Candy fue la primera en subirse al pretil de la ventana con el apoyo de su novio e inclinándose hacia el frente alcanzó una rama, pero ésta no era lo suficientemente gruesa, así que buscó un poco más en el espeso follaje del árbol y encontró una más adecuada en la cual pudiera poner un pie y así empezar a bajar, esta se encontraba justo debajo del alféizar de la ventana.
Después de haberse posicionado cómodamente en dicha rama y sosteniéndose del tronco, hizo espacio para que Neil se uniera a ella, así le indicó donde pisar.
-¡Vamos mi amor! - La pecosa lo sostuvo firmemente de la mano y lo jaló suavemente para que la siguiera y el chico, tratando de no mirar hacia abajo, dio dos pasos adelante para pararse en la fuerte rama que ella le señaló.
-Y ahora solo pon tus pies aquí, no tengas miedo, la rama es ancha, ¡yo estoy cerca de tí!.-Neil siguió mecánicamente las instrucciones y no hubo vuelta atrás: se aferró al árbol con ambas manos, como si lo abrazara.
-¡Genial, eres genial! - Escuchó la voz de su amada. Candy empezó a descender lentamente un poco más abajo y se paró junto a Neil, deteniéndose de diferentes ramas con ambas manos. -Ahora toma esa de allí, ¡lo estás haciendo muy bien!.- susurró la rubia.
-Y pon tu otro pie aquí.- ella soltó su mano derecha y le mostró a Daniel el punto de apoyo que estaba buscando, asintió y así él mismo bajó un poco más. Candy lo miró a los ojos y le dio más consejos de como bajar.
Resulta que escalar un árbol al parecer es bastante simple, ¡Neil ni siquiera pensó que sería tan fácil!, Obedeciendo un impulso repentino, decidió no mirar hacia abajo, porque se daría cuenta de la distancia que los separaban del suelo y eso sería fatal ahora que estaba tomando algo de confianza en sí mismo.
Si, sería mejor que mirara hacia el frente y siguiera los consejos de su amada... Leagan vio que aún faltaba toda la eternidad hasta lograr su objetivo pero de repente se dio cuenta de que tenía mucho miedo a las alturas, pues se empezó a marear, su cabeza daba vueltas y sus manos sudaban y resbalaban por las ramas a las que se aferraba tenazmente, al mismo tiempo, cerró los ojos. - ¡Y ahora pisa aquí! - El susurro de su amada le llegó a los oídos, pero ni siquiera pudo responder pues estaba paralizado de pánico.
-¿Neil?.- Ella lo llamó un poco más fuerte al no obtener respuesta del moreno.
-¡No puedo! ...- susurró. -¡Tengo mucho miedo!- pues en ese momento sin querer miró hacia abajo y Candy se dio cuenta de ello ya que lo sintió temblar.
-¡Oh, por qué lo hiciste!...¡Neil, Neil, mírame!.- Con un esfuerzo casi sobrehumano, Daniel entrecerró los ojos ligeramente y miró hacia su amada, de repente, Candy hizo una cara increíblemente divertida. Sus ojos se dirigieron al puente de su nariz, sacó la lengua y al verla se rió en contra de su voluntad.
Después de haber reducido la tensión, Candy continuó avanzando. - Mira solo a la rama...justo aquí, suelta tu mano derecha y agarra esa otra. Así es, ¡bien hecho!.- Daniel trató de mirar solo el tronco del árbol y lo que ella le indicaba y los elogios de Candy lo animaron con cada movimiento.
-Listo mi amor, casi estamos abajo...ahora ¡suelta tus manos! –
-¿Debo soltarme ya?.- Neil miró hacia abajo con cautela y vio que la tierra estaba muy cerca, frotó con alivio sus manos cansadas y juntos saltaron al suelo.
-¡Oh vaya!.- susurró Neil, observando las abrasiones en sus palmas. -Eso fue increíble por supuesto Candy, pero definitivamente, no lo haré una segunda vez.-
Se abrazaron efusivamente una vez en tierra firme, sintiendo cómo latían sus corazones por el esfuerzo y, tal vez, por la cercanía entre ellos, se rieron en silencio ante el hecho de que el pequeño obstáculo había quedado atrás y había terminado de forma segura así que haciendo el menor ruido posible, corrieron hacia su siguiente objetivo.
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Vorágine de pasión
FanfictionCandy vino a celebrar el compromiso de su amiga Annie. En la recepción, su viejo enemigo Neil, le hace ver que muchos hombres están locos por ella. ¿Candy podrá escapar de ésta vorágine de pasión? titulo del original en ruso: Водоворот, escrito por...