【 capítulo 43 】

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— ¿Nos mentiste? — Wooyoung fingía estar sorprendido.

— Sí.

La omega castaña se sintió cohibida ante las miradas de los presentes sobre ella. — No tenemos ningún tipo de problemas, y lo que dije al llegar fue sólo con la intención de que cuando ella estuviese aquí, la trataran tan mal que no volviera a aparecer frente a mi Joon. — confesó mientras miraba a su hermano; el cual reflejaba completa decepción.

Hwall y Sakura no se encontraban, ya que habían salido a comprar un par de cosas que la madre del alfa castaño les había pedido.

— Lamento mucho lo que dije; fue bastante imprudente y sé que pude haber provocado graves problemas. — miró a Joohyun, quien sólo se limitó a asentir, sin decir nada al respecto.

Por otra parte, Jisung ni siquiera escuchó lo que había dicho, dado que estaba muy ocupado acariciando el cabello de su pareja, quien reposaba su cabeza en sus piernas con total tranquilidad.

— Eunji, ellos son pareja destinada, ¿qué problema tienes con la chica? — Kwanghyun miraba a su hija con seriedad. — Estoy seguro de que no tiene nada que ver con que ella sea infértil; sé que te crié bien y no eres una mujer de mente cerrada.

— El problema no es ella, es su familia. — habló simple. — Su familia es reconocida en Busan; la madre de esa niña se atrevió a decir que mi bebé era poca cosa. — apretó sus puños.

— Como saben, Hyunjoon estudió en la universidad con una beca. — prosiguió la pareja de la omega castaña. — Él la conoció ahí. Eunji conoció a la madre de Sakura cuando fue a buscarlo, y no le agradó para nada la actitud de esa mujer con nuestro hijo; por eso ha intentado que él se aleje de ella a su propia voluntad, pero el hecho de que son destinados complica mucho las cosas.

— ¿Peleaste con ella? — el alfa pelinegro sólo esperaba una respuesta negativa.

— Sí, tuvimos una discusión; el enojo me cegó y le dije a esa mujer que no podía llamar poca cosa si su hija era infértil.

Jisung dejó de acariciar el cabello de Minho, quien abrió sus ojos mientras observaba la expresión del primero; frunció los labios y tomó su mano dándole un apretón. El peliazul lo miró y le dedicó una sonrisa, la cual fue devuelta de inmediato.

» — No la he visto desde ese entonces, pero no ha dejado de complicarle la vida a Hwall; hace poco nos envió una carta exigiendo que deje a Sakura, por eso tuve que recurrir a esto.

Nadie dijo nada, lo que escucharon era bastante extraño. El alfa rubio no les había contado la historia completa, había omitido un par de cosas que podrían resultar importantes.

— ¿Cuánto tiempo se quedarán? — Woo los miraba a detalle.

— Un par de semanas. — aseguró la castaña.

Shuhua sonrió en grande. — Bueno, entonces, ¡Jisung puede quedarse aquí!

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Todos se encontraban en el comedor del hogar de los Lee mientras comían en un silencio sepulcral.

Habían decidido que el omega de mejillas abultadas se quedaría ahí hasta que sus tíos regresaran a Busan. A nadie le había parecido mala idea en lo absoluto; hasta sus abuelos habían comentado que de ese modo quizás se darían prisa y les darían el bisnieto que tanto deseaban.

La incomodidad era evidente; más cuando Eun no dejaba de observar a Minho, como si lo escaneara buscando algún defecto.

— ¿Cómo rompieron el lazo? — rompió el silencio.

Aquella pregunta descolocó a los presentes.

— ¿Disculpe? — el castaño habló, intentando cerciorarse si había escuchado bien.

— Sí, ¿Cómo rompieron su lazo? — prosiguió. — Según entiendo, los lazos temporales no pueden romperse, a menos que el alfa marque a otro omega o éste permita que alguien más lo marque. — explicó y Hyunjoon deseó que la tierra se lo tragara. — Y escuché que eso no pasó entre ustedes, entonces, ¿cómo lo hicieron?

— Mediante un rechazo. — respondió Irene. — No es algo de lo que nos guste hablar, así que por favor, no saques nuevamente ese tema a colación. — pidió amable, a lo que ella asintió y se disculpó con los chicos.

— Bueno. — ahora fue el turno de la abuela del peliazul. — Con respecto a la boda-

— Olvídelo señora. — interrumpió la pelinaranja. — Es la quinta vez que le digo que mi Sunggie no está listo. — continuó, sin mirar a la anciana, quien frunció el ceño y se alzó de hombros.

— De todos modos, haré lo que quiera.

— Eso quiero verlo. — retó.

El ambiente se puso tenso nuevamente. Los dos más jóvenes se levantaron de la mesa de manera "disimulada" y escaparon directamente hacia la habitación en la que Jisung tenía parte de sus pertenencias, que pronto serían movidas a la habitación de Minho.

— ¡Mi familia está loca! — el peliazul se tiró a la cama, siendo seguido y abrazado de espalda por el castaño.

— No lo están, sólo son algo... especiales. — sonrió relajado. — Me agradan. — acomodó su mandíbula en el hombro del omega.

— Y aún no logro comprender cómo; todos alguna vez te trataron mal.

— Tu papá no.

— Él es un caso único.

Jisung sonrió y se separó del abrazo para después voltearse y quedar frente a frente. — Te quiero.

Le susurró bajito, como si fuese el mayor secreto del mundo, a lo que Lee sonrió con dulzura y dejó un beso en su frente.

— Yo te amo, Han Jisung. — susurró de igual manera.

— ¿Juntos para siempre?

— Para siempre. — el mayor se acercó al rostro de su pareja, disminuyendo la distancia con lentitud.

Sus labios se unieron en un lento y delicado beso, donde transmitían todos y cada uno de sus sentimientos por el otro. Era el primer momento que compartían sólo ellos dos; sin interrupciones, sin apuestas y sin nadie mirándolos, no podían ser más felices por ello.

— ¿Lo ven? Les dije que esto era mejor idea que interrumpir en la habitación. ¡Bobos! — Ryunhee susurró, sonriendo enternecida ante la escena para luego cerrar la puerta. — ¡Bisnietos, aquí voy! — exclamó bajito y luego bajó las escaleras, siendo seguida por los demás.

Ninguno de los chicos había notado que todos los espiaban.

Cuando se separaron, se dedicaron una última sonrisa y se acurrucaron, quedándose totalmente dormidos mientras disfrutaban del calor que se proporcionaban mutuamente y de sus respiraciones relajadas.

Esa adivina tenía razón.

La sonrisa del omega se amplió ante el pensamiento, mientras que fuera de su casa se hallaba una mujer con un vestido rosa pálido y que cubría su rostro con un pañuelo de la misma tonalidad.

Sonreía con satisfacción y dulzura; a fin de cuentas, su visión de había cumplido y todo marchaba tal y como tenía que ser.





➠ no pregunten de la adivina esa; yo tampoco sé nada, antes eso no estaba. 🤡

y bueno, zazio2 adivinó mi edad y la que voy a cumplir pronto, qloco todo. tengo doce; casi trece nANANANAN.

gracias por leer. ♡

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