C-29 Ira y enojo.

12 6 6
                                    

Los chicos llamaron y les dijeron que por el clima nadie iba ese día, así que fueron esa misma tarde. Tuvieron que decirle a Daniel que si podría llevarlos porque no tenían como irse, el accedió. Cuando llegaron, los dejaron esperando en un tipo de sala de espera, en donde les dijeron que sólo dos personas podrían pasar a hablar con él, Amelia y Joel se levantaron y fueron hacia el guardia que los acompañaría, los otros esperarían. Los dejaron esperando en un cuarto con una mesa y unas sillas, se sentaron, en eso trajeron a Román, lo esposaron y se sentó del otro lado de la mesa.

Román: ¿Qué hacen aquí? ¿por qué vienen a verme?

Amelia: Apesar de todo lo que hiciste, queríamos preguntarte algunas cosas y decirte algo muy importante...

Román: -empieza a sudar. ¿Qué cosas?

Joel: Sabemos que tu eras el mejor amigo de Esthela, así que...

Román: No hables en pasado, aún es mi mejor amiga, a menos que haya dicho lo contrario o haya muerto, ¿les dijo que ya no quiere ser mi amiga?

Amelia: Román... Lo-lo siento mucho, yo, nosotros vinimos aquí también porque queremos decirte que...

Román: ¿Qué? ¿qué cosa? ¡Hablen!

Joel: Esthela se suicidó.

Román: Es un chiste, verdad? ¡No permitiré que vengan hasta aquí a jugarme bromas!

Amelia: Nosotros también quisiéramos que fuera broma...

Joel: Queríamos preguntarte sobre ella, me dejó una carta en donde decía que tenía muchos secretos y que esperaba que salieran a la luz, creemos que tú sabes algo.

Román: Estoy en shock, es que no lo puedo creer... ¡ES QUE NO PUEDE SER! -comienza a llorar.

Amelia: Tranquilo, estamos aquí. Somos humanos y sabemos por lo que estás pasando, no te vamos a dejar solo. Necesitamos que nos digas.

Román: Silvana, ella no ha venido a verme, era muy amiga de Esthela, ¿por qué no fueron con ella? -sollozando.

Joel: Por Alejandro, no nos gusta tocar ese tema.

Román: No sé que quieran saber, yo estoy muy mal, triste y enojado ahora... Deberían volver otro día.

Amelia: Comprendemos, regresaremos.

Joel: Adiós.

Ambos se fueron y Román fue llevado a su celda nuevamente. Ahí dentro estaba murmurando mientras no dejaba de llorar, era comprensible, había perdido a lo más parecido a una familia que hubiese tenido, a su mejor amiga.

Román: No puede ser... No debí incriminarme, debí hablar... Silvana se deshizo de nosotros. Era su plan, y yo de tonto que... No puede ser, me sacrifiqué y lo perdí todo.

Al día siguiente era lunes, todos fueron a la escuela, parecía ser que esos días serían de total oscuridad porque el clima empeoraba a cada minuto, se acercaba una tormenta eléctrica, así que decidieron cancelar las clases un par de días. Al salir de clases, al llegar a sus casas, los Pirse y los Jones decidieron quedarse juntos, ya que estaban solos, o sea, no tenían padres. Richard se quedaría en casa de Jesús con José, los padres de muchos se quedaron en la ciudad por miedo a accidentes al viajar al puerto, sabían que sus hijos estarían bien.

Joel: Al fin descansaremos de la escuela.

Daniel: Uff, sí. Deberíamos dormir todo el día.

Damiana: Acondicionaré la sala para que podamos dormir todos juntos aquí, permanecer unidos por si algo se cae o se va la luz, Yahaira le tiene miedo a la oscuridad.

Yahaira: Hey, eso no es verdad.

Daniel: Sí lo es.

Nancy: Yo te ayudo a acomodar todo.

Damiana: Claro, vamos arriba por las colchas y almohadas.

Amelia: Bueno, iré a preparar chocolate caliente.

Joel: ¡Que rico! Yo quiero.

Amelia: Pareces un niño jajaja.

Yahaira: Te acompañó, quiero preparar una receta especial de galletas.

Daniel: Yo subiré al techo, antes de que empiece a llover, para tapar los cables pelados que podrían hacer corto.

Joel: Ten cuidado, bueno, mejor te acompaño. Sostendre la escalera, me dan miedo las alturas.

Todo iba muy bien. Vayamos con los chicos.

Jesús: Okay, chicos. Nos quedaremos los tres en mi habitación, es bastante grande y espaciosa, tengo bolsas de dormir en la bodega.

Richard: Pido la cama, mi espalda necesita descansar muy bien. -se acuesta.

José: Yo puedo dormir en donde se pueda, Jesús.

Jesús: Jajajaja, alegran mi día. Muy bien, Rich, puedes dormir en mi cama, siempre he querido dormir en una bolsa de dormir.

José: No lo entiendo, si tienes sacos de dormir es porque alguna vez has dormido en ellos, no?

Jesús: Mi padre los compró, me prometió que me llevaría a acampar pero no ha pasado, así que es hora. Acamparemos dentro de casa.

Richard: Wu, sí. Que diversión. Ya me dió sueño, no hagan tanto ruido.

Continuará...


A falta de amor: La última llave.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora