Por primera vez, los Pirse llamaron a su madre llamada Morgan, ya que su pareja llamado Tyron es abogado y los ayudara porque es muy bueno en su trabajo, obviamente también les hablaron sobre el accidente automovilístico, su mamá se enojó tanto que casi les niega la ayuda, al fin y al cabo ambos se presentaron a primera hora la mañana siguiente en casa de los tres. Cuando amaneció, Román seguía en los separos esperando la hora de su sentencia, ya que se declararía culpable para no hacer más largo todo y que no le quede tiempo de arrepentirse. Ya pronto iniciaría el tan esperado juicio, todos los Pirse y los Jones se preparaban para apoyar a Amelia. Si pensaban que Esthela dijo algo acerca del accidente de Joel, pues no fue así, sabía en lo que se metía y todo su plan podría venirse abajo. Nadie se presentó de parte de Román, le otorgaron un abogado provisional ya que no tenía dinero en lo absoluto. El juicio empezó, hubieron testigos que nadie conocía, ya que eran víctimas de los demás delitos, asaltos. Después de investigar todo, encontraron culpable a Román y él no lo negó, pero hubo algo que le enojó demasiado, Silvana no se presentó. Le dieron unos años de cárcel ya que ya es mayor de edad. Al salir del juzgado, los Pirse y los Jones platicaban en la entrada.
Morgan: Estoy pensando muy seriamente en regresarlos a la ciudad con nosotros, ¿qué opinas, Tyron?
Tyron: No lo sé, Morgan.
Nancy: Mamá, no puedes alejarnos y luego tratar de unirnos de nuevo.
Morgan: Nancy, estás escuchando lo que dices? Todo esto pasó y no nos dijeron nada, tu hermano pudo morir y nunca nos íbamos a enterar?
Joel: Estabas tan ocupada con tus asuntos -mira de reojo a Tyron. Que ni siquiera tú nos llamaste en todo este tiempo.
Amelia: Se supone que nos enviaste aquí para empezar una nueva vida y esto, esto no nos lo arrebataras.
Morgan: Son inconscientes, no saben como me siento, son mis hijos.
Tyron: Chicos, yo... Sólo quiero disculparme, sé que no soy de su agrado y lo entiendo, pero en este momento quiero llevarme bien con ustedes, porque al igual que a su madre, me preocupan, sé que en el pasado no lo demostré, pero quiero enmendar las cosas, tal ves Morgan no sabe expresar bien lo que siente porque siempre estaba trabajando para salir adelante con ustedes y no tuvo tiempo de tratar de entenderlos, les brindo mi apoyo. Morgan... Deberían quedarse y no sólo lo digo para que les agrade, sino porque los entiendo perfectamente.
Resultó que su padrastro tenía un gran corazón, tal vez era su madre la del error, pero ellos no podían juzgarla, se supone que una madre hace todo para que sus hijos estén bien.
Morgan: Chicos, yo también me disculpo, pero me preocupa su situación. Los amo, son mis bebes y siempre lo serán.
Amelia: Tranquila mamá, todo estará bien.
En ese momento Daniel se acerca a los Pirse.
Daniel: Hola, señor y señora Pirse. Mi nombre es Daniel Jones -los saluda de apretón de manos. Y quiero decirles que no tienen que preocuparse más, yo cuidaré de sus hijos, estuve en las buenas y en las malas con ellos, además -se hinca. Quisiera que Amelia diera el siguiente paso conmigo y se convierta en mi novia oficial, claro, con su aprobación.
Morgan: Tienes mucho valor. Aún no te conocemos pero... Confiaré en mis hijos, así que te apruebo.
Tyron: Claro que sí, chicos.
En ese momento llega Richard corriendo y...
Richard: ¿Ya terminó el juicio?
Joel: Llegaste un poco tarde.
Richard: ¿Qué pasó?
Nancy: Bueno, pasará unos años en la cárcel.
Morgan: ¿Este joven es otro de sus amigos?
Nancy: Mamá, él es Richard. Es mi pareja.
Richard: Ammm... ¿por qué nadie me dijo que estarían sus padres? Ouh, perdón. -les da la mano. Soy Richard, un placer conocerlos.
Tyron: El placer es nuestro, ves Morgan? No hay de que preocuparse, están muy bien aquí, apesar de todo.
Llegó la hora de que los padres de Joel, Amelia y Nancy se fueran, se despidieron y se fueron rumbo a la ciudad, no sin antes abrazarlos, parecía que todo se había arreglado con su familia, era un peso menos de encima. Daniel estaba con Amelia en su casa.
Amelia: Aún estoy sorprendida de lo que hiciste hoy.
Daniel: Tenía que hacerlo, ví la oportunidad y no quise desperdiciarla. ¿Cómo te sientes?
Amelia: Todo es muy confuso, aún no sé porqué Román hizo lo que hizo. Me preocupa pensarlo pero, espero que todo mejore. Quiero agradecerte, por confiar en mí y defenderme.
Daniel: No tienes nada que agradecer, sabes perfectamente porque lo hago. Ya que esto pasó, espero que no suceda otra cosa.
Amelia: Yo también, me inquieta un poco.
Daniel: Tranquila, si pasa algo más, lo enfrentaremos juntos.
Joel estaba en la parte de enfrente de su casa, sentado en una silla mecedora, viendo hacia la casa de Karen, en ese instante ella salió, parecía que iba rumbo a él. Cuando llegó, se sentó en una banca al lado de él.
Karen: No pude conocer a tus padres.
Joel: Se fueron muy rápido, estoy seguro de que les hubieras agradado.
Karen: Perdón por no poder ir hoy, me quedé dormida.
Joel: No te preocupes, lo entiendo. Al menos te preocupaste por venir a verme después de todo.
Karen: Lo hago porque me importas.
Joel: Tú también me importas...
Karen: Ahora, ¿qué hacemos?
Joel: Yo pienso que deberíamos ir por Summer y llevarlo a la playa.
En el balcón de Nancy, estaban ella y Richard.
Richard: Bueno, creo que ya somos una pareja formal, no?
Nancy: Espera un momento, aún nos falta mucho por conocernos, pero claro que quiero ser tu novia, si a eso te refieres.
Richard: No entiendo, ¿por qué las mujeres son tan complicadas?
Nancy: Si vuelves a decir eso, te lanzaré del balcón.
Richard: Eres muy violenta, así me gustas.
Todo parecía estar muy bien, por ahora. Después de la tormenta, viene la calma, pero aún hay posibilidades de que llueva sobre mojado. ¿Qué pasará?
Continuará...
ESTÁS LEYENDO
A falta de amor: La última llave.
AcakEsta historia se basa en hechos reales. Estará llena de amor, mentiras, drama, hipocresía, incertidumbre, entre otras emociones que no te dejarán de perseguir. "Nunca te rindas, a veces la puerta del corazón se abre con la última llave entre miles...