Fue indebido, incorrecto, e incluso temerario, pero ese día...volvieron a hacer el amor.
Probablemente Neil perdió completamente la cabeza por el hecho de darse cuenta que estuvo a punto de perder a Candy y por eso permitió que sucediera lo que sucedió.
Al menos, eso se explicó a sí mismo, había jurado respetarla hasta que se consumara la boda, pero esa promesa ya se había roto unos días atrás.
Besando a Candy con más pasión en la sala vacía donde no había nadie, sintiendo de nuevo a su amada, su frágil cuerpo, sus cálidas manos en su cuello, sus tiernos labios ligeramente hinchados por sus furiosos besos oyendo su respiración agitada, volvió a perder el control.
Si Candy hubiera dicho –"No, no lo hagas"- se habría detenido en ese mismo momento, pero ella respondió a sus besos atrayéndolo suavemente. Daniel cargó a la rubia en sus brazos y subió al segundo piso, entró a su habitación, cerró la puerta, corrió las cortinas y luego ... luego la acarició, se besaron apasionadamente hasta quedar sin aliento, él quería que le suplicara que la hiciera suya.
Y finalmente, cuando escuchó un débil - ¡Neil, por favor, hazme tuya! ...- él entró en ella, sin contener más su deseo, todo su ser quería poseerla y al mismo tiempo disolverse en ella.
Y solo después de mucho tiempo se quedaron en silencio, abrazados, disfrutando de ese estado bellamente sensual, que ocurre solo después de la intimidad con tu ser amado.
- ¿No te lastimé cariño? - preguntó Daniel ansioso, mirando a la cara de su novia.
-No...no,- la chica sonrió con tanta confianza.
Él continuó frunciendo el ceño.
-¿Qué te pasa? - preguntó Candy preocupada. -¿Hice algo mal?.-
Neil la estrujó en sus brazos y susurró. -¡Dios por supuesto que no!, soy yo, hice mal, cariño sabes que no deberíamos haberlo hecho de nuevo, tendríamos que haber esperado sesenta y un días - se lo dijo a Candy, pero en realidad se dijo a sí mismo.
-¡Solo sesenta y un días, y estaremos juntos todas las noches!, mientras tanto, debemos ser cuidadosos. No quiero que nadie hable de nosotros, alguien podría vernos y eso trascendería a la familia, tu sabes, los chismes de la servidumbre, pero linda, ya ves, no tengo la voluntad para resistir tu belleza, debes detenerme si vuelvo a intentarlo antes de la boda...di no e incluso puedes golpearme si no te escucho.-
Candy levantó las cejas. -Pero no quiero rechazarte, quiero besarte,- dijo simplemente. Daniel se rió y besó a la pecosa otra vez.
-¡Me parece que me estás tentando a propósito, mi pequeña inquisidora! ¡Ninguna tortura es peor que escucharte decir de tus bonitos labios que quieres besarme y no atreverme a besarte!.-
Después de un rato se vistieron y bajaron las escaleras. Neil decidió abandonar Lakewood de inmediato, porque no podían quedarse allí juntos por más tiempo, así que los amantes se fueron a Chicago.
-Candy, ¿harás lo que te dije si no puedo contenerme?.- Una vez más le preguntó Neil.
-¿Cómo puedo decir que no si quiero decir que sí? - respondió la niña.
-Pero aún así, di que no.-
-Está bien, no prometo nada pero lo intentaré.-
-Terry se fue sin decir adiós ...- pensó Candy, una vez que estaban en el auto, mirando hacia el camino. Los reconcilió y se fue en silencio. –Gracias Terry, sé feliz.- susurró suavemente.
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Vorágine de pasión
FanfictionCandy vino a celebrar el compromiso de su amiga Annie. En la recepción, su viejo enemigo Neil, le hace ver que muchos hombres están locos por ella. ¿Candy podrá escapar de ésta vorágine de pasión? titulo del original en ruso: Водоворот, escrito por...