【 capítulo 28 】

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Eran alrededor de las ocho de la mañana; Jisung se encontraba en su habitación del hospital, mirando el pequeño dije en forma de corazón que se encontraba entre sus manos.

La expresión de su rostro mostraba nostalgia; aún recordaba que en el momento en que vió el par de collares pensó en Minho, y sin pensarlo demasiado compró ambos, sin importarle que su madre le regañara después.

Su pequeña sonrisa se hizo más grande al recordar la cara de felicidad del castaño cuando le entregó el collar y ambos prometieron que no se lo quitarían bajo ninguna circunstancia.

— Jisung. — el mencionado desvió la mirada del objeto para ver a Changbin adentrándose al lugar con tranquilidad.

— Buenos días. — susurró en saludo.

— ¿Cómo te sientes?

— Estaré bien, no necesitas preocuparte. — devolvió su mirada al dije, a lo que el pelinegro al verlo, no pudo evitar sonreír mientras se sentaba en la cama.

— ¿Hablarás con él? — habló con curiosidad.

El menor no pudo evitar sorprenderse, pero a pesar de ello, asintió con lentitud. — Por supuesto que sí, es algo que debo hacer, necesito disculparme por todo.

— Las madres de Minho y tus padres se fueron, esta es tu oportunidad. — susurró.

Él no estaba de acuerdo con la idea que tenían los Lee y los Han; quizás era algo bueno, pero Seo podía ver más allá para saber que eso representaba un error fatal.

— Yo no creo que-

— Cállate y ve a hablar con él. — le interrumpió. Le obligó a levantarse de la cama y a salir de la habitación; el omega maldijo en bajo a Changbin, pero aún así obedeció.

Caminó con lentitud hasta la habitación del alfa castaño y se detuvo frente a la puerta de esta, se sentía nervioso; sus piernas temblaban, sus manos sudaban y su corazón latía de manera irregular como si fuera a salirse de su pecho en algún momento. Tomó una respiración profunda y dio tres golpes débiles a la puerta.

— Pase.

La voz del castaño le provocó un escalofrío y sintió deseos de dar media vuelta para volver a donde estaba y no salir hasta ser dado de alta, pero no lo hizo; tomó la perilla, girándola y abriendo con lentitud, encontrándose con un Minho mirando a la pared.

Al verlo, podía jurar que su corazón se había detenido: su rostro estaba pálido, tenía unas ojeras bastante notorias y los labios resecos; evidentemente no estaba bien.

— Hola. — los nervios del omega aumentaron.

— Hola. — respondió en un susurro.

Hubo un silencio incómodo invadiendo el lugar; mientras las partes humanas de ambos luchaban con su mente por iniciar una conversación, las partes lobunas hacían hasta lo imposible por comunicarse, sin obtener demasiado.

— ¿Podemos hablar? — miró al mayor intentando sonreír, logrando sólo formar una mueca.

— Por supuesto. — susurró nuevamente.

Jisung soltó un suspiro y caminó hacia la cama, arrastrando una pequeña silla para sentarse frente a él.

— Bueno, quiero disculparme Minho; todo lo que nos está pasando es mi culpa y-

— Detente. — pidió mirando  al omega. Sintió su pecho doler al fijarse que en el cuello del pelirrojo, sólo quedaba una pequeña cicatriz en donde estaba su lazo. — No vuelvas a decir que es sólo tu culpa, nada de esto si yo no te hubiera marcado, ese fue el primer error.

Error. Él consideraba que marcarlo había sido había sido un error; sin embargo, no podía culparlo, porque al fin y al cabo tenía razón : no había sido más que un accidente.

» — Pero, no quiero que malinterpretes, no me arrepiento de haberlo hecho. — sonrió con tristeza. — Quizás fuimos demasiado rápido; no estábamos listos para llegar a algo tan serio como lo es un cortejo.

— Perdón. — el peliazul se volvió a disculpar. — Debí escucharte, si lo hubiera hecho no estaríamos en esta situación.

— Ya no importa. — mintió. — El lazo ya está roto y no hay remedio para eso, sólo quiero pedirte un favor. — el contrario lo miró. — Quiero explicarte lo que sucedió, ¿Vas a escucharme? — este sólo asintió.

» — Bien, como te dije antes, yo hablé con Jackson; le expliqué que aunque él me gustara un poco, mi lobo se sentía atraído por tí. Además de eso, le dije que te amo y él no lo tomó bien, así que me besó. — hizo una breve pausa. — Sí, admito que fue mi error no alejarme de manera rápida, pero me tomó de sorpresa; no sabía que habías presenciado esa escena, pero mi lobo lo rechazó y le advirtió que se se alejara de mí, a lo que yo ayudé amenazando con olvidar que es un beta y destrozarlo. — sonrió un poco al recordar la expresión del beta.

El de mejillas abultadas se quedó en silencio; se sentía un verdadero estúpidos por haber provocado la ruptura del lazo por un mal entendido, y ya no había nada que hacer.

— Yo... No sé qué decir. — habló cabizbajo.

— Es que no hay nada que decir, Jisung. — le respondió. — Siempre estaré agradecido por todo lo que vivimos juntos; eres mi mejor amigo y sabes que te amo de una manera única, pero... — suspiró pesado. — Nos hemos hecho mucho daño, y creo que lo mejor para ambos es separarnos un tiempo, ¿está bien?

Sólo esperaba que el omega dijera que no; sólo necesitaba que se negara a aceptar aquello para lanzarse hasta él, abrazarlo y no soltarlo.

— También eres mi mejor amigo, y también te amo. — un peso escapó de sus hombro al decirlo. — Te entiendo y creo que tienes razón, lo mejor será alejarnos; no voy a insistir lo contrario porque no tengo derecho a hacerlo.

Sonrió débilmente y caminó hasta él, rodeándolo con sus brazos mientras restregaba su mejilla en el pecho del castaño, quien lo miraba con sorpresa.

Los lobos de ambos se sentían bien con la cercanía, pero ambos sintieron un dolor indescriptible cuando el bajito rompió el abrazo.

» — Gracias por todo, Lee Minho.

Abrió la puerta y salió con rapidez, ya que sabía que si no lo hacía de esa manera, su lobo le obligaría a volver y no le permitiría alejarse del castaño nunca más.

⾕  、 ❪ LAZO ACC1DENTAL ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora