⾕ 、 ❪ LAZO ACC1DENTAL ❫

【 capítulo 24 】

Minho salió del aula y se dirigió a la cafetería, pues, estaba completamente seguro que Jackson se encontraba ahí -y no se equivocaba-. El bonito beta de cabellera grisácea se encontraba en una mesa charlando con sus amigos con un aura alegre, a lo se dibujó una sonrisa en los labios castaño; ese chico era bastante lindo, y seguramente muy pronto encontraría a alguien que mereciera y se sintiese feliz de compartir el resto de sus días con él.

Soltó un suspiro y caminó hasta la mesa en la que se encontraba el beta; las risas cesaron, quedando sólo sonrisas burlonas hacia el peligris.

— Jackson, ¿podemos hablar? 

— Claro. — le respondió mientras se ponía de pie.

Salieron de la cafetería y caminaron hacia el aula de historia, ya que le había comentado a Jisung que en cuanto terminara de hablar con el beta le esperaría ahí.

— ¿De qué quieres hablarme? — preguntó Wang con bastante curiosidad.

— Bueno, yo... — soltó un suspiro. — Ya no podemos seguir saliendo. — habló con simpleza. Él nunca ha sido bueno con las palabras, además que el nerviosismo que sentía no estaba ayudando en absoluto.

— ¿Qué? ¿Por qué? — su rostro expresaba una gran decepción.

— Estoy cortejando a Jisung, ¡Él aceptó ser mi omega! — bien, quizás no era el momento para decirlo con un tono emocionado y sonriente.

— ¿Han Jisung? — el peligris cambió su semblante decepcionado a uno de auténtica molestia.

Jackson y el peliazul siempre se habían llevado muy bien, ya que este último sabía a la perfección los sentimientos del beta hacia Minho e incluso le había ayudado en algunas ocasiones; sin embargo aquello cambió desde el momento en que colocó su marca en el cuello de Han.

En esos momentos, Wang estaba odiando con todo su ser al omega que en algún momento consideró como un amigo.

— Pero él no te gusta, yo soy quien te gusta. — lo dijo con un tono bastante molesto. — Lo que estás diciendo no tiene sentido, ¡Él es tu mejor amigo! — habló con un tono bastante alto, mientras que su cara se tornaba de color rojo gracias al enojo.

— Sí Jackson, eres un chico muy lindo y divertido, no puedo negar que me gustas. — una sonrisa victoriosa apareció en el rostro contrario. — Pero no te amo, yo amo a Jisung. — confesó y la sonrisa del mayor se borró casi al instante, pero el alfa no podía sentirse más aliviado al admitirlo finalmente. — Seré sincero contigo, no estoy consciente en qué momento sucedió, pero sé que quiero estar con él. — habló con calidez.

— No, nosotros podemos intentarlo, yo soy mejor para tí que él. — esas palabras sorprendieron al menor de ambos.

— Vete antes de que sea tarde. — la advertencia de su lobo fue fuerte y clara, sin embargo, Minho no la escuchó.

— No, mi lobo ya no se siente atraído por tí, eso sólo sería una pérdida de tiempo para ambos, gracias por todo y me disculpo por haberte hecho perder el tiempo. — se disculpó con bastante calma.

— Excelente, que bueno todo, hasta te aplaudiría, pero no es momento, repito, V Á M O N O S. — volvió a insistir su lobo.

El beta no dijo nada, simplemente se acercó al castaño, tomó las mejillas con sus manos y plantó un beso en su labios. Minho estaba sorprendido, pero no se percató de que alguien los estaba viendo, puesto que estaba dando la espalda a la puerta; quien se percató de ello fue el mayor, que al ver al peliazul sonrió en sus adentros.

La puerta se cerró y se separó del alfa de un empujón, seguido de eso le miró sorprendido; los ojos del menor de ambos habían cambiado de su color negro a un brillante color miel y un gruñido bastante potente le hizo temblar.

— No vuelvas a intentar eso o te juro que me olvidaré que eres un beta y voy a acabar contigo.

La parte lobuna del alfa le advirtió, Jackson asintió ante ello y salió sintiendo sus piernas temblar, pero aún así no evitó sonreír al sentirse satisfecho.

Conocía el carácter de Jisung y sabía que no permitiría que Minho volviera a respirar el mismo aire que él; si no podía tener al castaño, entonces él tampoco.

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El timbre indicó el final del receso y Jisung no llegó al aula; Minho se encontraba nervioso, confundido y preocupado, pues sentía que algo no andaba bien. Salió del aula de historia y caminó hacia los casilleros en espera de que el omega estuviese ahí, lo que no sucedió porque sólo se encontró con Chanyeol, quien parecía querer lanzarse encima de él en cualquier momento.

— Echaste todo a perder, espero que estés feliz, idiota. — la mirada cargada de odio que le dedicó era sorprendente, y a pesar de que esperaba discutir con aquel alfa, éste sólo le dió un empujón y se marchó.

Decidió no tomarle importancia y casi corrió hacia el aula de literatura; necesitaba ver al peliazul y contarle que ya había dejado las cosas claras con Wang, pero grande fue su sorpresa al llegar al salón y no encontrarlo.

— Hola Minho. — saludó el australiano de pecas con una sonrisa relajada.

— Hola Lixie, ¿sabes dónde está Sung? — se mostraba preocupado; incluso se había percatado que la pareja del pelinaranja no estaba ahí, cosa que le sorprendió bastante.

— Lo vi hace un rato y se veía bastante mal, Binnie se quedó con él, no te preocupes. — le respondió con simpleza y volvió a lo suyo.

El alfa no se sentía tranquilo; ¿Qué había pasado con Jisung? ¿Por qué estaba con Changbin? ¿Tanto le había afectado dejar a Chanyeol?

Soltó un suspiro pesado y decidió llamarlo, sin obtener respuesta. Al no encontrar forma de comunicarse con el omega, decidió esperar a verle llegar por la puerta del aula, y en caso de que no lo hiciera, hablaría con él cuando volviera a casa.