⾕ 、 ❪ LAZO ACC1DENTAL ❫

【 capítulo 41 】

— ¡Ya es hora de levantarse!

La omega pelinaranja exclamó con una sonrisa malvada, para después vaciar una cubeta de agua fría sobre unos chicos que dormían plácidamente hasta el momento.

Ambos pegaron un grito, levantándose de la cama y mirando a su alrededor.

— ¡Mamá! ¡¿Qué demonios te pasa?! — habló Jisung exaltado.

— Estaban demasiado juntos. — respondió mientras se alzaba de hombros, fingiendo desinterés.

— Lo siento, intenté detenerla, pero ya la conoces. — se escuchó hablar a Wooyoung mientras miraba a los presentes en la habitación.

Minho estaba temblando y mirando con sorpresa a Irene; Jisung sólo la miraba con reproche. — Vayan a bañarse y arreglarse, saldremos seguido de desayunar. — dijo simple. — Y tú. — señaló a su esposa. — Vámonos.

Luego de eso, ambos adultos salieron de la habitación, dejando solos a los chicos.

— Lo dije y lo sostengo; ¡Tu madre está loca! — Minho se dirigió a su armario.

— ¡Te escuché!

Ambos dieron un pequeño brinco ante el susto que les causó.

— Báñate primero. — le entregó una toalla al peliazul, quien la aceptó de inmediato. — Yo veré si mis madres no están ocupando el baño de su habitación. — tomó otra toalla y salió.

Jisung soltó un suspiro y retiró las sábanas de la cama, para después colocarlas en la cubeta que su madre les había vaciado. Caminó hacia el baño y tomó un trapeador; secó todo residuo de agua del suelo y una vez que terminó se encaminó al baño para darse una merecida ducha con agua caliente.

˗ˏˋ ◈°.✦。ˎˊ-

Se encontraban en el comedor desayunando en un silencio bastante cómodo. Los padres del peliazul y las madres de Minho miraban con diversión a sus hijos, los cuales no hacían más que sonreírse y hacerse señas; claro, todo hasta que el timbre de la casa sonó.

— Yo no iré. — se apresuró a decir el castaño.

Todos dirigieron sus miradas a la omega pelinegra, quien negó repetidas veces. — Ni lo piensen, ve tú Joohyun. — bebió un sorbo de jugo con completa calma.

— ¿Qué? ¡Pero si yo soy una visita! — habló ofendida.

— Ya no cuentas como visita, así que ve a abrir. — respondió cuando el sonido del timbre se volvió insistente y aún nadie se levantaba.

— Bien, me harté.

El alfa mayor se levantó y se dispuso caminar hacia la entrada, giró la perilla y al instante la puerta fue empujada, golpeándolo en la cara.

— ¡¿Dónde está?! — exclamó la mujer mientras se adentraba en la casa; tras ella estaba su pareja, la cual se detuvo para revisar que el pelinegro estuviese bien.

— Papá, ¿qué hacen aquí? — sobaba su frente con una mueca de dolor.

— Tu hermana llamó y nos contó todo. — le dio un golpe en la cabeza. — Menudo tonto, ¿por qué no dijiste nada?

— ¡¿Dónde demonios está tu marca?!

La exclamación de la madre de Wooyoung hizo que ambos corrieran hacia el comedor. — Y tú, ¡¿Cómo fuiste capaz de romper el lazo que tenías con mi nieto?! — la anciana zarandeaba a Minho, el cual tenía una expresión de completa sorpresa; ella lo tomó del cuello y apretó el agarre. — ¡Pero hasta hoy vives!

— Espere, que me ahorca. — el castaño logró decir, mientras que Jisung intentaba hablar con Ryunhee para detener su acción.

Las tres mujeres restantes sólo seguían desayunando con total calma; como si el hecho de que Minho estuviera apunto de ser ahorcado no tuviera mayor relevancia.

Wooyoung ante la situación no sabía si reír o llorar.

— ¡Anciana ya basta! Él no rompió el lazo, ¡lo hice yo!

La mujer se detuvo; soltó lentamente al alfa del cuello y le dedicó una mirada asesina al omega, quien se arrepintió de haberlo dicho.

— Esperen, creo que tenemos que hablar. — Kwanghyun se puso frente al peliazul antes de que su omega se le lanzara encima; luego miró a su hijo. — Eunji nos espera en tu casa en unas horas.

— Cuando la vea, voy a acabar con su existencia. — susurró la pelinaranja en modo amenaza.

Finalmente la omega mayor se calmó y desistió de su intención de lanzarse sobre Jisung para golpearlo, así que decidieron ir a la sala para contarles con lujo de detalle lo que había sucedido con los chicos y los motivos por los que la marca se había borrado.

La anciana miró mal a ambos jóvenes. — ¡Son unos tontos!

Ambos se encogieron en su lugar ante el aura oscura que emanaba la mayor.

— Pero ahora están empezando un cortejo como se debe. — el alfa pelinegro intentó calmar el ambiente tenso.

— A estas alturas moriré antes de que estos torpes me den bisnietos. Se los dije; ¡quiero bisnietos! — exclamó mientras intentaba soltarse de su alfa.

— Todo a su tiempo, señora. — Shuhua sonrió relajada.

— Yo ya no tengo tiempo; exijo por lo menos una garantía, ¡quiero que se casen!

La última exclamación logró que Jisung se atragantara con lo que bebía y empezara a toser escandalosamente, mientras que el castaño golpeaba su espalda con preocupación.

— Está exagerando. — comentó Irene mirándola mal. — Espere al menos a que terminen la preparatoria.

— Yo me casé a los diecisiete años y tuve a Woo a los veinte. — informó con una sonrisa relajada; el mencionado golpeó su frente con su mano.

¡Nadie tenía que enterarse de eso!

— Ryunhee, nuestra hija está esperando, al parecer la pareja de Hwall ya llegó. — informó el anciano con tranquilidad.

La abuela se alzó de hombros. — Todos estamos aquí, que vengan ellos.

— Per-

— Pero nada. — se sentó en el sofá. — Ellos tienen que venir y es mi última palabra.