【 capítulo 11 】

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Faltaban cinco minutos para las seis de la tarde y Jisung aún no había vuelto a casa, Minho caminaba en círculos frente a la puerta en espera de que apareciera, se sentía totalmente arrepentido de haberle abandonado en el colegio.

Sus madres no hacían más que mirarlo ir de un lado al otro y en ocasiones detenerse para mirar el reloj.

- ¿Y si le pasó algo? - se dijo a sí mismo mirando hacia el reloj. - No, Jisung no es un omega debilucho. - desechó la idea y se le ocurrió subir a su habitación para tomar un suéter y salir a buscarlo.

- ¿No piensas decirle que llamó y avisó que no vendría? - preguntó Seulgi con una sonrisa relajada a su omega.

- Nah, admítelo, esto es divertido. - respondió con diversión en su rostro.

Ambas mujeres observaron a su hijo salir como alma que se lo lleva el diablo y no pudieron reprimir una risa llena de diversión ante lo que ambas ya sabían.

El castaño caminaba con rapidez por las calles. Mientras caminaba, llamó a Chan, Félix y Changbin en espera de que él estuviese con ellos, sin embargo, ninguno de los anteriormente mencionados conocía el paradero del omega, el único dato importante proporcionado por el de pecas era que lo había visto con Chanyeol, pero nada más.

Había corrido tanto que ni siquiera se percató de que había empezado a llover, sus ropas estaban un poco mojadas al igual que su cabello, pero aquello no le importo en absoluto. Intentó relajar su respiración al estar frente al hogar del peliazul, ese era el único sitio en el que podía estar. Tomó una profunda respiración y toco el timbre de la casa.

La puerta fue abierta por un sonriente Jisung, quien miró preocupado al alfa, éste no le dio tiempo de decir nada, ya que se había lanzado hacia el cuerpo del menor, aprisionándolo en un fuerte abrazo.

- Minho-

-¿Por qué no volviste a casa? - preguntó el mencionado en un susurro. - ¿Estás consciente de la hora que es? - reprochó restregando su nariz en el cuello del omega. - Estaba tan preocupado.

- Min, yo llamé a tu mamá y le avisé que hoy me quedaría aquí en mi casa.

- ¡Lee Minho! ¡Suelta a mi hijo en este instante! - el grito de Irene los obligó a soltarse. - Gracias, ahora, puedes irte a tu casa.

La omega estaba lista para cerrar la puerta en la cara del joven alfa, sin embargo, el padre de Jisung apareció frente a ellos deteniendo la acción de su esposa.

- Minho, es tarde, pasa y date un baño con agua caliente, recuerda que la última vez que viniste dejaste ropa aquí, úsala y quédate por hoy, llamaré a tu madre para avisarle que estás aquí. - dijo Wooyoung con amabilidad, ignorando la mirada asesina de su omega. - Sung, ve a cambiar ese suéter, el abrazo lo humedeció.

Ambos chicos obedecieron la orden del señor Han y salieron corriendo escaleras arriba en dirección a la habitación del menor.

- ¿Por qué lo dejaste quedarse? - preguntó Joohyun algo molesta.

- Mujer, tienes que dejar de odiar a Minho, él no tiene la culpa de absolutamente nada. - respondió el alfa con una mueca de desagrado.

- Lo sé, pero simplemente no lo soporto.

- ¿Qué harás si Jisung decide quedarse con él? - preguntó mirando a su pareja, que no hizo más que fruncir el ceño disgustada.

- No te atrevas a decir eso ni en broma, mi Sunggie va a quedarse con Chanyeol, es un buen partido para él, ¡Mi hijo jamás va a estar con un Lee! - exclamó enfadada. - Si siquiera te atreves a mencionarlo de nuevo, dormirás en el sofá. - amenazó y se marchó a la cocina, mientras que el alfa soltaba un suspiro lleno de pesar, vaya que su pareja era una rencorosa de primera.

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Jisung y Minho se adentraron a la habitación del primer mencionado, la cual estaba completamente limpia y ordenada, sobre la cama sólo estaban los cuadernos escolares y un oso de peluche que el mayor le había obsequiado meses atrás.

El castaño caminó hacia el closet de la habitación y de ahí tomó el pijama que dejó en una de las tantas veces que había dormido en el hogar del omega.

- Iré a ducharme. - avisó mientras caminaba hacia la salida del lugar, recibiendo un asentimiento por parte del peliazul.

Después de esa corta pero relajante ducha, se encontraba cenando con la familia Han en un incómodo silencio. No era extraño, pues, siempre que él se quedaba a dormir, soportaba la mirada cargada de odio que la señora le dedicaba, podría decirse que incluso se había acostumbrado a ello.

Cuando terminaron la cena, junto con el menor se levantó y limpió lo que se había usado.

- Mañana volveremos a casa. - dijo el alfa tirándose sobre la cama.

- Volverás.

- No, tú vienes conmigo. - aseguró mientras cerraba sus ojos ya que Jisung se pondría un pijama.

- Esta es mi casa. - dijo con simpleza. No era que no quisiera volver al hogar de Minho, sino más bien era que su madre había invitado a Park a comer la tarde del domingo y él quería quedarse para ayudarle a preparar la comida.

- Y tú mi omega además de mi mejor amigo, así que debes venir conmigo. - respondió con completa tranquilidad.

- No puedo.

- ¿Qué es más importante que venir conmigo? - preguntó algo irritado.

- Jisung, Chanyeol llamó. - una voz los interrumpió. - Dijo que sus padres no le permitieron venir a comer, pero si a cenar. Oh, por cierto Minho, ¿te gustaría quedarte a comer el domingo por la tarde? - preguntó el alfa Han con una sonrisa.

Lee observó como el peliazul aniquilaba a su padre con la mirada, y aunque su lobo se sentía enfadado, una sonrisa se dibujó en sus labios.

- Me encantaría, señor. - respondió con una sonrisa.

El mencionado asintió y cerró la puerta de la habitación.

- Minho. - habló Jisung mirando al castaño con seriedad.

- No me agrada Chanyeol. - fue lo único que dijo antes de cubrirse con las sábanas, estaba furioso, no quería gritarle al omega, así que prefirió dormir.

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