Capítulo 45

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La chica cruzó rápidamente la distancia que la separaba de su amado y acercándose a la cama, lentamente se inclinó hacia él. Su rostro aún estaba tranquilo y sereno y lucía tan pálido que parecía que su piel se hubiera fusionado con la almohada sobre la que yacía, lo cual era aún más inusual porque el Neil que ella recordaba tenía el rostro bronceado y sus mejillas a menudo se sonrojaban con las pasiones que inquietaban su alma.

Y ahora sus cejas no se movían y por esto parecía de alguna manera un desconocido, sus labios simplemente estaban comprimidos, sin la sombra de una sonrisa...cómo deseaba ella que su rostro fuera el mismo de la noche anterior, deseaba verlo fruncir el ceño o irónicamente levantar una ceja para sonreír , incluso con su clásica sonrisa sarcástica, ella sería feliz si él la estuviera retando o apretara los puños reclamándole su impulso de salir a pasear tan de madrugada.

-"¡Solo traes desgracia!" - La voz acusadora de Eliza sonó en su cabeza y por un impulso irreflenable tomó una mano de Neil con ambas manos y la acarició, pero él apenas se movió. -¿Por qué a los que amo me dejan sola?...-pensó desesperada. ¿Por qué los que amaba tanto se alejan cada vez más de ella? ... Anthony ... Terry ... Stear ...-nunca les dije cuánto los amaba.-susurró Candy.

Nunca lo supieron en realidad...dio por sentado que siempre estarían a su lado y tendría tiempo para decirles esas palabras importantes, aunque de alguna forma u otra ellos sabían que Candy los consideraba personas muy queridas, aún así llegó el momento que decirles adiós para siempre, ¡cómo se arrepintió de no haberles dicho directamente: -¡Te amo!.-

No supo exactamente cómo expresarle a Anthony su sentir, las palabras adecuadas no eran –"Me gustas"-, sino - "¡Te amo, hermoso Anthony!"-

A Terry, siempre tuvo miedo de expresarle sus sentimientos, no los reconoció de inmediato y solo cuando su barco llegó a la distancia, ella lo llamó y a Neil, le ha dicho infinidad de veces que lo ama, pero siempre en respuesta a sus cálidas confesiones, aunque muy en el fondo de su corazón, ella aún duda... ¿acaso no lo ama con todo su corazón?...¡ella no quiere perderlo!, todo está bien con él, quiere ser uno con él para el resto de su vida, lo defendió de todos sus detractores, pero aun así, es cautelosa.

Ella está segura que la unión de sus almas vendrá con el tiempo, que él todavía necesita cambiar algunas cosas y cuando eso suceda, ella se abrirá completamente a él, le entregará sin reservas su corazón.

Pero ahora, mirando tan de cerca el rostro amado, las pestañas oscuras de sus ojos entrecerrados, Candy se dio cuenta de que lo ama por lo que es y que su único deseo es que él abra los ojos y la mire con esa expresión tan irónicamente condescendiente típica en él.

Ella está consciente que la vida de casados no será miel sobre hojuelas, no una color de rosa, está segura que discutirán, él le querrá imponer cosas que no aceptará, le dirá que hacer y qué no hacer, tal vez la vuelva a dejar encerrada en su habitación...¡pero lo ama! y está dispuesta a arriesgarlo todo, Neil es tan irascible, duro, complejo, imperfecto...¡pero lo ama!, ella ama su alma apasionada que, a través de tantos errores, se reveló a la luz y al amor.

-¡Despierta, te lo ruego!.- lo llamó Candy. -¡Por favor cariño, te necesito!.- Las lágrimas corrían por su rostro. -Te amo Neil.-la rubia bajó la cabeza hacia el pecho del moreno y no se dio cuenta de cómo al tratar de abrir los ojos, le temblaron un poco las pestañas.

Neil respiró hondo, se estiró y Candy ladeó la cabeza. - ¿Neil?.- A través de un velo de lágrimas, vio que sus párpados se estremecían y los ojos marrones más queridos del mundo la miraban fijamente.

-¡Gracias Señor! - la pecosa exhaló, los pálidos labios de su novio se movieron como si quisiera decir algo, pero luego la enfermera profesional que lleva dentro se manifestó.

Vorágine de pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora