Joel empezó a marearse en medio de la calle, se sentó en la acera, puso una mano en su cabello y cerró los ojos, sentía que las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos, mojando sus largas y hermosas pestañas, estaba muy triste, muy en el fondo sabía que pudo haber hecho algo más por ella, pero no pudo, en ese mismo momento sintió escalofríos que le recorrían la espalda, como una pequeña brisa. En casa de los Pirse, Amelia y Daniel estaban desesperados.
Daniel: No está en su habitación.
Amelia: Más bien no está en la casa.
Nancy: ¿Qué pasa?
Amelia: Joel no está.
Daniel: Tememos que haya hecho algo malo.
Nancy: Pues estaba muy triste.
Amelia: Deberíamos salir a buscarlo.
Nancy: Ya es de noche, deberíamos ir juntos pero no cubriremos mucho terreno.
Daniel: Vayan ustedes juntas por un lado y yo iré por otro.
Amelia: ¿Seguro?
Daniel: Sí, tal vez se siente muy mal y necesita de nuestro apoyo, así que hay que encontrarlo lo más rápido posible.
Nancy: Le llamaré a Richard, para preguntarle si no lo ha visto.
Richard le dijo a Nancy que no lo había visto, pero que en ese momento salía a buscarlo, igual aviso a todos. Los tres salieron de su casa, intuían que tal vez estaba en la casa de Esthela, así que fueron hacia ahí, pero cuando llegaron, no estaba. ¿En dónde estaba Joel?
Karen: ¿Joel?
Joel: Hola, Karen.
Karen: ¿Qué haces en la orilla del mar a estas horas de la noche?
Joel: Lo mismo te pregunto.
Karen: Salí a caminar y... Bueno, también estaba buscándote, Richard nos dijo que tus hermanas estaban preocupadas por ti.
Joel: Sólo quería alejarme un rato de ellas, es lo que no quería, preocuparlas.
Karen: ¿Estás bien? Sabes que puedes decirme.
Joel: Estoy triste, todo es muy repentino.
Karen: Tranquilo, yo estoy aquí contigo. -le toca el hombro.
Joel: Gracias, no sé cómo agradecerte.
Karen: Supongo que podríamos ir a tu casa y que estés con tus hermanas.
Joel: Está bien, vamos.
Karen y Joel se fueron juntos, llegaron y Amelia y Nancy empezaron a regañarlo.
Amelia: Nos diste un gran susto.
Nancy: No vuelvas a hacer eso, por favor.
Amelia: No queremos que te pase nada.
Joel: Tranquilas, perdón si las preocupe. Las amo mucho, Daniel quiero averigües en donde será el funeral, iremos.
Daniel: Claro, amigo.
Joel se quedó en el porche, sentado en su silla mecedora, eran como las 3 AM cuando Daniel salió a buscarlo, Amelia, Nancy y Richard se habían quedado dormidos en la sala esperando noticias.
Daniel: Joel, entra, te puedes resfriar.
Joel: Tranquilo, me da paz estar aquí.
Daniel: Iré por una manta. -se va.
Joel: -pensando. ¿De qué secretos hablaba en la carta?
Daniel: Volví, úsala. -se sienta en la banca a su lado.
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A falta de amor: La última llave.
AcakEsta historia se basa en hechos reales. Estará llena de amor, mentiras, drama, hipocresía, incertidumbre, entre otras emociones que no te dejarán de perseguir. "Nunca te rindas, a veces la puerta del corazón se abre con la última llave entre miles...