⾕ 、 ❪ LAZO ACC1DENTAL ❫

【 capítulo 25 】

❝Conté todos mis errores, y sólo hay uno destacado en la lista de todos ellos; el resto de mis crímenes no se acercan a la expresión en tu rostro cuando te dejé ir. ❞

Esa tarde llovía intensamente, añadiendo también que hacía un ambiente totalmente helado; sin embargo a Lee Minho no parecía importarle por la razón de que corría con toda la velocidad que sus le permitían con dirección a su hogar.

Quería ver a Jisung y preguntarle sus motivos para marcharse sin avisar, hasta tal vez regañarlo un poco por ello, pero el sabía que había algo más; su lobo estaba intranquilo y bastante preocupado a decir verdad.

— Estoy consciente de eso, ¡No necesitas repetirlo! Maldita sea. — esas fueron las palabras que escuchó al instante al que entró a su hogar. Su madre omega se encontraba discutiendo por teléfono mientras era observada por su alfa, pero cuando ambas mujeres notaron su presencia, se pusieron nerviosas. — Te llamo después.

— Mamá, ¿Sunggie está en casa? — le preguntó hacia Shuhua, la cual ante la pregunta se tensó y miró a su alfa.

La pelirroja no hizo más que desviar la mirada, desentendiendose de la situación. "Maldita perra" pensó, ¿por qué tenía que ser ella la que le diera esa noticia a su hijo?

— Bueno Honnie. — la omega se acercó a su hijo; lo miró e intentó sonreír, consiguiendo sólo que sus labios se formaran en una mueca. — ¿Cómo puedo explicarte esto? Bueno, lo que sucede es que Jisu-

— Jisung se marchó en la mañana. — interrumpió la alfa con simpleza.

La pelinegra abrió los ojos exageradamente, ¡esa no era la manera de decirle que se había ido! Ella no se lo iba a decir tan directo.

— ¿Qué? ¿Cómo que se fue? ¿Por qué? — la expresión de su hijo les hizo saber que la mayor la había cagado en grande.

— Bueno, en realidad no lo entendí por completo, sólo sé que no quiere verte. — respondió con una sonrisa relajada.

— Seulgi, ¡¿Quieres cerrar la maldita boca?! — exclamó, sintiéndose superada por lo despistada que llegaba a ser su pareja en las ocasiones más serias. Una vez que su alfa asintió lentamente, Shuhua desvió la mirada hacia el castaño. — Minho, cielo, él vino hace unas horas y no se veía para nada bien. No sé que haya pasado entre ustedes, pero él fue muy claro al decir que se dió cuenta que no eres el alfa para él, así que decidió marcharse, y creo que lo mejor es que respetes su decisión.

Mentira, era evidente que no deseaba que su hijo estuviese de acuerdo con eso, pero ambas mujeres habían contactado a Yongsun, la cual les había indicado que no hicieran nada estúpido que alterara a los chicos, dado que la marca en el cuello del peliazul estaba en estado delicado al estar a poco tiempo de desaparecer.

Le habían avisado a Seulgi, que estaba igual de desesperadas que ellas, pero al final habían decidido dejar las cosas tal y como estaban.

— No, él no puede irse, no de esta manera. — el chico lanzó su mochila golpeando a su madre alfa en la cara y salió corriendo de su casa, ignorando completamente el llamado de la omega.

Necesitaba una explicación de Han, y no se detendría hasta obtenerla.

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Cierto peliazul se encontraba acostado en su cama cubierto con una manta, mientras miraba las gotas de lluvia golpear en su ventana; el alfa pelinegro estaba a su lado, tal como cuando eran unos pequeños de seis años. Aún se sentía sorprendido porque hubiese decidido quedarse con él, pero lo agradecía; en esos momentos necesitaba a alguien a su lado, y estaba seguro de que no había nadie mejor que Seo Changbin.