Capítulo 28

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El día del compromiso se acercaba rápidamente, la prueba de vestuario agotó completamente a Candy, pero después de la tortura hubo una recompensa: fue con la Sra. Leagan a la oficina de Neil y después a la mansión Leagan, donde todos cenaron y conversaron en familia.

Varias veces la pecosa se topó con Eliza, quien en la primera reunión familiar anunció que su novio Steve Rochester también le propuso matrimonio y que pronto fijarían la fecha de la boda, lo cual complació a sus padres ya que el joven en cuestión es un adinerado empresario neoyorquino.

En esas pocas cenas con la futura Sra. Rochester, Candy la escuchaba decir lo hermosos y exclusivos que eran sus vestidos, tanto el de la fiesta de compromiso como el vestido de novia que había mandado a confeccionar a New York, así como a las personas famosas y distinguidas que invitaría a su celebración y no a "ninguna chusma".

Neil, ante estas palabras, lanzó miradas terribles a su hermana y despotricó en contra de ella, Candy se rio divertida por las caras de disgusto de su futura cuñada.

La pelirroja, como siempre trató de causar su envidia y hacerla sentir menos por el hecho de que su origen es desconocido...o sea, una pobre huérfana, pero a la pecosa eso poco le importó. Los últimos días se había sentido como la mujer más afortunada del mundo y nada podrá empañar esa felicidad, si, ella es tan feliz que hasta se alegra de que la señorita Leagan tenga mejores vestidos que ella.

Pronto ella y Neil se pertenecerán por completo y todas las otras pequeñas cosas y parafernalias a su alrededor carecerán de importancia.

Sin embargo pareciera que los días, las horas, los minutos transcurrían con tan dolorosa lentitud que incluso para distraerse de ese tema, tenía un calendario donde marcaba con pequeños círculos los días que faltaban para en día de su boda...ya pronto.

¿Realmente habrá alguna diferencia en que aretes penderán de sus oídos?, ¿Qué tipo de collar adornará su cuello?...¿tiene alguna importancia eso?.

Se sentaron a la mesa uno al lado del otro como toda pareja de novios, Candy dejó caer la mano y Neil la apretó, ella sintió como si una descarga eléctrica recorriera todo su cuerpo y su corazón latía con fuerza, ingenuamente pensaron que nadie se daría cuenta de sus pequeñas caricias, pero todos los presentes no pudieron pasar por alto lo enamorados que se veían.

Al momento de despedirse, Neil la sostuvo en sus brazos durante mucho tiempo, sin soltarla le susurró al oído: -"te amo, te amo ..."-, probablemente mil veces.

¿Esto está sucediendo en realidad? ... El sol se ha puesto, Candy yacía en la cama, imaginando el mañana. El sentimiento de felicidad la cubrió como enormes olas hacia la orilla de la playa, se le hacía difícil respirar, pero luego por el contrario, quería reír, saltar, bailar.

¡Qué maravillosa es la vida! ¡Qué hermoso es el mundo! Podrán estar juntos todo el tiempo que quieran, la sensación de que su vida pronto cambiará por completo la turbó.

A pesar de que la Sra. Leagan le deseó dulces sueños, la chica entendió que no podía conciliar el sueño. ¿Por qué los minutos pasan tan lentamente?.

Pronto construirán su vida juntos, como cualquier novia, Candy sintió esa emoción agradable y al mismo tiempo aterradora en la encrucijada de su vida: la transición de una niña libre a una mujer casada.

¿Qué experimentarán juntos? ¿Serán felices?, en todo momento quería sentir sus brazos y su aliento cerca de ella, su cuerpo y alma anhelaban a su amado.

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Llamaron a la puerta de su habitación.

Candy brincó sobre cama...¡Neil!... Probablemente se olvidó de decirle algo. La chica comenzó a correr por la habitación. ¡que bueno que todavía no se ha puesto la pijama!.

Vorágine de pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora