【 capítulo 32 】

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volví ✌️

— Juro que si vuelvo a verlos tan juntos, no habrá contemplaciones y los mato a los dos. — comentó Minho soltando pequeños gruñidos, mientras que el pelirosa lo miraba divertido.

— Fuiste tú quien dijo que su separación sería definitiva. — respondió Chan sin mirarlo realmente. — No tendrías por qué quejarte; si tú no lo quieres, ten por seguro que Jae o algún otro lo hará. — otro gruñido le interrumpió.

— ¡Pero yo sí lo quiero! — se quejó mirando al techo.

— Si lo quieres, entonces para con esta situación tan absurda. — intervino Woojin con una sonrisa divertida.

Se encontraban en el hogar del pelirosa, específicamente en su habitación; estaban realizando un proyecto de física, pero el castaño ni siquiera se imaginaba lo que el omega tenía planeado para él.

— Lo haría si no estuviera todo el tiempo pegado a Jaebum. — contestó de mala gana y el timbre de la casa sonó. Chan se puso de pie y jaló al pelinegro de la sudadera, obligándolo a levantarse también.

— Iremos por un refrigerio, espera aquí. — Y sin darle tiempo al menor de responder, arrastró a Woojin fuera de la habitación.

Una vez afuera, corrió escaleras abajo siendo seguido por su pareja, el cual abrió los ojos con sorpresa al observar a Jisung esperando afuera de la casa, siendo acompañado por el peligris.

— ¿Qué hiciste, Chris? — preguntó el alfa, viendo con seriedad a su omega.

— No me regañes, tú también estás cansado de esta situación. — respondió con simpleza y abrió la puerta, recibiendo a sus invitados.

Saludó a ambos y él junto a los otros alfas se marcharon a la cocina, donde repasaron el plan dos veces más; el pelinegro opinó que sería un fracaso, pero prefirieron ignorarlo y seguir adelante.

— Sunggie, ¿me acompañas a mi habitación? Quiero mostrarle algo a Woo. — pidió con una sonrisa inocente.

El peliazul asintió, caminando detrás de él hacia el segundo piso; sin percatarse de que el peligris le seguía.

Había algo muy extraño en el ambiente y Jisung lo sabía, pero pensó que no era importante.

Cuando estuvieron frente a la puerta de la habitación, el omega mayor se detuvo abruptamente, como si estuviera pensando en algo importante; sin embargo, negó con la cabeza y le dedicó una pequeña mirada.

— Oye Sung. — le llamó mientras colocaba sus manos en la perilla.

— ¿Si?

— Lo siento.

Todo pasó demasiado rápido; Chan abrió la puerta y el alfa mayor lo empujó con fuerza hacia adentro del lugar, cerrándola con llave casi de inmediato. El peliazul aturdido se puso de pie e intentó abrir la puerta, sin tener éxito.

— Chris, ¿qué es esto? ¡Abre la maldita puerta! — gritó, golpeando la misma con fuerza.

— ¿Jisung? — un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar esa voz tan conocida y su lobo saltó en su interior, lleno de felicidad; después de tanto tiempo, podía escuchar a Minho nombrarlo. — ¿Qué haces aquí?

— Chan me invitó a venir, pero no me comentó que estarías aquí, y ahora estamos encerrados. — respondió sin verlo; el latido de su corazón le hacía pensar que pronto se saldría de su pecho.

— No puede ser enserio. — dichas estas palabras, el castaño se acercó a la puerta e intentó abrirla, fallando rotundamente. — ¡Chris, abre la maldita puerta!

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