, ya le hablaste a la chica?

Joel: No me cambies la conversación.

Daniel: Que casualidad, aquí viene con Jesús.

Joel: Será su novio?

Amelia: Cállate.

Jesús: Hola, chicos, quiero invitarlos a mi cumpleaños, será en la playa, este sábado, a las 7 PM, ya que no logramos conseguir el local. Los espero ahí.

Daniel: Gracias, bro.

Amelia: Eres muy amable, ahí estaremos.

Nancy: ¡Gracias!

Joel: Ya estás, brother.

Jesús: De nada, quiero verlos a los cuatro ahí, por cierto, traje a mi amiga Karen, se le hace atractivo ese chico. -señala a Joel.

Karen: -le da un golpe. Estúpido.

Se alejan, Joel se queda en shock y los demás se la pasan carcajeandose de él, ya tenía que tocarle las burlas. Las clases terminaron y era tarde de películas en casa de los Pirse, así que decidieron invitar a Daniel y a sus dos hermanas, ya que se estaban volviendo parte de la familia, porque, una familia no es la de sangre, sino la que te apoya y está ahí sin importar qué pase. Los seis se acomodaron en la sala y se divirtieron un rato, hasta que se quedaron todos, completamente dormidos, parecía ser que estaban muy cansados de la escuela.

En otro lugar, Richard, Galilea y Graciela, caminaban en el centro del puerto, mientras platicaban, cuando se toparon Román, que se alejó sin decirles nada.

Richard: Que raro, antes se llevaba mucho con nosotros.

Graciela: Desde que se volvió amigo de Silvana, ha cambiado bastante.

Galilea: Ya no puedo callar más.

Richard: ¿Qué pasa, Galilea?

Galilea: Creo que sé quién fue el que ocasionó el accidente del chico nuevo, Joel.

Graciela: ¿De qué hablas?

Galilea: Me pareció haberlo visto, esa noche por ahí. Le envié un mensaje anónimo a Nancy, pero no respondió.

Richard: ¿Estás completamente segura de que era él?

Galilea: No mucho.

Richard: Tenemos que decirles.

Galilea: No, tengo miedo, y sí no es así?

Graciela: Hay que hacerlo, sea o no, cualquier pista es clave.

Galilea: No quiero, Graciela.

¿Graciela y Richard, convencerán a Galilea de hablar?

Continuará...

A falta de amor: La última llave.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora