Capítulo 14

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Neil se veía muy consternado y Candy se dio cuenta que había sido demasiado cruel con sus comentarios. Ella no debería haber dicho esas palabras, incluso si no hubiera estado escuchando a escondidas, incluso si las merecía. Después de todo, había cualidades dentro de él como en cualquier persona, él no es cien por ciento pura maldad.

-Neil, yo ... -Candy trató de justificarse, pero Leagan la detuvo con un gesto.

-No digas nada Candy, no hace falta.-

El entendió todo súbitamente, aunque era muy doloroso, era una verdad despiadada que no quería saber, escuchar, comprender, pensó que todo el rechazo de Candy era parte de la coquetería femenina, ese ritual de atención. Pero hoy escuchó la triste y llana verdad, Candy hablaba en serio...lo decía en serio. Ella no es una de esas personas que fingen lo que no sienten, ¡oh no!.

Neil en ese momento decidió no volver a verla, quería irse ahora, pero el hecho de que Candy todavía estaba en el hospital y por así decirlo, a su cuidado, lo hizo dudar. Y eso lo empezó a atormentar.

Leagan miró por la ventana y permaneció un rato así, vio cómo los rayos del sol centellaban en los chorros de agua de una pequeña fuente en el hospital. El silencio se volvió casi siniestro.

La rubia bajó la cabeza.

-Neil, lo siento, yo no quería ...-intentó de nuevo comenzar la conversación y Neil se volteó bruscamente.

-Candy, no te preocupes todo está bien.- lo dijo en un tono tal que estaba claro que no todo estaba bien. - No te disculpes, dijiste lo que piensas y lo entendí.-

Ella se dio cuenta de que no volvería a visitarla...nunca, estaba segura. Era evidente que Neil estaba pensando en cómo deshacerse de ella ahora y esto resultó ser cierto.

-Ya te sientes mejor, ¿verdad?..- preguntó fría y calmadamente.

-Sí y yo...-

-Está bien, entonces te recogeré en la noche y te llevaré a tu casa.-la interrumpió antes de que siguiera dándole explicaciones.

-¡Neil...espera!.-

En silencio salió y cerró la puerta. Candy yacía sobre la almohada y cerró los ojos. ¿Por qué se sentía tan apesadumbrada?, después de todo, ¡finalmente se deshizo de él!. Se puede decir que al fin ganó. Ahora él no la perseguirá y podrá vivir en paz. ¿Pero entonces por qué se siente tan miserable?.

Una propuesta...sus flores favoritas...ella no lo volverá a ver.

Su fragancia, su aliento y sus besos.

La penetrante mirada de sus ojos color miel llena de pasión, nunca la verá de nuevo...¿No es eso lo que ella quería?.

La rubia estuvo acostada en la cama todo el día, sintiéndose enferma, a pesar de sus dolores físicos habían prácticamente desaparecido.

Por la tarde, le trajeron el almuerzo y la pecosa apenas si lo probó. Cuando Marta le preguntó la causa de su falta de apetito, ella inventó un dolor de cabeza, por lo cual la enfermera le dio una aspirina, la tomó pensando que eso le ayudaría a conciliar el sueño y olvidarse de todo, pero el sueño no llegó.

Pronto será de noche y Neil vendrá y la llevará a casa....eso es todo, todo acabará.

Esa opresión en el pecho se intensificó, como si algo malo fuera a suceder?...¿que hará ahora?.

Se vistió y se sentó en la cama, con la cabeza gacha.

Llamaron a la puerta y él entró...

Su corazón empezó a latir con fuerza por la sorpresa o por la emoción de verlo, no sabría descifrarlo.

Vorágine de pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora