-¡¡¡Neil !!! ¡¡¡Neil !!!-
Corrió a toda velocidad tras de él, su corazón latía con fuerza de modo que parecía que saldría de su pecho. Nunca ha corrido tan rápido, !más rápido, más rápido!.
- ¡¡¡NEIL!!! -Ella gritó y se le cortó la respiración. Su pie topó en una especie de agujero y la rubia cayó en medio del camino, incorporándose un poco, Candy miró las nubes de polvo en las que desapareció el auto rojo.
-Ni siquiera se dio la vuelta ... Ni siquiera me miró ...- La pecosa intentó limpiarse la cara, pero sus manos temblaban.
- Candy.- Una voz se escuchó cerca, era más bien como un susurro. Era Terry que había corrido tras de ella, la chica levantó la vista y el joven vio que sus ojos estaban congelados por la desesperación.
-¡Terry, él no me perdonará!,- susurró. - ¡Nunca me perdonará!.-
Grandchester quería decir algo, pero no dijo nada. Por alguna razón, la desesperanza en la voz de su Tarzán con pecas lo paralizó.
Candy se levantó y caminó lentamente. Terry permanecía cerca suyo sin atreverse a tocarla.
-No me perdonará, no me perdonará ...- susurró de nuevo.
Regresaron juntos al lugar donde tuvo lugar la escena del beso y Candy se arrodilló para recoger las flores que Neil había arrojado al piso.
Rosas rojas, tan hermosas y aromáticas...él fue a buscarla.
De repente, en este momento, ella comenzó a comprender lo que había sucedido y que ahora está segura que no volverá a ver a su amado, que justo en ese instante, todo terminó, todo se rompió.
Candy abrazó su ramo de flores, con tanta ternura, como si fuera una criatura viviente y sollozó amargamente. Terry la miró y guardó silencio.
Por un lado, no entendía por qué Candy lucia tan triste por ese desgraciado, pero la forma en que lloraba lo desconcertó y simplemente no pudo encontrar una palabra de consuelo para distraerla de su pena.
-¡Perdóname!.- dijo suavemente Granchester que se arrodilló junto a ella y apenas si tocó a la rubia por los hombros. Candy levantó su cara llorosa hacia él.
-¡Terry, Terry, estaba tan feliz! ¿Qué voy a hacer ahora? ... ¿Dios qué he hecho?...estoy segura que nunca lo volveré a ver, Terry ... - Estas palabras le rompieron el corazón, se lamentó con él de Neil, se quejó de que no podía estar con ese maldito Leagan. ¡Qué locura es esta!.
Abrazó a Candy, pero en ese acto ya no había pasión, solo había consuelo y compasión y la chica, temblando por los sollozos, se escondió en su pecho.
No, simplemente no podía verla tan infeliz, la ama demasiado ... -Candy, no llores.- dijo con voz hueca. -No es tu culpa, solo yo soy el culpable y por lo tanto ahora iremos a buscarlo y hablaré con él, aclararemos éste mal entendido y todo estará bien, te lo prometo.-
-¿¿Lo dices en serio?? - La esperanza sonaba en su voz y esos radiantes ojos llenos de lágrimas, parecían estar iluminados por una luz interior. Por el hecho de que ahora ella sonreía un poco, él estaba dispuesto a hacer cualquier cosa.
-Bueno, ¡por supuesto!, ahora levántate, - Terry se incorporó y ayudó a Candy a ponerse en pie, sacudiéndole el vestido, como si fuera una niña.- Y sonríe. ...-
Si los nueve círculos del infierno realmente existieran, Terry Grandchester los atravesó todos en ese instante. Durante los breves cuarenta minutos que condujeron a la casa de Leagan en Chicago, Candy probablemente repitió veinte veces: -No me perdonará...¡Nunca!.- con entonaciones cada vez más trágicas, le rogó varias veces que detuviera el auto, porque "era inútil" ir a buscarlo, pero luego le pedía que condujera más rápido, aunque él ya estaba imprimiendo toda la velocidad del auto.
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Vorágine de pasión
FanficCandy vino a celebrar el compromiso de su amiga Annie. En la recepción, su viejo enemigo Neil, le hace ver que muchos hombres están locos por ella. ¿Candy podrá escapar de ésta vorágine de pasión? titulo del original en ruso: Водоворот, escrito por...