【 capítulo 45 】

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Dos semanas pasaron, dando a fin a las tediosas clases.

Jisung y Minho aprovechaban sus días al máximo para dormir, comer y pasar las tardes mirando películas en la habitación del mayor.

— Yongbok, quédate quieto. — ordenó Changbin con seriedad.

— Oblígame, Seo. — el omega pelinaranja miró mal a su pareja.

— ¡Por favor! ¡Paren con esto ya! — gritó el peliazul, dejando caer su cabeza sobre la mesa; llevaban así más de una hora.

Al parecer tanto la familia de Felix como los de Seo se habían hartado del humor de perros que sus hijos tenían por esos días, a lo que no encontraron mejor opción que abandonarlos en el hogar de Minho.

— ¿Por qué mierda están peleados? — el castaño estaba hastiado de la situación, siendo totalmente ignorado; tanto el de pecas como el bajito se miraron fijamente, haciendo muecas de molestia.

— Sólo es una estúpida boda.

— ¡Es la boda de mi hermano, Changbin! — protestó, golpeando la mesa y sorprendiendo a los otros dos presentes. — No puedes pedirme que falte en un día tan importante.

— Mi hermana quiere conocerte. — recalcó. — Tu hermano te mira todos los días, así que no creo que le importe tu ausencia.

— Podemos ir a Yongin cuando la boda de mi hermano termine; o puedes ir solo y yo te alcanzo después. — propuso, pero el bajito se negó, de nuevo. — Entonces no iré, ya te dije que no abandonaré a mi hermano. — se cruzó de brazos.

— ¡Eres mi pareja! — soltó un gruñido.

— ¡Primero conocí a mi familia y después a mi pareja! — se defendió, mirándolo mal.

Jisung hizo un puchero. Habían invitado a ambos chicos a ver un par de películas y quizás salir a algún lado después de verlos discutir en la calle, pero contrario a ello, estaban perdiendo toda su tarde en observarlos discutir.

— ¡Aquí les traigo un jugo!

Se escuchó decir por parte de una feliz omega pelinegra, pero se detuvo frunciendo el ceño al mirar pelear al australiano y su pareja. — Sung, tu mamá llamó y dijo que vendrá con tus abuelos. — sonrió relajada y observó al mencionado asentir.

Casi al instante, la puerta de la entrada a la casa se abrió de manera brusca, provocando que los cinco presentes dieran un salto en su lugar por el susto.

— ¡Es genial estar de vuelta! — exclamó una voz conocida.

Tanto el omega como Changbin voltearon observando a Nayeon, la tía del pelirrojo, la cual sonreía en grande mientras se adentraba a la casa, siendo seguidos por Joohyun y los abuelos Han.

— ¡Ya les dije que no pierden nada de tiempo con tocar el timbre! — regañó Shuhua y la pelinaranja rió.

— Perdemos tiempo. — dijo la anciana.

— ¿Que creen? ¡Conseguí entradas para todos al parque de diversiones en Busan! — una Nayeon feliz interrumpió. — Binnie, tu omega es precioso; ustedes también irán con nosotros. Y no es pregunta. — afirmó al darse cuenta de que iban a negarse.

— ¿Qué? Per-

— Pero nada. — detuvo el intento del pelinaranja y luego desvió su mirada hacia su sobrino. — Llama a Chan y a Woojin. — este solo asintió.

— ¿Chan está en condiciones de ir? — Minho susurró.

— Realmente no lo sé, pero no quiero que ella me asesine por desobedecer. — marco con lentitud el número. — Buenas tardes señora Bang... ¿Se encuentra Chris?

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