FIRST LADY - Trilogía Cómplices II [TERMINADA]

FRENTE A FRENTE

Estaba junto a Kat en mi oficina cuando el típico ritmo apresurado de la Casa Blanca se volvió frenético. Podía oír los pasos al trote tras la puerta y estuve a punto de levantarme para ver qué diablos pasaba, cuando la que ahora, además de ser mi amiga, era mi asistente, fue la que se puso de pie sin dejar de mirar el celular que estaba en sus manos.

—Mierda —murmuró y con una de sus manos me hizo un gesto para que me levantara— Vamos al Salón Oval.

— ¿Por qué? ¿Qué pasa?

—Un tiroteo. Vamos, vamos. ¡Muévete, muévete!

Ni siquiera pregunté detalles, simplemente tomé mi celular y como alma que lleva el diablo, corrí en dirección a la oficina de Carter.

Cuando entramos –sin golpear, claro–, todos menos Carter estaban ahí, mirando horrorizados la macabra transmisión en vivo en diferentes noticieros de lo que estaba ocurriendo.

El pánico, el caos y el descontrol lograban traspasar la pantalla y verlo desde la segura distancia que brindaba la casa de gobierno y no ser capaz de hacer algo para ayudar, era tan desesperante como frustrante.

— ¿Dónde es? —Le pregunté a Rossie que estaba a mi lado, pero concentrada en su celular. Su trabajo le imponía estar lo más actualizada posible respecto a lo que estaba ocurriendo.

—Tucson, Arizona —respondió enfocada en lo que debía.

— ¿Dónde está Carter?

—Taylor fue por él —intervino Rossie— Estaba entrenando.

—Bien —No tendríamos al jefe disponible tan pronto, porque al menos debía darse una ducha si quería estar presentable en caso de que una declaración pública se hiciera necesaria— Shawn, que Taylor llame al jefe de policía para pedirle detalles. Son amigos. Seguro podrá hacer contacto con el jefe de policía de Tucson.

—Si, señora —accedió saliendo del despacho.

—Charlie, Carter va a necesitar una declaración pública.

—Claro. Me pongo en ello —dijo y se dispuso a salir también.

—Que Taylor te de la información que obtenga y no olvides mencionar lo del control de armas. Con prudencia, por favor. Las víctimas son lo principal.

—Lo tengo —agregó y salió.

—Robert, ¿sala de prensa o Despacho Oval? —Me refería a qué locación sería la más adecuada para un momento como ese.

—Pues... —Dudó y miro de un lado a otro.

— ¡Concéntrate, Meyer! ¡Eres el secretario de prensa! —exclamé molesta, porque me estaba retrasando— ¿¡Sala de prensa o Despacho Oval!? —reiteré la interrogante.

—Depende de la declaración —dijo al fin— Si va a ser una declaración de principios, Despacho Oval. La sala de prensa es demasiado impersonal.

—De acuerdo —bufé porque eso lo complicaba todo— ¡Kat! —Llamé su atención y me miró automáticamente— Ve a la sala de prensa y asegúrate que todo esté preparado si es que llegamos a necesitarla.

— ¡A su orden, jefa! —exclamó y salió corriendo a obedecer la orden.

—Robert, asegúrate de que Charlie no se ponga rimbombante con la declaración —Suspiré— Queremos que Carter siga siendo Carter.

—Voy —accedió escuetamente y se esfumó rápidamente.

—Rossie. Tu y yo organizaremos este lugar por si necesitamos hacer la declaración desde aquí.